Al cumplirse 40 años de la recuperación democrática, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) presentó un libro que recoge los debates actuales ante la creciente "derechización" del escenario político y social, con una conversación entre cinco referentes que pensaron las deudas de estas cuatro décadas y las posibilidades de construir un futuro colectivo: el abogado e integrante de la Lof Newen Mapu, Lef Nawel, el escritor e investigador Juan Ruocco; la secretaria adjunta de la UTEP, Dina Sánchez, la escritora Ángela Urondo Raboy y la directora ejecutiva del CELS, Paula Litvachky. Cómo lograr una mayor articulación entre Estado y organizaciones sociales, de qué forma resistir contra la penetración de las narrativas que apuntan a reducir los derechos conquistados y el reconocimiento de las diversidades fueron algunos ejes de la conversación entre los referentes que retomaron la pregunta directriz del libro: "¿Con cuánta desigualdad la democracia sigue siendo democracia?"

La directora del CELS aseguró que "cuando pensamos qué hacer para los 40 años de democracia, el punto era plantearnos preguntas. ¿Hacemos una retrospectiva sobre lo que fueron estos años o nos plantamos en el presente a pensar el futuro?" En este sentido, el primero en elaborar un diagnóstico de la situación actual fue Juan Ruocco, quien ha realizado distintos análisis sobre los espacios que convocan las derechas en las redes: "Veo con horror cómo se fue materializando y corporizando un discurso que parecía ser mucho más de Internet o de otras latitudes", sostuvo. Para Ruocco, "en la extrema derecha hay una ética de la crueldad", reflejada en discursos como "que se mueran todos los que se tienen que morir" o "los que sobran en el sistema no importan". Por eso, sostuvo que la organización debe constituirse en torno a aquellos que "nos resistimos a jugar ese juego de la crueldad". En ese sentido, aseguró que "estas nuevas versiones de la derecha lograron dar una narrativa acerca de cómo funciona el mundo con explicaciones fáciles a problemas muy complejos".

En tanto, Dina Sánchez advirtió que "más allá de que los que estamos acá defendemos la democracia, es difícil a veces defenderla cuando tenemos un 50 por ciento de niños bajo la línea de pobreza, cuando tenemos un FMI que dirige nuestras economías". Por esta razón, la vocera del Frente Popular Darío Santillán recuperó un debate central del libro: "La deuda en democracia y qué prioriza la Argentina". Según Sánchez, a la toma de deuda por parte del expresidente Mauricio Macri se suma "un Gobierno Nacional que firma y legitima esa estafa. Y prioriza esa deuda por sobre la deuda interna que hay con las juventudes, las mujeres, las disidencias, los jubilados y con toda la clase trabajadora". Además, planteó que "tenemos una democracia fallida", debido a la exclusión de grandes capas de la población. Por esta razón, aseguró, penetra el discurso de Javier Milei, que "dice que nuestros derechos tienen que estar subordinados al mercado". "Necesitamos un Estado participativo e inclusivo para abordar los debates de manera colectiva", sostuvo.

En tanto, para Lef Nawel "la gran deuda pendiente es el reconocimiento del genocidio a los pueblos originarios". En este sentido, llamó a "deconstruir ese ser nacional que nos instaurado no solo desde las instituciones educativas, sino también desde las doctrinas políticas occidentales". El abogado aseguró que "somos un potencial aliado en la lucha por romper la desigualdad social" y aseguró que "hemos cometido el error de dejarle los debates políticos solo a la política partidaria". "Nos hemos impuesto la autocensura de que criticar es hacerle el juego a la derecha", afirmó.

Los referentes coincidieron en redoblar los esfuerzos para generar propuestas colectivas de cara al futuro, donde las iniciativas de dirigentes como Milei amenazan con revertir el esquema de derechos conseguidos. En este sentido, Ángela Urondo Raboy, que atravesó un largo proceso para restituir su identidad, pidió "no perder los recursos solidarios que se tejieron durante el terrorismo de Estado en la transmisión generacional. Pareciera que los pibes ahora no tienen conciencia siquiera de lo que fue la crisis de 2001, y por eso piden dolarización. Como si eso no hubiese existido como experiencia".

Informe: Diego Castro Romero