El salto en la cotización del dólar que comenzó el mes pasado repercute en las góndolas. A contramano de la posición negadora que profiere la Casa Rosada, el alza en el precio de la moneda estadounidense se traslada a los precios internos. Como anticipó este diario la semana pasada, las cadenas de supermercados comenzaron a recibir aumentos del 5 por ciento en aceites y harinas y en artículos de empresas como Arcor, Coca-Cola y Molinos. Esas compañías suelen ser las que pican en punta y luego son acompañadas por el resto. La consultora Elypsis advirtió que durante la primera semana de agosto la inflación se aceleró al 0,8 por ciento semanal contra una suba del 0,3 por ciento registrada la semana previa. La firma estimó que en alimentos y bebidas, la escalada semanal se aceleró al 1,1 por ciento cuando siete días atrás había sido del 0,5 por ciento. 

Desde las cadenas de supermercados explican que existe una gran cantidad de productos primarios cuyos precios están dolarizados. Entre ellos se destacan el aceite y las harinas, donde el aumento en el precio del dólar impacta con más intensidad. Asimismo, existen insumos básicos para la producción de alimentos donde se replica la misma lógica, como por ejemplo conservantes y saborizantes. Los alimentos y bebidas acumularon una suba de precios del 12,3 por ciento en los primeros siete meses del año y un alza interanual del 19,3 en julio. 

El relevamiento de la Ciudad de Buenos Aires da cuenta de subas significativamente superiores en rubros de la  canasta de consumo masivo. La leche y los productos lácteos marcan alzas del 19,9 por ciento entre enero y julio y 32,6 por ciento en doce meses. Los aceites, en tanto, acumulan subas moderadas en lo que va del año del orden del 6,7 por ciento pero trepan a 30,9 por ciento en términos interanuales. Entre las bebidas no alcohólicas el alza promedio en 2017 llega al 10,4 por ciento y en términos interanuales en julio alcanza al 30,9 por ciento.