A Pablo Jubany la música de David Bowie lo atraviesa de modo esencial. Y el espectáculo que se presenta hoy, a las 21.30 en Teatro Broadway (San Lorenzo 1223) y con una única función, será la ocasión donde verlo brillar, con una puesta en escena exclusiva y dedicada a celebrar la obra del músico británico. Con dirección musical y artística de Jubany, Bowie: Sound+Vision: El mundo de David Bowie reúne al músico con una banda creada especialmente para la ocasión, con Dez Moabit y Pablo Ruiz en guitarras, Barfeye en bajo, Cristian Papalardo en batería, y Mariano Ruggieri en piano.

“Mucho de todo esto tiene que ver con el aniversario del año pasado, por los 75 años que Bowie hubiera cumplido, a partir del cual hubo una serie de celebraciones. Yo venía viendo que era un momento para concretar esta cuestión de tomar al sujeto de estudio que vengo arrastrando de toda la vida, y generar una instancia de show, de espectáculo, que no fuera tan sencilla sino más completa. En un momento se lo comenté a (el productor) Diego Castro, quien me tomó la idea y me contrapropuso hacerlo en el Broadway, un poco a partir del trabajo que él venía haciendo previamente con Be: Una fantasía urbana, desde un despliegue técnico y audiovisual similar”, explica Pablo Jubany a Rosario/12.

“En alguna oportunidad presenté con mi banda algún show, como cuando tocamos Ziggy Stardust o Station to Station, pero acá la propuesta es diferente. Si bien el espectáculo está a mi cargo en cuanto a dirección musical y artística, no se trata de un show de Jubany haciendo Bowie sino de un espectáculo donde dirijo un montaje general inspirado en su figura, presentando en la medida de lo posible su universo; tengamos en cuenta que es un artista cuanto menos inabarcable, por eso decimos que vamos a presentar una celebración y no un tributo. Si nos metíamos en ese terreno iba a ser inconducente, por esa cosa medio inasible que tiene Bowie, ya que si nos poníamos a imitar un periodo estético determinado nos iba a quedar medio raro. En ese sentido, vamos a hacer una especie de experiencia audiovisual que apunta a invocar el espíritu y la mística que Bowie llevaba consigo”, prosigue el músico al que Fito Páez definió como “el mejor intérprete de Bowie del mundo”.

-¿Cuáles son las características de escena en cuanto a despliegue técnico?

-Vamos a trabajar con un juego de pantallas superpuestas, en donde haremos un poquito de repaso visual de lo que fue la trayectoria de Bowie, su iconografía y simbología, a la que invocaba a veces de manera implícita o explícita. Lo novedoso es que vamos a replicar un recurso que él utilizó en una gira en particular, cuando vino a Argentina por primera vez y que volvió a usar en el festejo de sus 50 años en el Madison Square Garden, y que es esta pantalla traslúcida, que se pone por delante de los músicos en el escenario y que genera un juego muy interesante de tridimensionalidad; pero también en este caso –y éste es nuestro aporte– jugando con una pantalla Led que va estar por detrás de los músicos; lo que buscamos es generar una especie de sensación inmersiva, de collage, invocando elementos explícita o implícitamente simbólicos que se vinculan al recorrido y la propuesta que Bowie hizo a lo largo de su carrera.

-¿Y el abordaje musical?

-En cuanto a lo musical iremos saltando un poquito a través de distintas épocas, pero dando coherencia a los arreglos, buscando que sea un show que se recueste menos en la complacencia de los temas más conocidos y que apunte más a una cuestión de alto impacto. Vamos a tener algunos temas de los más conocidos, como “Let’s Dance”, “Space Oddity”, “China Girl”, “Heroes”, pero en el resto del show lo que buscamos es replicar un poco el espíritu de lo que Bowie proponía en sus espectáculos, yendo por temas que fueron recurrentes a lo largo de sus giras, aquellos que él sentía les funcionaban bien en vivo, para que la curaduría pasara por el propio Bowie.

-En este sentido, ¿qué criterios hubo para los arreglos?

-Partimos de factores que nos parecía que tenían que estar allí, replicados de una manera constante, como para hacer un anclaje estético. Pero la música de Bowie es más compleja de lo que quizás se advierte, hay una complejidad que aparece cuando uno toma la obra para tocarla; y en ese sentido, quizás por necesidad pero también por propia idiosincrasia, insertamos elementos de nuestra propia interpretación. Te diría que la mayor novedad estética en relación a los temas elegidos es que tratamos de tomar como base arreglos de versiones en vivo, que quizás no sean las que más se emparentan con las versiones originales, pero también para darle al show una coherencia sonora. Recabamos mucho en la que es una época muy fértil de sus shows, de mediados de los ’90, vinculada a cierta pátina electrónica y elementos de música industrial, porque nos parecía lo más natural para la banda que hemos armado especialmente para la ocasión, y que es extraordinaria. De alguna manera, intento volcar todo aquello que aprendí a lo largo de todos estos años, de lo inabarcable de este artista, para tratar de ponerlo en un show y que sea fiel a su espíritu y su mística.