Un día como hoy, pero hace 150 años, nació Julieta Lanteri, una médica, activista y política italoargentina que fue central en la historia del feminismo al convertirse en la primera mujer en votar y en presentarse a elecciones en el país. Por eso, Google le dedicó un doodle especial en su memoria.

“El doodle de hoy rinde homenaje a Julieta Lanteri, una física y activista italoargentina reconocida por muchos por haber allanado el camino para que las mujeres tuvieran derecho a voto en Argentina”, expresó el buscador más famoso de la web en su plataforma.

Quién fue Julieta Lanteri

En 1911, cuarenta años antes de que se efectivizara el sufragio femenino, Lanteri protagonizó un hecho histórico: fue la primer mujer del país en ingresar su voto en una urna.

Nacida el 22 de marzo de 1873, en un pueblo de Piamonte, Italia, llegó a la Argentina con sus padres a los 6 años. En 1886 ingresó al Colegio Nacional de La Plata que la habilitó para cursar estudios terciarios. En una época en que muy pocas mujeres entraban a la universidad, en 1896 eligió la Facultad de Medicina.

Pudo acceder a la profesión en ese entonces vedada para las mujeres por un permiso especial del Dr. Leopoldo Montes de Oca. Terminó la carrera en 1907, convirtiéndose en la quinta mujer en hacerlo en el país. Después, se perfeccionó en el Hospital Ramos Mejía.

La historiadora Araceli Bellota contó que Lanteri se alineó con la corriente del librepensamiento, no era respetuosa de la religión, ni comulgaba con la figura tradicional de familia. Además, rompía con los canones de la época: a sus 36 años, cuando era vista como una solterona, Julieta se casó con un hombre 14 años menor que ella y completamente desconocido.

El camino hacia el primer voto femenino de la historia

Ya en 1907 la pionera daba algunos indicios de su interés por participar en las elecciones: ese año encabezó el Comité Pro-Sufragio Femenino, junto a otras destacadas feministas de la época. En 1910, además, organizó el primer Congreso Femenino Internacional, con sede en Buenos Aires.

El 16 de julio de 1911 notó que en los requisitos de empadronamiento no existía ninguna cláusula de género. Solo se exigía ser mayor de edad, saber leer y escribir, presentarse personalmente a realizar el trámite, haber pagado impuestos comunales por valor de 100 pesos como mínimo o ejercer alguna profesión liberal dentro del municipio y tener domicilio en la Ciudad por lo menos desde un año antes.

Lanteri reunía varios de los requisitos y el empleado municipal no pudo negarse. Después, tras una serie de obstáculos, consiguió un fallo favorable en la justicia y en noviembre de ese año votó en el atrio de la Parroquia San Juan Evangelista de La Boca.

El historiador Felipe Pigna marcó: “Sin embargo, su gran conquista no iba a durar mucho porque la ley del voto secreto y obligatorio imposibilitó nuevamente el sufragio femenino ya que definió que el padrón electoral debía ser el mismo que el de los registrados para el servicio militar, algo claramente exclusivo de los ciudadanos varones. Julieta exigió entonces que la incluyesen en el padrón militar, pero no se lo aceptaron”.

Su carrera como política

Para las siguientes elecciones de 1919, Lanteri fue pionera otra vez. Como la ley vedaba la posibilidad de votar a las mujeres pero no la de ser elegidas, decidió crear el Partido Feminista Nacional y presentarse como candidata a diputada nacional, cargo al que se presentó en 1922, 1924, 1926 y 1930, en algunos casos llegando a superar los 3.000 votos.

Así, la científica italoargentina se convirtió también en la primera mujer en presentarse a elecciones en la historia del pais. En 1920, incluso, organizó junto a un grupo de reconocidas activistas un simulacro del voto femenino.

Murió el 23 de febrero de 1932, en un extraño accidente. La atropelló un auto en la esquina de Diagonal Norte y Suipacha a las 3 de la tarde. Tanto Bellotta como la periodista Ana María de Mena, que publicó en 2002 un libro sobre Lanteri, pudieron recabar indicios como para sospechar que pudo tratarse de un asesinato político. Julieta tenía 59 años. Dos días antes había asumido el general Agustín P. Justo como nuevo presidente.

Lanteri fue discriminada por los varones de su época, que insistentemente trataron de amedrentar su carrera política y su carrera científica. Aún así, su derrotero en la lucha por los derechos políticos de las mujeres sigue inspirando a las nuevas generaciones.

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