El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, negó este domingo que las fuerzas rusas controlen la ciudad de Bajmut, epicentro de los más intensos combates en el este del país, mientras consiguió nuevas promesas de entrega de material militar de sus aliados del G7 reunido en Hiroshima, Japón.

Bajmut "no está ocupada al día de hoy", afirmó Zelenski en rueda de prensa en la ciudad nipona. Según el mandatario, "no hay ningún malentendido" respecto al control por parte de las fuerzas ucranianas en la ciudad. "Comprendo con claridad lo que sucede en Bajmut. No puedo compartir con ustedes los puntos de vista tácticos de nuestros militares. Pero sabemos que un poco más y venceremos", planteó Zelenski.

El Grupo Wagner, punta de lanza de la ofensiva rusa en el este ucraniano, anunció el sábado la toma de Bajmut, noticia que confirmó posteriormente de modo oficial el ministerio de Defensa ruso. Sin embargo, el comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrskyi, señaló que Ucrania todavía "controla una parte de Bajmut", lo cual permitiría al Ejército entrar en la ciudad "en caso de que la situación cambie".

La presencia de Zelenski en Hiroshima colocó a la invasión rusa de Ucrania en el centro de los debates del G7, y eclipsó otras temáticas importantes, como las relaciones de los aliados con China y discusiones relacionadas al cambio climático. Este domingo se reunió con su par estadounidense, Joe Biden, quien prometió a Kiev nuevos envíos de armas, municiones y vehículos blindados por un valor de 375 millones de dólares, días después de permitir a sus aliados el suministro de aviones de combate F-16 a Ucrania.

Con la invitación a Zelenski "hemos mostrado la solidaridad inquebrantable del G7 con Ucrania", afirmó el primer ministro japonés, Fumio Kishida, anfitrión de la cumbre. El canciller alemán, Olaf Scholz, advirtió que "Rusia no debe apostar por que, si resiste lo suficiente, el apoyo a Ucrania terminará debilitándose". Por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, consideró que la presencia del presidente ucraniano en el G7 es "una forma de construir la paz".