El delegado municipal de Sierra de la Ventana, Julio Baamonde, no solo actuó en el Batallón de Inteligencia 601 sino que estuvo destinado a un grupo especializado en “Terrorismo” durante la última dictadura, según pudo reconstruir Página/12. Su designación, decidida semanas atrás por el intendente de Tornquist Sergio Bordoni, despertó la inquietud de los residentes así como de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) y de la Subsecretaría de Derechos Humanos bonaerense que reclamaron que dejara sin efecto su nombramiento.

Unos 50 kilómetros separan Sierra de la Ventana del partido de Tornquist. Esa distancia obliga a que el intendente tenga un representante que se ocupe de los requerimientos de la administración de la ciudad. En esa tónica, Bordoni anunció a principios de abril que Baamonde ejercería de delegado municipal.

Rápidamente se conoció que Baamonde estaba incluido en los listados de Personal Civil de Inteligencia (PCI) que habían sido desclasificados por Cristina Fernández de Kirchner durante su gobierno. Pese a las protestas de los vecinos y de organismos especializados, Bordoni sostuvo a su funcionario. Uno de los argumentos invocados es que Baamonde fue parte de la administración pública durante la era democrática y que nadie lo había impugnado con anterioridad. El intendente también hizo foco en su calidad de personal civil del Ejército, pero no en su rol de integrante del aparato de inteligencia.

Sin embargo, Baamonde fue parte de la estructura más temible de espionaje durante los años del terrorismo de Estado. Nacido en 1957, Baamonde inicialmente se desempeñó en el Colegio Militar de la Nación --donde fue escalando desde mozo hasta oficinista--. Para abril de 1979, ya estaba trabajando en el Batallón de Inteligencia 601. Por esos meses, Baamonde recibía felicitaciones de sus superiores por su trabajo en un grupo sobre “Terrorismo”.

El Batallón de Inteligencia 601 funcionó en el edificio de la esquina de Callao y Viamonte. Fue creado en 1968 y, desde 1975, tuvo un rol clave dentro del esquema de la represión. Era el órgano ejecutivo de la Jefatura II de Inteligencia del Ejército y, como tal, se ocupaba de recibir y distribuir a todas las provincias y a los países limítrofes la información que se producía en la llamada “lucha contra la subversión”. En la división de roles de la dictadura, el área de inteligencia fue nodal: era el cerebro, la que producía los estímulos para que los centros clandestinos de detención siguieran funcionando y se nutría de lo que los torturadores obtenían en las salas de tormentos.

Julio Bellene fue quien designó a Baamonde en el Batallón 601. Por entonces, Bellene era el segundo jefe de la unidad. Bellene estuvo procesado por la represión a los militantes montoneros que volvieron al país en el marco de la Contraofensiva en la causa que inicialmente tramitó en el juzgado federal de Claudio Bonadio. Sin embargo, Bellene murió antes de que el juez federal Ariel Lijo dictara sentencia en 2007.

Baamonde se integró –casualmente– en 1979 al Batallón, cuando su principal actividad estuvo centrada en la persecución de los militantes de la Contraofensiva. Su primer destino fue en la Central de Contrainteligencia del 601. En las filas castrenses, lo describen como trabajador, eficiente, pero, a veces, falto de disciplina. Quienes lo recuerdan también dicen que tuvo una afección cardíaca que, de algún modo, funcionó como un escollo para su carrera en el organismo.

Baamonde llegó por recomendación de otro militar, Pablo Agustín Taquini, que fue mencionado por un subalterno como quien trasladó en 1976 a un grupo de detenidos desde la Unidad 6 de Rawson hasta la Unidad 9 de Neuquén. Después de ese traslado, nadie más supo de ellos.

Según lo que pudo reconstruir este diario, Baamonde integró la estructura de inteligencia del Ejército hasta principios de la década de 1990. Para entonces, ya estaba recibido de profesor de Historia. En el portal La Retaguardia, el periodista Patricio Eleisegui relató que tuvo a Baamonde como docente. Solía impartir clases de Historia y en una oportunidad, según recuerda el comunicador, habló sobre "cómo desactivar una célula subversiva".

La designación de Baamonde motivó protestas de vecinos y vecinas de Sierra de la Ventana, organismos de derechos humanos como HIJOS Bahía Blanca, la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) o la CPM y de algunos gremios con presencia en la zona.

El subsecretario de Derechos Humanos bonaerense, Matías Moreno, también le envió una nota al intendente Bordoni en la que apuntaba a las responsabilidades internacionales del Estado argentino. “El nombramiento como funcionario municipal de una persona que aparece en listados oficiales como personal civil de inteligencia, revistando en el periodo en el que se desplegó la última dictadura cívico militar en nuestro país, produce inquietud, consternación y un intenso malestar en víctimas y sobrevivientes del terrorismo de Estado al advertir que una persona que integró uno de los dispositivos con los que se desplegó el plan sistemático de secuestro, tortura y desaparición de personas, suficientemente probado en decenas de juicios por crímenes de lesa humanidad durante los últimos años, es incorporado a la estructura administrativa del Estado municipal”, dice el oficio al que accedió este diario.