Alex Murdaugh, un poderoso abogado de Carolina del Sur, Estados Unidos, fue condenado este viernes a cadena perpetua por haber asesinado a su esposa y a su hijo menor, en un caso que mantuvo en vilo al país y que inspiró una serie de Netflix. 

El juez Clifton Newman condenó a Murdaugh, de 54 años, heredero de una familia de jueces y abogados muy influyentes, a dos cadenas perpetuas consecutivas por los asesinatos perpetrados en 2021. "La prueba de culpabilidad es abrumadora", afirmó el magistrado después de que el jurado lo declarara culpable por unanimidad. 

Murdaugh escuchó el veredicto de pie, y atinó a decir: "Respeto a este tribunal, pero soy inocente. Nunca haría daño a mi esposa Maggie y a mi hijo". Fue esposado y vestido con uniforme penitenciario. Su hijo mayor, Buster, estaba en la sala.

El caso fascinó a Estados Unidos, donde el documental "The Murdaugh Murders: A Southern Scandal", se encuentra entre los más vistos de Netflix, con 40 millones de reproducciones la semana pasada.

Quién es Alex Murdaugh y por qué mató a su familia

El apellido Murdaugh era muy conocido y poderoso en Carolina del Sur mucho antes de los asesinatos. Alex Murdaugh era miembro de una dinastía con gran influencia en el ámbito legal en la región desde la década de 1920.

Su éxito y riqueza lo convirtieron en un personaje de mucho prestigio, a punto tal que muchos creen que Murdaugh pensó que por su posición de privilegio nunca rendiría cuentas a la Justicia. Durante el proceso, del que siempre se declaró inocente, salieron a la luz historias de robo, fraude, malversación de fondos del estudio de abogados y la adicción a los analgésicos.

Según los testigos, el éxito de Murdaugh se debió "no a su ética de trabajo", dijo Jeanne Seckinger, "perteneciente al bufete de abogado, "sino a su capacidad para establecer relaciones, manipular a las personas para que aceptaran acuerdos y para caerles bien a los clientes".

Murdaugh reconoció haber robado unos U$S S3,7 millones de su despacho en 2019 y enfrenta otros 99 cargos por otros delitos financieros por un total de U$S 8,8 millones.

En cuanto a los asesinatos de su esposa Maggie, de 52 años, y de su hijo Paul, de 22, el 27 de junio de 2021, cerca de la perrera de la finca que tenían, bautizada Moselle, toda la prueba presentada por los fiscales ante el tribunal fue circunstancial. No hubo testigos de los asesinatos. Y tampoco se encontró ADN que lo incriminara, ni el arma utilizada.

A pesar de esto, los fiscales lograron convencer al jurado que los asesinatos fueron cometidos para desviar la atención de los delitos financieros que estaba cometiendo: se lo acusa de haber robado millones de dólares de los abogados de su bufete, de amigos e incluso al hijo de su ama de llaves, que también murió en circunstancias que se investigan en la casa de los Murdaugh.

Murdaugh reconoció estos fraudes, que atribuye a malas inversiones y a una adicción a los opiáceos, y por los que será juzgado posteriormente. Pero no los crímenes de su esposa e hijo. El fiscal Creighton Waters afirmó que los asesinó para ganar tiempo antes de intentar suicidarse.

El comienzo de la caída del poderoso

La caída en desgracia de Alex Murdaugh comenzó después de que una joven muriera en un accidente de un barco pilotado por su hijo Paul, en 2019. A raíz de eso, la Justicia se interesó por el estado de las finanzas del padre para saber si podía pagar los posibles daños y perjuicios.

Meses más tarde, Paul fue acusado de tres delitos, incluido el de navegar borracho con resultado de una muerte. Se declaró inocente de los cargos, pero murió antes de ser juzgado por esos delitos.

 En septiembre de ese año, le pidió a un cómplice que lo matara para que su hijo recibiera 10 millones de dólares de un seguro de vida. Pero la bala apenas lo rozó

Según el fiscal, Murdaugh tras asesinar a su esposa e hijo, se sirvió de su experiencia profesional para manipular la escena del crimen, cambiarse de ropa y borrar el historial de conversaciones en su teléfono móvil. También "fabricó una coartada" al visitar a su madre y realizar llamadas justo después del crimen.

Sin embargo, en un video grabado por su hijo minutos antes de morir, se escucha la voz de su padre, a pesar de que él siempre negó haber estado cerca de la perrera ese día y en ese momento. También fue clave el ladrido de Bubba, el perro labrador de Maggie, la esposa que se escucha en ese video, y que para los fiscales fue clave, debido a que estaba siempre pegado a su dueña.