Con la lógica de vigilar y castigar siempre activa, el gobierno porteño anunció que con el dinero descontado a los docentes que adhirieron a paros le pagará un adicional extraordinario a quienes no se hayan sumado a esas medidas de fuerza y no hayan faltado ni una vez en el semestre. La medida fue inmediatamente rechazada por los gremios mayoritarios, que la calificaron o como “un ataque” más de Juntos por el Cambio a la organización sindical.

El anuncio fue hecho ayer a través de un comunicado del Ministerio de Educación que conduce Soledad Acuña en el que confirma que “con dinero de los huelguistas, la Ciudad reconoce a los docentes con asistencia perfecta”.

Sesenta mil pesos es el monto con el cual premiarán a los maestros, maestras y personal directivo que no haya adherido a los 11 paros concretados durante el primer semestre de este año, según se especificó. Los beneficiarios deberán tener asistencia perfecta, es decir que además de no adherir a las medidas de fuerza no tendrían que haber faltado por enfermedades, cuidado de personas a cargo u otros problemas personales.

Los bonos se pagarán con el sueldo de julio y, según la información de la cartera educativa, alcanzarán “al 72 por ciento de los docentes de gestión estatal”. No obstante, la cifra informada también es una provocación, puesto que los porcentajes de adhesión a las medidas de fuerza rozaron más de una vez el 100 por ciento.


“Los docentes que nunca faltaron son el ejemplo que necesitamos para construir el futuro de la ciudad y del país, por eso los recompensamos”, lanzó el anuncio rompehuelgas, que fue provocativamente celebrado por la ministra a través de Twitter: “En el país donde hay políticos que pagan por marchar, nosotros recompensamos a los que trabajan”, posteó.

El antecedente de Vidal

El criterio antisindical y la modalidad que roza la ilegalidad es similar al plus rompehuelgas que su compañera María Eugenia Vidal aplicó en 2017. Cuando era gobernadora, la hoy diputada había anunciado un plus salarial para los docentes que no hacían huelgas.

Esta política recibió un duro revés judicial. La jueza en lo Contencioso Administrativo de La Plata, María Ventura Martínez, determinó que los descuentos y el premio “implican actos que alteran, restringen, limitan o afectan la libertad de los trabajadores y de sus entidades gremiales en las negociaciones colectivas”.

La reacción de los gremios docentes

Tras el anuncio de Acuña, la reacción de los principales gremios docentes de la ciudad de Buenos Aires fue inmediata. La medida tiene un perfil "ideológico” y tiene la “intención de dividir a la docencia", afirmó Jorge Adaro, titular de Ademys.

En diálogo con Télam, el dirigente no solo sostuvo que ese premio es “un ataque a un gremio fundamentalmente femenino" sino que “no va a cobrarlo nadie". Y no solo eso. Además, concluyó, “tiene mucha miserabilidad política".

La Unión de Trabajadores de la Educación (UTE) también criticó el anuncio. “Es otro ataque directo a la organización de lxs trabajadorxs, un intento de amedrentamiento a la docencia y a la unidad construida al calor de la lucha en defensa de la educación pública para todxs", expresó a través de un comunicado.

"Con esta nueva medida (el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez) Larreta nuevamente intenta dividir a la docencia y debilitar el reclamo colectivo. Nuevamente va a fracasar", advirtió.

La única entidad gremial que celebró el plus romehuelgas fue el Sindicato de Educadores Argentinos (Seduca), cuyo titular es Facundo Lancioni Kaprow, un militante de Juntos por el Cambio que acompaña a los candidatos de Juntos por el Cambio en cada acto proselitista de cara a las próximas elecciones.

“No se aceptan críticas a toda medida que ayude a generar un ingreso extra a los docentes”, fue el singular argumento con el que defendió el premio de Acuña.