Los maestros del Centro Educativo Nivel Secundario 24, CENS, denunciaron el “accionar arbitrario y violento” de una requisa del Servicio Penitenciario Federal, en Devoto, el 28 de julio. Los maestros del CENS están a cargo de la parte secundaria del penal y funcionan allí desde 2009. Es la primera vez desde entonces que reciben la visita de la patota de la requisa. Explicaciones para entrar y destrozar no hay, y en un ejercicio de creatividad interna, nadie debería ponerse a buscarlas: se trata de un espacio escolar. Ese mismo grupo de paloteros pasó primero por los espacios del Centro Universitario de Devoto (CUD) y completaron el raid en el sector escolar. 

El CENS se encuentra físicamente frente al CUD. En 2009, se conformó un grupo de maestros de escuelas nocturnas porteñas, convocados por el propio gobierno para desarrollar un plan de estudios en el penal de Devoto. Comenzaron siete docentes que reunieron, inicialmente, a 30 alumnos. El criterio penitenciario supone que la educación es un premio –también lo supone con la salud y la comida y las visitas y el espacio y la posibilidad de salidas, por decir lo más evidente de lo cotidiano– y de ahí que lo denomine “beneficio”. Por eso, los primeros 30 fueron elegidos por las autoridades en el pabellón de “buena conducta”. Ocho años después, los 30 alumnos se multiplicaron a 350 y los límites del acceso dejaron de ser los de la “buena conducta” y alcanzan a todas las personas detenidas que requieran el derecho a asistir como alumnos. De los siete maestros iniciales se pasó a 40.

El último viernes de julio, un equipo de paloteros de requisa entró al CUD por la noche, horario en que no hay nadie en el lugar, ni siquiera guardias. Entraron en un espacio de autonomía universitaria, sin autorización de la UBA, destrozaron y revolvieron, arruinaron materiales de trabajo y salieron. Diez metros, cruzando el hall distribuidor, se encuentra la puerta del CENS. Los de la requisa cumplieron con el mismo criterio: destrozaron y revolvieron la biblioteca y oficina de la escuela secundaria, secuestraron una notebook, una netbook y casi dos mil pesos que se utilizan para el pago del alquiler de la fotocopiadora. Los maestros se enteraron el lunes, al regresar y encontrarse con un candado puesto por la requisa. Recién el martes entraron, con la presencia de la directora de Educación para Adultos, Jacqueline Cichero.

En un comunicado, el colectivo de trabajadores en Contextos de Encierro del CENS Nº24 denunció los destrozos, la violación de un espacio educativo autónomo a la Penitenciaría y sostuvo que “los avasallamientos de los   espacios de educación son también actos de agresión a la escuela pública”.