El inicio de la campaña electoral en varias provincias del país comienza a acelerar los tiempos en el Congreso. Los escenarios en Diputados y el Senado son bien distintos --una cámara logró ponerle fin a una larga mala racha de tensiones inhabilitantes, mientras que la otra todavía se encuentra atascada en una parálisis que no da tregua -, pero la cuenta regresiva empezó para ambas. Les diputades y senadores comienzan a tener otras prioridades, la presencia en el territorio se vuelve más demandante y, a medida que los actos y recorridos se multiplican, los viajes a Capital Federal empiezan a espaciarse. Tanto el Frente de Todos como la oposición se huelen que no queda mucho tiempo antes de que la campaña lo domine todo, por lo que las próximas semanas serán cruciales. En la Cámara de Diputados, donde la última sesión fue hace solo una semana, la bancada oficialista se entusiasma con volver a convocar para el 19 de abril. En el Senado, mientras tanto, el panorama es más complicado, pero tanto el FdT como JxC se han marcado el 13 de abril en el calendario: en una puja por el control de la cámara, cada sector buscará imponer su propia convocatoria, aunque la expectativa es que esta vez sí haya sesión.

Diputados

Contrariamente a lo que se esperaba que sucediera después de cómo finalizó el año --con un bloqueo sistemático de JxC que hacía naufragar cualquier intento de sesión--, la Cámara de Diputados viene sosteniendo una intensa actividad desde febrero. Uno de los principales motivos es el juicio político a los jueces de la Corte Suprema, que funcionó como gran disparador de la actividad en la Cámara baja. En simultaneo, más allá de las amenazas opositoras de sostener el bloqueo mientras durase el juicio político, el oficialismo logró ir avanzando en acuerdos que le permitieron sesionar en dos oportunidades. En la primera, el 28 de febrero, se logró sancionar la moratoria previsional. En la segunda, hace una sola semana, se sumó la aprobación casi por unanimidad del Fortalecimiento de la Justicia Federal de Santa Fe. Ahora, el objetivo del jefe del bloque oficialista, Germán Martínez, es mantener la racha y sesionar el 19 de abril.

Con la puja electoral como telón de fondo, el oficialismo viene encarando una misma estrategia desde que comenzó el año: evitar los temas más conflictivos - como reformas judiciales - y apostar a iniciativas económico sociales que generen cierto alivio y permitan sortear la lógica de la polarización. Bajo esta lógica, el ojo del FdT está puesto, por estos días, en la Ley de Fomento al Desarrollo Agroindustrial. La iniciativa, que busca promover las inversiones y la exportaciones del sector a partir de incentivos fiscales, había sido presentada originalmente por el gobierno nacional hace dos años pero nunca había llegado a tratarse en el recinto. Fueron meses de negociaciones con el radicalismo - fundamentalmente con Ricardo Buryaile - que llevaron a diversas modificaciones y, finalmente, a un nuevo texto que cuenta, hoy, con el apoyo de casi todo JxC. Todavía no tiene dictamen, pero cerca de Buryaile - que es también el presidente de la comisión de Agricultura - insisten en que se dictaminará en la brevedad. "Va a salir", afirman.

Otra de las iniciativas en la mira del oficialismo es la modificación de la Ley de Lavado de Activos, que había sido solicitada por el propio Grupo de Acción Financiera Internacional sobre el Blanqueo de Capitales (GAFI). Por otro lado, hay presiones de algunos sectores del oficialismo por volver a tratar la creación de ocho universidades nacionales, pero el rechazo de JxC a algunas de las iniciativas enturbia el panorama. En el interbloque opositor, sin embargo, la postura no es unánime: son varios les diputades de Evolución que están reclamando el tratamiento de algunas universidades (como la de Río Tercero o Saladillo), por lo que se abre la posibilidad de llegar a un acuerdo para avanzar con la creación de algunas.

Senado

En la Cámara alta, mientras tanto, el panorama es menos auspicioso. Desde que el interbloque oficialista se rompió y perdió la primera minoría, la puja por el control del Senado ha vuelto muy difícil las negociaciones entre el FdT y la oposición. Después del escándalo de la última sesión --cuando JxC abandonó el recinto a pesar de los reclamos y gritos que salían de los palcos--, el interbloque opositor decidió redoblar la apuesta y volver a convocar a una sesión para el 13 de abril. Humor negro o provocadora demostración de fuerza, el temario propuesto era el mismo que les senadores cambiemitas se había negado a tratar la sesión anterior: pliegos judiciales para las provincias de Santa Fe y Córdoba, la Ley Lucio, el Certificado Único de Discapacidad, la Lengua de Señas Argentina y el Plan Nacional de Cardiopatías Congénitas. También estaba el proyecto de Fortalecimiento de la Justicia Federal de Santa Fe, que el FdT había solicitado tratar sobre tablas en la sesión que JxC y Unidad Federal vaciaron. Estaban todos menos uno: el proyecto de Alcohol Cero, que un sector del radicalismo mendocino - liderado por Alfredo Cornejo - no quiere que se sancione.

"Es bastante pobre lo que hicieron. ¿Por qué no trataron esos temas hace una semana? Lo único que querían era tener la tapa del diario de que el oficialismo había perdido el control de la cámara", rumiaban bronca desde la bancada frentetodista. La decisión, sin embargo, es participar de la sesión. "Son nuestros temas, ¿cómo no vamos a bajar a sesionar si son los temas que queríamos? Pero vamos a incluir Alcohol Cero", advertían cerca el presidente del interbloque oficialista, José Mayans. Se anticipa, entonces, una nueva batalla de convocatorias que, en el fondo, proponen los mismos proyectos pero que, en la forma, buscan disputar poder dentro de la cámara. Unidad Federal, que la sesión fallida pasada había quedado pegado a JxC, todavía analizaba cómo actuar. "Pero si convocan allí estaremos", aseguró uno de los senadores que integra el bloque.