En la quinta jornada del juicio por el crimen de la maestra Rosa Sulca, declaró el perito del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF) que realizó la inspección ocular y la recolección de evidencias de la casa que fue escena del crimen, y la bioquímica que analizó las manchas de sangre y células epiteliales encontradas. Los perfiles genéticos hallados coinciden con la víctima y con la única acusada por el homicidio, S.

La bioquímica del Servicio de Biología Molecular Forense del CIF, Alejandra Guinudinik, expuso un informe de las muestras que analizó, que habían sido tomadas de la escena del crimen. En 2020 realizó seis informes por sus distintas intervenciones en la causa, y uno en 2021.

La perita explicó que analizó y comparó las muestras tomadas al joven que fue sobreseído en la causa, Pablo Ezequiel Verón; a la entonces adolescente acusada de homicidio calificado, conocida solo con la inicial S.; al imputado por encubrimiento agravado Martín Oscar Laime, y a Sulca, con los hisopados de las manchas de sangre y células epiteliales halladas en la escena del crimen. Los perfiles genéticos encontrados resultaron compatibles con la imputada S y con la propia víctima.

Según detalló, había manchas de sangre humana en un recibo de sueldo de la víctima, pero ahí no se pudo determinar el perfil de ADN. Mientras que en una boleta se encontraron manchas sanguinolentas compatibles con el ADN de S. También se analizó el manojo de llaves de la puerta de la casa que tenía células epiteliales pero no se pudo determinar el ADN. 

La bioquímica examinó las manchas de sangre encontradas en la posible arma homicida, un cuchillo encontrado en la mesada de la cocina. En la hoja se encontró el perfil genético de la víctima, pero en en el mango no se obtuvo el ADN de quien lo usó para matar .

Las manchas de sangre en el teléfono fijo de la casa eran compatibles con Sulca. Además la víctima tenía cabello en una de sus manos, pero la perita dijo que se comprobó que era de ella. En la fotografía que expuso el perito Héctor Barboza se observó bastante cantidad de cabello.

Asimismo, en el alambre de púas que había en la parte de superior del frente de la vivienda de la víctima se halló un cordón claro. La bioquímica dijo que encontraron 3 aportantes, el perfil mayoritario resultó compatible con S., mientras que otro era masculino y no especificó más sobre el tercero. Añadió que se compararon los perfiles encontrados con Verón y Laime pero no resultaron compatibles.

En la audiencia, otro testimonio importante fue el del licenciado en criminalística, Barboza, quien realizó la inspección ocular y recolección de evidencias en la casa de la víctima. Dijo que llegó a las 21.10 del martes 28 de abril de 2020 al domicilio, por indicaciones del fiscal Gustavo Torres Rubelt y fue acompañado por un fotógrafo, un especialista en planimetría y otro criminólogo, el equipo trabajó allí hasta las 3 de la madrugada del 29.

Barboza expuso las fotografías de la casa y la describió. Detalló que en el alambre de púas encontró un cordón blanco, cortado en el extremo, que parecía enredado, según el perito correspondía a la escena del crimen y fue incautado, es el que fue analizado por la bioquímica y encontró un perfil genético mayoritario de S. También había un desprendimiento de revoque, como si alguien hubiera apretado y hecho fuerza allí.

El perito también describió el entorno de la vivienda de Sulca, como estaba protegida, las casas vecinas. Relató que el fondo estaba delimitado por un alambrado y una chapa bajita, que colindaba con una "vivienda habitada", y dijo que esta parte de la casa era de muy fácil acceso, además había una abertura en el alambrado. La puerta del fondo estaba rota, le faltaba una tabla de abajo, y habría sido violentada en otra ocasión de robo, el picaporte también estaba dañado. 

Ante preguntas del fiscal Leandro Flores, el perito dijo que no revisaron el frente de la casa que colindaba con el fondo del de Sulca. En la parte de atrás de esa vivienda describió que había árboles frutales, y una especie de gallinero pero sin gallinas, y dijo que no encontraron evidencias. 

En la mesada de la cocina se halló un cuchillo impregnado en sangre, tipo sierrita pero sin los dientes, el perito describió que la hoja era de mucho filo y estaba doblada. Se cree que esta es el arma homicida. En la escena no se encontró otro cuchillo similar. También había manchas de sangre en la grifería y en la puerta. 

Además se encontraron manchas en el teléfono fijo de la casa, y justo en el lugar donde se ubicaba este aparato, había gotas de sangre en el piso. La víctima llamó al 911 y pidió auxilio, en ese momento es cuando habría comenzado a ser atacada. 

El perito describió que el lugar donde mayor cantidad de manchas de sangre encontraron fue en una habitación al parecer deshabitada, ubicada al fondo de un pasillo. En la parrilla de la cama que se encontraba sin colchón, en el piso, al lado de la computadora, en la pared y en la puerta había manchas tanto de contacto como de salpicadura.

La víctima fue encontrada en la que parecía ser su habitación, su cuerpo estaba boca abajo sobre la cama. Barboza explicó que al lado de ella había un perrito viejito, al que no pudieron retirar, por ello salió en la foto a la par del cuerpo.