La ola de calor no se detiene y los y las alumnas de las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires continúan sufriendo las consecuencias. Mientras esperan un alivio climático, las comunidades educativas y los gremios se organizan para reclamar la suspensión de clases en las escuelas que no cuentan con las condiciones para garantizar una ventilación e hidratación adecuada. Con el Ministerio de Educación decidido a no suspender, los centros de estudiantes organizan "faltazos", las familias autorizan a sus hijos e hijas a no asistir y en algunos casos los directivos deciden no contar las faltas o reducir las jornadas. Los "faltazos" se profundizarán este martes y el gremio Ademys irá al paro.  

El próximo miércoles está marcado en las mentes de las y los alumnos y docentes que esperan que ese día, tal como indica el Servicio Meteorológico Nacional, llegue lo que aguardan desde hace semanas: las lluvias que provoquen un descenso de las temperaturas. Mientras tanto, según pudo recabar Página 12 en diversas escuelas porteñas, la situación parece bastante caótica. Este diario consultó a fuentes del Ministerio de Educación de la Ciudad sobre la posibilidad de suspender las clases: "No hay chance de que eso pase", respondieron. Del mismo modo se expresaron sobre la variable de reducir jornadas en las horas de mayor calor. Ante esa inflexibilidad, las comunidades educativas de las escuelas se organizan de diferentes formas. 

Varios colegios porteños comenzaron esta semana sin sus alumnos y alumnas en las aulas. Es que hay centros de estudiantes que organizaron "faltazos" para el lunes y martes, apoyados por sus familias, como en el caso del Colegio N°3 Mariano Moreno, del barrio de Almagro. "Sin condiciones dignas no se puede estudiar. Hacemos faltazo para denunciar las condiciones inhumanas en las que estudiamos mientras transcurre la ola de calor", advirtieron desde el centro de estudiantes y aseguraron que el martes evaluarán si extienden la medida también al miércoles

Lo mismo sucedió, por caso, en la escuela Rogelio Yrurtia de Parque Avellaneda. "Con ventiladores que no dan abasto, aulas sobrepobladas, sin cortinas, sin docentes, sin acceso a agua apta para el consumo y una térmica que ronda los 40 grados, nos vemos obligados a pedir la suspensión de clases", sostuvieron desde el centro de estudiantes que convocó al "faltazo" para el lunes y martes. También hubo "faltazo" en la Escuela de Cerámica N°1 de Almagro y en la Esnaola de Saavedra. La organización Vacantes para todos, integrada por familiares de la escuela pública, convocó también al "faltazo general" en apoyo a la decisión de los y las estudiantes. La medida se profundizará este martes cuando se sumen más escuelas, como el Normal N°5 y la Escuela Manuel Belgrano de Barracas, o el Mariano Acosta. 

"En la enorme mayoría de las escuelas hay escasos ventiladores que, además, andan bajito o están colgados muy alto. Por otro lado, un ventilador no resuelve el calor que estamos viviendo", dijo a Página 12 Natalia Marques, docente del Distrito Escolar N°13. La docente, delegada e integrante de la Corriente de Trabajadores de la Educación, que pidió suspender las clases donde no haya condiciones adecuadas, también agregó que, cuando funcionan, los ventiladores "hacen mucho ruido y restringen la audición. Es muy difícil escuchar a los pibes con los ventiladores funcionando alto". 

"Se debe convocar a las familias a formar parte de la decisión, evaluando las condiciones de infraestructura y el equipamiento de cada escuela --indicó en un comunicado la Corriente de les Trabajadores de la Educación, que integra la UTE--. La obstinación en cumplir los 192 días de clase pierde de vista que ya tenemos activados dispositivos de bimodalidad, los que aprendimos con la pandemia. No utilizarlos es una torpeza, en el marco de la educación del futuro. Lo cierto es que durante estas dos semanas fue imposible avanzar con procesos de enseñanza-aprendizaje reales. Muchos estudiantes no están asistiendo y muchos otres se retiran antes; algunes sintiéndose muy mal".

Pablo Cesaroni, de Cooperadoras en Movimiento, sostuvo por su parte que "la situación está cada vez peor, los ventiladores que andan van empeorando por el uso permanente y varios se fueron rompiendo, o sea que hoy hay menos que hace 15 días". 

La entrega de 170 mil botellitas de medio litro de agua que la ministra Soledad Acuña anunció la semana pasada tampoco tuvo éxito. En la mayor parte de los casos, las botellas llegaron calientes o perdieron el frío y en las escuelas que no tienen heladeras para refrigerarlas. "Fue un anuncio pomposo. Parecía que iban a tomar una medida de vanguardia pero fueron 170 mil botellitas cuando son 400 mil estudiantes y no hay dónde refrigerarlas", dijo Marques en este sentido. Cesaroni contó que las propias comunidades educativas se organizan para que los y las chicas puedan hidratarse: "Hay colegios donde las familias llevan heladeritas con botellas y las cooperadoras compran el hielo", relató. 

Aunque reclaman una decisión centralizada del Ministerio para suspender las clases en los casos en que sea necesario, lo cierto es que las comunidades educativas advierten que los directivos tienen potestad para hacerlo. Se amparan en el Artículo N°51 del reglamento escolar de la Ciudad, que establece que, entre otras causales, el equipo directivo puede suspender las actividades por "razones sanitarias". Marques recuerda en este sentido que, con la herencia de la pandemia, "en los colegios se cuenta con la alternativa de la bimodalidad para cuando sea necesario".   

En efecto, muchas escuelas porteñas suspendieron clases en las últimas dos semanas por razones parecidas. La principal causa, sumada al calor, fueron los cortes de luz y agua. La Escuela N°13 del D.E N°20, por ejemplo, solo tuvo un día de clases la semana pasada. En el Polo Educativo Villa 21-24, los y las docentes de la Escuela N°12 decidieron salir a las puertas este lunes para explicar a las familias que no estaban dadas las condiciones para dar clases "ante la falta de aires acondicionados y ventiladores". En el colegio no funciona una fase eléctrica y la comunidad educativa realizó un corte en Iriarte y Vélez Sarsfield para reclamar respuestas. En las escuelas privadas, en tanto, la flexibilidad de los directivos es mayor y en muchos casos decidieron no contar faltas o reducir las jornadas para evitar los picos de calor. 

En un comunicado, la Multisectorial por la Escuela Pública, integrada por Cooperadoras en Movimiento y UTE-Cetera pidió al GCBA que habilite la aplicación del Artículo 51 en las escuelas. "De no cumplirse las condiciones y normas básicas es imposible llevar adelante la actividad escolar", alertaron. Tras realizar asambleas durante el lunes, el gremio Ademys decidió que directamente irá al paro este martes "ante la falta de infraestructura escolar en plena ola de calor".