Al oficializar ante la justicia su Acuerdo Programático, la alianza Juntos por el Cambio presentó su propuesta o plataforma económica que asume como programa de gobierno, cualquiera sea el candidato que resulte electo por esa fuerza para competir por las elecciones presidenciales. Inflación, dólar, déficit fiscal, reformas laboral y tributaria forman parte de ese escrito.
"Iniciaremos un plan de estabilización. El objetivo central es reducir drásticamente la inflación. Las y los argentinos tendremos una moneda nacional y una macroeconomía ordenada", sostiene el primer punto. Pero no agrega nada sobre la política a seguir con los formadores de precios, qué políticas se aplicarían para salir de la indexación que provoca la inercia inflacionaria, así como las políticas del FMI que obliga a mantener tasas altas, ajustes de la paridad cambiaria por arriba de la inflación y políticas tarifarias sin subsidios. Al contrario, estas mismas políticas parecerían replicarse en otros puntos del documento, pero no como imposiciones del Fondo sino como propuestas propias de JxC. Pero por otro lado, el texto de este punto sostiene que el país "tendrá una moneda nacional" junto a una macroeconomía ordenada, poniendo distancia defintiva de cualquier acuerdo en base a la dolarización de la economía, como lo propone Javier Milei, de La Libertad Avanza.
Terminar con los tipos de cambios múltiples y el "cepo" cambiario. "Iremos a una rápida unificación cambiaria", anuncia. En el actual contexto de escasez de divisas, terminar con la administración de los pagos al exterior (el llamado cepo) y, a la vez, unificar todos los tipos de cambio, sólo se podría lograr retirando al Banco Central del mercado de cambios, dejando que la "flotación cambiaria" lleve el valor del dólar a un nivel incalculable. Es decir, que lo anterior equivale a decir que se apuesta a la megadevaluación.
"Equilibrio fiscal primario. El déficit se eliminará con la reducción del gasto público consolidado. Pondremos el foco en terminar con privilegios y regímenes de excepción incompatibles con la situación del país y con el desarrollo". El camino al equilibrio fiscal se pretende transitar no a través de una recaudación más eficiente, mejorando las cuentas fiscales con más ingresos, sino achicando gasto público. No se menciona a qué privilegios o regímenes de excepción se refiere. Esa forma de intervenir en las cuentas fiscales para lograr su equilibrio suponen que se está proponiendo un mayor ajuste.
"Garantizaremos la independencia del Banco Central mediante una nueva Carta Orgánica. La prioridad de la autoridad monetaria será la estabilidad de los precios". La postura insiste en la autonomía del Banco Central, ajena a la ejecución de la política económica del gobierno. Pero, además, sugiere desandar las reformas a sus funciones que se lograron por vía de los cambios en su Carta Orgánica, devolviéndole alguna de las funciones que le había quitado la Ley de Entidades Financieras de la dictadura. JxC no propone modificar la ley de entidades financieras, al contrario, estaría sugiriendo volver a acercarse a su texto con una "nueva carta orgánica" que borre los cambios que le introdujo, fundamentalmente, el kirchnerismo. Eso sí, JxC reconoce la existencia del BCRA, manteniéndose lejos de la postura de eliminar la entidad que postula Milei.
Reformas impositivas. "Haremos una reducción responsable de los impuestos compatible con el equilibrio fiscal. Será prioridad la reducción de impuestos distorsivos como ingresos brutos, los impuestos al trabajo y las retenciones". Los ingresos brutos son recursos genuinos administrados por las provincias. El programa nacional de JxC avanza sobre las jurisdicciones locales proponiendo su derogación, después de descalificarlos como "distorsivos". Igual denominación le aplica a lo que llama "impuestos al trabajo", que no son impuestos sino contribuciones partronales obligatorias y con fines específicos, que se verían afectados sin compensación. Finalmente, asume la posición más extrema del sector más concentrado de los agroexportadores pidiendo, no una rebaja sino la eliminación, lisa y llana, de las retenciones. Todo este capítulo tiene un claro sesgo proempresario.
"Quitaremos el peso del Estado sobre quienes producen. Avanzaremos en la eliminación de trabas y regulaciones, la simplificación del cumplimiento tributario, la digitalización de todos los trámites, registros, y la recuperación de las SAS". La desregulación de actividades es una reiteración de lo que puso en práctica Mauricio Macri en sus cuatro años de gobierno, habilitando diversas formas de actividades fraudulentas, que no dejaban de serlo con las modificaciones sino que dejaban de controlarse, en nombre de "la eliminación de trabas burocráticas". El ejemplo más claro es el de las sociedades anónimas simplificadas, las SAS, que JxC pide recuperar. Son formas de constituir una sociedad en un trámite sencillo, en un día, sin responsables expuestos ni activos de respaldo que presentar, que pueden ser utilizados incluso para hacer una única operación. Su masificación equivaldría a convertyir al país en una guarida fiscal.
"Queremos convertir a la Argentina en un país exportador. Para eso vamos a desburocratizar el comercio exterior, eliminaremos normas distorsivas y restricciones ocasionadas por la discrecionalidad de los funcionarios. Vamos a terminar con el esquema actual de comercio administrado que limita el acceso a bienes de capital e insumos que necesitan los sectores productivos". Es otra forma de eliminar controles e inspeccciones que, actualmente, ejecutados planificadamente por la Aduana y la AFIP, está permitiendo dejar a la vista maniobras de subfacturación de exportaciones y sobrefacturación de importaciones que representan fugas de divisas a través del fraude por varios miles de millones de dólares por año.
Reformas laborales. "Le pondremos freno a la industria del juicio que hace quebrar a nuestras PyMES. Crearemos fondos de cese laboral para actividades de alta rotación de adhesión voluntaria. Vamos a habilitar en sectores de alta rotación la posibilidad de crear Fondo de Cese que les garantice un ingreso a los trabajadores al final de la relación laboral y que brinde previsibilidad a los empleadores". El objetivo es reemplazar las indemnizaciones por despido por un mecanismo de cuenta ahorro donde el propio trabajador va aportando mensualmente para pagarse con ese fondo su indemnización al ser despedido. El sesgo propatronal de este tipo de propuestas es total.
"Atacaremos a la pobreza estructural a partir de una inversión innovadora que genere infraestructura para el desarrollo". "Enfrentaremos la indigencia reordenando la política alimentaria". Como en el caso de la inflación, en la propuesta de JxC no aparece "el cómo" de esas formas de ataque al problema, ni mucho menos, los responsables de generar el problema.