Los “brotes verdes” entusiasman al gobierno con la demorada llegada de un próspero “segundo semestre”. Sin embargo, el humor de la calle no refleja la recuperación. Multitudinarias marchas de trabajadores informales, anuncios de despidos con protestas y violentas represiones, quejas de comerciantes y pequeñas industrias por la caída en las ventas y la suba de los costos de tarifas y alquileres, muestran una economía paralela a las que transcurre en los indicadores estadísticos positivos del Indec y de las consultoras privadas. Ese contraste entre la economía cotidiana y los indicadores estadísticos intentó ser explicado por algunos funcionarios del área económica. “La reactivación no se percibe en la calle” por tres motivos: “van sólo 100 días de recuperación”, “la política metió la cola” y “una porción de la población no se vincula con los sectores más dinámicos de la economía”, enumera el diario Clarín. 

 La primera de las afirmaciones es clave, ya que la mayoría de los sectores que muestran incremento lo hacen en referencia a los bajos niveles de producción del año pasado, sin aún recuperar los niveles de 2015. Por ejemplo, la construcción que lidera la reactivación de la mano de la campaña electoral de la obra pública aún no logró recuperar los puestos de trabajo formales perdidos en 2016, y en junio de este año aún registraba 20.000 puestos menos que en el mismo mes de 2015. El nivel de empleo privado formal, si bien en mayo se recuperaron 14.000 puestos respecto al mismo mes del año pasado, todavía se perdieron unos 14.000 respecto a 2015. Ello sin contar que se precisaban crear 200.000 empleos privados formales desde 2015 para absorber a los se suman al mercado de trabajo, manteniendo la estructura de empleo heredada.  

Los “100 días de recuperación” también abren dudas respecto a si se trata del inicio de una fase de crecimiento, o un simple repunte electoral como los de 2013 o 2015. Desde el oficialismo apuntan a “la política” como causante de la última suba del dólar empañando la reactivación. Pero también “la política” mandó a intervenir al Banco Central para postergar otra de las devaluaciones más anunciadas de la historia. A su vez, “la política” se encuentra detrás del impulso a la obra pública, la postergación de los tarifazos y de recortes de gastos hasta octubre. Una agenda post–electoral que de confirmarse sepultaría la leve reactivación de la economía de los últimos meses.

También es cierto que “una porción de la población no se vincula con los sectores más dinámicos de la economía”. Esa porción fue en aumento en el último año y medio ya que la destrucción de empleo privado formal fue acompañado del incremento en el empleo público y precario. Pero aún dentro del universo de trabajadores formales, los salarios corrieron detrás de los precios, perdiendo el equivalente a un mes de sueldo aproximadamente desde el cambio de gobierno. Esa desigual distribución de los frutos de la reactivación, explica porque no se siente en la base de la pirámide social.

@AndresAsiain