Mientras se promociona con el discurso de la renovación de la política, el autodenominado libertario Javier Milei sigue ampliando su trama de alianzas con lo más rancio del espectro ideológico: a su acuerdo en Tucumán con Ricardo Bussi, hijo del genocida Antonio Bussi, ahora le sumó en territorio bonaerense un acuerdo con Maximiliano Patti, hijo de otro condenado por delitos de lesa humanidad, Luis Patti.

En el partido bonaerense de Escobar, La Libertad Avanza entronó a Maximiliano Patti como referente general: está a cargo de la mesa de trabajo partidaria y apunta a ser el candidato a intendente del distrito.

Predicador del gatillo fácil, su padre, Luis Abelardo Patti, fue intendente de Escobar entre 1995 y 2003. Antes, durante la dictadura, fue subcomisario de la Policía bonaerense y, por su responsabilidad en delitos de lesa humanidad como secuestros y torturas, fue condenado a prisión perpetua. Mientras es juzgado por otros crímenes, tiene la suerte de cumplir su pena con detención domiciliaria desde 2017, por supuestos problemas de salud.

Su hijo Maximiliano, el hoy socio del economista ultraderechista Milei, no es un recién llegado a la política. En elecciones previas, participó de las agrupaciones y las alianzas tejidas por, entre otros, Alfredo Olmedo, Miguel Angel Pichetto y el excarapintada Juan José Gómez Centurión. 

Patti (hijo) basa su campaña en un discurso centrado en la inseguridad, a tono con la prédica de Milei en favor de la libre portación de armas para combatir el delito. El libreto parece escrito por su padre: "¿Dónde están los derechos humanos para la gente? Los tienen los chorros", dice. En cambio, condimenta su discurso proselitista con la denuncia de la privatización del sistema de salud, un tópico difícil de congeniar con las ideas ultraliberales de Milei.