Si se contrasta el disco que introdujo a La Femme en Buenos Aires con el que viene a presentar este sábado 13/5 en C Complejo Art Media, a partir de las 20, la distancia entre sendas propuestas es más o menos parecida a la que hay entre Biarritz (lugar de origen de la banda) y Ezeiza. Mystère (2016) los mostró como abanderados de ese nuevo pop francés que también curten artistas como Papooz o Lewis OfMan. En tanto que Teatro lúcido (2022) dio un giro de 180º en la propuesta, apuntando hacia Iberoamérica casi de la misma forma que lo hizo Mano Negra.

"Luego de actuar mucho en España, en 2019 estuve cinco meses allá. Eso me llevó a componer en español. Y cuando tuvimos muchas canciones así, decidimos hacer un disco en ese idioma. Fue algo natural", simplifica Sacha Got, guitarrista de la banda creada en 2010, y quien atiende a esta entrevista también en castellano.

--Tu país tiene el estigma de no darle bola a la música que no sea francófona.

--El disco lo recibieron bien, pero no fue un éxito. Aunque a la gente le gusta, no hubo un hit.

El tema Fugue italienne flirtea con el pasodoble, Cha-cha se mete con la rumba catalana y Tren de la vida se parece al flamenco, mientras que No pasa nada visita Brasil, Tú te vas se sumerge en el jangueo caribeño y El tío del Padul prueba con la ranchera. Siempre al estilo de La Femme, por supuesto.

"En Fugue italienne la idea era hacer una marcha de procesión, al estilo de las de Semana Santa", revela el líder del grupo. "Pero me gustó poner un sintetizador y un ritmo parecido al breakbeat. No es algo tradicional, ahí hay un montón de modernidad. Esa canción, al igual que las otras, tiene un sonido raro, un sonido de hoy. Es algo que hacemos siempre: tomamos lo de antes y lo convertimos en una situación moderna para crear una experiencia diferente."

--Al hacer el disco, ¿tuvieron como referencia a Manu Chao?

--No fue una inspiración. Me gusta Mano Negra y tenemos cosas similares, pero somos del suroeste de Francia, cerca del País Vasco. Por eso desde pequeño escuché pasodobles, temas como Paquito el chocolatero (en los '90, el proyecto argentino de dance latino King Africa hizo un cover de este clásico). Camarón de la Isla es otra referencia para mí, de igual manera que la Movida madrileña de los ochenta. Esa resaca es muy inspiradora para nosotros. Me encantan Alaska y los Pegamoides. Pero también nos gusta el Tropicalismo brasileño de los sesenta, Os Mutantes (NdR: el martes falleció su cantante, Rita Lee). Tomamos lo que nos gusta.

Más allá de las apropiaciones, interpretaciones o distorsiones que dieron vida a Teatro lúcido, el título del cuarto álbum se comporta como un oxímoron. Si algo le sobra a este repertorio es psicodelia. Amén de empatía y deconstrucción. "El disco está cantado en español, pero estas canciones también pueden ser cantadas en francés", advierte Sacha. "Cuando te quedas tanto tiempo en un país, naturalmente quieres comportate como si fueras de ahí. Muchas canciones del disco las escribí de fiesta en la calle."

--Para vos, ¿qué es lo más difícil de componer en español?

--Hubo canciones en las que fluyó naturalmente, en otras usé Google Translate y también tuve referencias muy fuertes de otros artistas, como Ataque de Caspa (mítica banda española de pop de los '80), en la canción Resaca. Luego, para ver si las letras tenían sentido, se las pasé a amigos que viven en España o América latina. El español es difícil para componer, pero también el francés. Es más fácil cantar esta música en inglés. Ahora que todo el mundo en Francia canta en francés, volver con un disco hecho en español me pareció gracioso. No nos gusta levantar expectativas.

--Si este álbum necesitara un subtítulo, ¡Qué viva la mezcla! le quedaría muy bien.

--Sé que es raro decir que está inspirado en la cultura española, cuando de pronto aparece música brasileña. Es muy gracioso ver esa confusión. Entre los comentarios que me hicieron sobre este disco, alguien me dijo que esta mezcla era una vergüenza. Como si yo, por ser francés, sólo tocara el acordeón. O un mexicano, por ser de ahí, nada más tocara mariachi. O alguien de los Estados Unidos hiciera sólo country… Sería muy aburrido. La música es universal. Estamos en 2023.

Está confusión fue la constante de su propuesta desde el primer álbum del laboratorio sonoro constituido en 2010. A tal punto de que el nombre de ese debut resultó una especie de doctrina: Psycho Tropical Berlin (2013). "En todos nuestros discos hay elementos que más o menos te dicen cómo será el próximo", explica el francés. "Anteriormente habíamos cantado en español y metimos trompetas en nuestras canciones. Supongo que eso abrió la puerta para todo esto: somos unos arqueólogos musicales."

La salida de Teatro lúcido coincidió con la instalación de una diáspora latinoamericana en la escena musical francesa. Aparte de la cantante argentina La Yegros y de las cubanas Ibeyi, hoy en ese país sobresalen artistas como La Chica y Michelle Blades. "Michelle participa en el disco. Es mi amiga y canta en la canción Teatro lúcido", señala Sacha. "También conozco a La Yegros, y me gusta. Es interesante lo que ese tipo de artistas pueden aportarnos. Nos ayuda a tener una nueva perspectiva de la música."

La Femme regresa a la capital argentina con flamante single bajo el brazo, Aloha Baby, lanzado el 19 de abril, y cuya estética sonora es afín a la de sus primeros álbumes. Aunque llama la atención el onirismo que envuelve a ese new wave con dejo a psychobilly.

--¿Ese clima oscuro del nuevo tema tiene que ver con la crisis social de Francia?

--En Francia siempre hay protestas, pero nunca voy. El mundo es una mierda: luego del covid, vino la guerra en Ucrania. Por eso siempre estamos en nuestro pequeño mundo. Está bueno no ver la televisión, y hacer tu vida.

--¿Entonces no viste la final del Mundial de Qatar?

--No soy futbolero. Pero si en algo coinciden la música y el fútbol es que te ayudan a escapar de la vida por un ratito.


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