Ucrania y Rusia se acusaron ayer mutuamente de destruir una represa en el sur ucraniano, en uno de los "daños más significativos contra infraestructuras civiles" del país desde el inicio de la invasión rusa, que provocó inundaciones en una veintena de localidades y obligó a evacuar a miles de personas, además de generar temores por efectos en la planta nuclear de Zaporiyia, que usa el agua de esa presa para refrigerar sus reactores.

Miles de evacuados

"Hasta ahora, 24 localidades en Ucrania han sido inundadas", dijo el ministro del Interior, Igor Klymenko, mientras que el fiscal general, Andrii Kostin, informó que hubo que evacuar a más de 17.000 civiles de las zonas inundadas.

La represa de Kajovka, ubicada a 60 kilómetros de la ciudad de Jerson, es una infraestructura clave del sur de Ucrania y abastece de agua a la península de Crimea, anexada por Rusia en 2014. Tanto esa instalación como la central hidroeléctrica, que resultó "totalmente destruida", fueron tomadas por las tropas rusas al inicio de la invasión a larga escala del país vecino, lanzada el 24 de febrero de 2022.

Zonas inundadas


El responsable de la administración militar ucraniana en Jerson, Oleksander Prokudin, dijo que varios pueblos quedaron "completamente o parcialmente inundados" y que habían empezado a evacuar la población de la zona.

"Más de 40.000 personas podrían estar en zonas inundadas. Las autoridades ucranianas evacuan a más de 17.000 personas. Desgraciadamente, más de 25.000 civiles se encuentran en el territorio bajo control ruso", indicó en Twitter el fiscal ucraniano Kostin. Un alto funcionario instalado por los rusos en la parte de la región de Jerson bajo su control anunció la evacuación de unas 900 personas de las áreas ocupadas cerca del río Dniéper.

Por otro lado, las autoridades ucranianas indicaron que la destrucción parcial de la represa provocó el vertido de "150 toneladas de aceite de motor" en el río Dnieper. "Existe igualmente un riesgo de nuevas fugas de aceite, lo que tiene un impacto negativo en el medioambiente", dijo en Telegram Daria Zarivna, consejera de prensa del jefe de la administración presidencial ucraniana, Andriy Yermak.

"Sabotaje deliberado"


En ese marco, las autoridades designadas por Moscú en esa zona acusaron a Kiev de destruir la construcción a través de "múltiples ataques". En sintonía, el Kremlin atribuyó ayer a un "sabotaje deliberado" de Ucrania la destrucción parcial de la represa. "Se trata sin duda de un acto de sabotaje deliberado de la parte ucraniana, que fue planificado y ejecutado por orden de Kiev", declaró a la prensa el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov.

"Toda la responsabilidad es del régimen de Kiev", insistió el funcionario, y afirmó que uno de los objetivos de lo ocurrido es "privar de agua a Crimea". Según el vocero, "este acto de sabotaje podría tener consecuencias muy graves para decenas de miles de habitantes de la región" de Jerson, así como "consecuencias medioambientales".

El Gobierno ruso instó a la comunidad internacional a condenar a Ucrania por la destrucción parcial de la represa. "Pedimos a la comunidad internacional que condene las acciones criminales de las autoridades ucranianas, que son cada vez más inhumanas y representan una grave amenaza para la seguridad regional y global", señaló un comunicado del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia.

Por su parte, la justicia de Rusia anunció la apertura de una causa penal por "terrorismo" tras la destrucción de la represa. "Se inició una causa penal por un delito tipificado en los apartados a) y c) del párrafo 2 del artículo 205 del Código Penal (actos terroristas cometidos por un grupo de personas por acuerdo previo que causan daños materiales significativos y otras consecuencias graves)", escribió el ente en su canal de Telegram.

"Brutal ecocidio"

En cambio, responsables ucranianos acusaron a Rusia de haber atacado la represa con tal de "frenar" la contraofensiva que Kiev prepara para recuperar el terreno perdido en el sur y el este del país.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, dijo ayer que "el mundo debe reaccionar" y añadió que "Rusia está en guerra contra la vida, contra la naturaleza, contra la civilización". "Rusia hizo explotar una bomba y ha provocado daños medioambientales masivos", dijo el mandatario.

"Es la mayor catástrofe medioambiental causada por el hombre en Europa desde hace décadas", añadió el dirigente, refiriéndose a los temores sobre la destrucción de flora y fauna en esta zona del sur de Ucrania. "Rusia es culpable de un brutal ecocidio", dijo también Zelenski, para quien las fuerzas de Moscú "deben ser consideradas plenamente responsables de su terror".

Reunión del Consejo de la ONU

En tanto, el Consejo de Seguridad de la ONU convocó una reunión de emergencia ante los pedidos al respecto de las autoridades rusas y ucranianas, indicaron fuentes diplomáticas, según recogió la agencia AFP. El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, dijo que lo ocurrido es "otra consecuencia devastadora" de la invasión rusa a su vecino.

"La tragedia de hoy es otro ejemplo más del horrible precio de la guerra para la gente", manifestó Guterres a periodistas en Nueva York, y añadió que la ONU "no tiene acceso a información independiente sobre las circunstancias que llevaron a la destrucción".

La Casa Blanca consideró ayer que habrá "probablemente muchas muertes" por la destrucción de la represa, pero apuntó que aún carece de evidencia concreta para decir quién estuvo detrás del acto.

Alerta en Zaporiyia


La represa de Kajovka también abastece de agua de refrigeración a la central nuclear de Zaporiyia, pero el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), que dirige el argentino Rafael Grossi, indicó que no hay un riesgo inmediato. "El OIEA está al corriente de las informaciones del daño en la represa de Kajovka, los expertos en la central nuclear de Zaporiyia están vigilando de cerca la situación, no hay un riesgo inmediato de seguridad nuclear en la planta", dijo la agencia nuclear de la ONU en Twitter.

La dirección de la central nuclear, bajo ocupación de Moscú, coincidió en que no hay una amenaza para la planta atómica. "En este momento no hay amenaza para la seguridad de la central nuclear de Zaporiyia", indicó en Telegram el director Yuri Chernichuk.

En cambio, para los ucranianos, el peligro de "catástrofe nuclear" en la central "aumenta rápidamente" tras la destrucción parcial de la represa a 150 kilómetros de distancia, dijo un consejero de la presidencia en Kiev. "El mundo se encuentra una vez más al borde de una catástrofe nuclear, dado que la central nuclear de Zaporiyia ha perdido su fuente de refrigeración. Y este peligro aumenta rápidamente ahora", lamentó Mijail Podoliak en un mensaje dirigido a periodistas.

Condenas de Cruz Roja, Amnistía y HRW


El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), considerado una especie de guardián del Derecho Internacional, recordó que "las represas tienen una protección especial", tras conocerse el ataque contra la instalación ubicada en el sur ucraniano. La organización precisó que este hecho se trata de "uno de los daños más significativos contra infraestructuras civiles" desde el comienzo de la invasión y apuntó que el ataque puede constituir un crimen de guerra.

Las ONG Amnistía Internacional (AI) y Human Rights Watch (HRW) condenaron ayer el desastre ambiental y humanitario que supone la destrucción de la represa hidroeléctrica de Kajovka.

"Estamos profundamente preocupados por la seguridad de cientos de personas afectadas por la destrucción de la represa de la central hidroeléctrica de Kajovka en la región de Jersón, en Ucrania, y por la gran devastación medioambiental que causarán las inundaciones", declaró el director de Medioambiente y Derechos Humanos de HRW, Richard Pearshouse, en un comunicado.

Pearshouse, que agregó que la planta también suministra agua a la central nuclear de Zaporiyia, que utiliza el embalse para la refrigeración de sus instalaciones, las más grandes de Europa, pidió a las autoridades rusas y ucranianas que evacuen a los civiles de las áreas afectadas y que proporcionen atención médica y humanitaria.

Por su parte, la directora regional de Europa del Este y Asia Central de AI, Marie Struthers, reclamó a la comunidad internacional que lleven a los responsables de este "enorme desastre humanitario" a la Justicia.

"Las normas del Derecho Humanitario protegen específicamente las represas debido a los peligros que su destrucción representa para la población civil", manifestó Struthers, que agregó que el ataque contra Kajovka es una "catástrofe que pone en peligro la vida, la seguridad y el bienestar de cientos de miles de personas".

En esa línea, aseguró que su destrucción supone un "desastre humano y ambiental" que "privará a la población del suministro de agua potable, incluso en las principales ciudades y en la península de Crimea ocupada por Rusia".

"De manera particularmente preocupante, puede tener efectos catastróficos en la planta nuclear de Zaporiyia, que también está bajo control ruso y que depende del agua de Dnieper para un mantenimiento crítico", recordó, según la agencia de noticias Europa Press. Struthers exigió una investigación "independiente" e "imparcial" sobre el suceso.

"Reiteramos nuestro llamado para que todos los presuntos responsables de agresión, crímenes de guerra y otros crímenes de Derecho Internacional comparezcan ante la Justicia en juicios justos y para que las víctimas y los supervivientes reciban una reparación completa", afirmó.