La Ley de Alquileres vigente establece que los contratos deben tener un ajuste anual que contemple la variación de la inflación y la de los salarios. En ese contexto, las y los inquilinos que firmaron contratos en junio de 2022 van a pagar el próximo mes un aumento del 100%, la primera vez que se desglosa una cifra de tres dígitos. En mayo el incremento fue del 96%.

Así, una persona que en los últimos 12 meses pagó un alquiler de $50.000, a partir de junio de 2023 comienza a pagar $100.000. Es decir, al menos el doble de lo que desembolsó un año atrás.

Cómo se calcula el aumento del alquiler en Argentina

Para calcular el aumento del precio del alquiler, tanto los propietarios como los inquilinos pueden consultar el Índice de Contratos de Locación (ICL) que publica el Banco Central, y contempla la variación de la inflación (según el Índice de Precios al Consumidor IPC del Indec) y los salarios, de acuerdo con la remuneración promedio de los trabajadores estables (RIPTE).

Para aplicar el ajuste con base en el ICL, el usuario debe seleccionar las fechas de inicio y finalización del período que se quiere consultar. Primero, es necesario colocar la fecha en la que se concretó la última actualización, para saber cuál era el índice en ese momento, y en la que se hará el ajuste.

Luego, tomar el precio actual del alquiler y dividirlo por el valor del primer índice. Por último, se debe multiplicar ese monto por el índice de la fecha en la que cambia la cifra del alquiler. El valor que arroje es el importe del alquiler que el inquilino debe abonar durante todo el año.

¿Qué dice la Ley de Alquileres?

Según la Ley de Alquileres vigente, el plazo mínimo para los contratos de alquiler de vivienda es de 3 años. En los contratos el precio del alquiler se debe fijar como valor único, por períodos mensuales y solo se pueden realizar ajustes anuales.

Hasta fines de junio de 2020, antes de ser promulgada la Ley de Alquileres (27.551), el precio se definía cuando se firmaba el contrato, y ese monto total se dividía por los 24 meses de duración del alquiler y, en general, se pactaba con subas semestrales.  En tanto, el plazo del contrato era de dos años.

A partir de la nueva ley, los alquileres se ajustan una vez por año con una fórmula compuesta en un 50 por ciento por la evolución de los salarios (índice Ripte) y 50 por ciento por la evolución de la inflación que mide el Indec (IPC).

Otro de los cambios de la normativa fue que el mes anticipado y el depósito de garantía que deben abonar los inquilinos no pueden ser mayores que el equivalente a un mes de alquiler, respectivamente.

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