Y al final el momento llegó. Se armó el contrapunto en las redes sociales entre los relatos de los dos precandidatos que más miden, Axel Kicillof y Diego Santilli. El "relato", lejos del uso peyorativo del término, que lo asimila a una forma de mentira o falsedad, es un elemento constitutivo de cualquier proyecto político.: ordena y propone una visión del mundo (en este caso, de la provincia). Pasen y vean.

Kicillof pone el acento en los derechos y, juego de palabras mediante, en el avance “derecho al futuro”. Santilli promete resolver la inseguridad, aunque por ahora no explica cómo. Grindetti continúa su trabajo de instalación, debe hacerse conocer como candidato de Patricia Bullrich, que por ahora tiene una intención de voto muy superior a la suya.

La cuenta de Twitter "Derechos vs Derecha", que tiene a Eva Perón de Fondo y en el perfil a Kicillof sacándose una selfie con la vice Verónica Magario, avanzó un paso. Citó una nota sobre la presentación del plan económico de la Fundación Mediterránea, que preside Carlos Melconian, y acompañó el tuit con un texto. Empieza así: "Resumiendo: 1. Despidos, 2. Ajuste de jubilaciones". Y luego cita una frase de Kicillof: "Más que campaña del miedo, lo que da miedo es su campaña".

La campaña del gobernador lanzó un nuevo video, “Vamos derecho”, siguiendo la misma línea discursiva de los anteriores, “derecho al futuro” y “derecha o derechos” en el que enumera los derechos básicos de los bonaerenses que amplió a lo largo de su gestión -educación, salud, trabajo, descanso- y remata con el lema “derecho al futuro”.

Aunque no la menciona en redes con nombre y apellido, pero sí alude a ella en los posteos y en sus discursos, Kicillof propone un contrapunto con la gestión de su antecesora, María Eugenia Vidal. Ocurre que, para los electores, ninguna gestión es buena o mala por sí misma, sino en el marco de las comparaciones, con algún distrito cercano o de características similares -suele ocurrir entre municipios vecinos-, o con una gestión anterior. Y la elección de con quién compararse, obviamente, tampoco es neutral.

La recorrida del sábado por la capital provincial, junto al precandidato Julio Alak, también puede inscribirse en esta estrategia de contraste. Kicillof vive y trabaja en La Plata, a diferencia de Vidal, que residía en la base aérea de Morón y manejaba el gobierno desde unas oficinas en el barrio porteño de Retiro.

El precandidato a gobernador del larretismo, Diego Santilli, por su parte, también presentó un spot de campaña en sus redes sociales. Para él, “la provincia es una papa caliente”, que Kicillof “soltó enseguida” y él podrá agarrar, “con manos curtidas por el trabajo”. Si la apuesta de la campaña de Kicillof es poner en valor su gestión por contraste con el pasado reciente, la de Santilli es proponer una mirada ahistórica, en la que aparecen las dificultades, pero no los procesos ni las causas que las explican.

La estrategia dista de ser desacertada. En tiempos de tecnopolítica, de sobreestimulación, la memoria, la capacidad de relacionar decisiones políticas y consecuencias sobre el primer metro cuadrado, sobre la vida cotidiana, es un bien escaso. Si no se la activa, permanece latente, dormida. 

La semana pasada, Vidal intentó meterse en la discusión bonaerense, también desde Twitter, el escenario preferido para estas polémicas, a través de un hilo titulado "El fracaso de Kicillof". Recibió duras respuestas de los funcionarios actuales, algo esperable. Lo llamativo fue la casi nula intervención en la conversación de los dirigentes de su espacio político, probablemente concientes de que ese terreno no los favorece. Su intento de reivindicar su gestión terminó siendo un flaco favor a los candidatos actuales.

En síntesis, Vidal, hoy diputada nacional por la ciudad de Buenos Aires, será protagonista involuntaria de la campaña: unos la traerán al centro de la escena porque la comparación los favorece; otros, desde su mismo espacio, intentarán "cancelarla", como si su gobierno nunca hubiera ocurrido.

La contracampaña

El fin de semana, a su vez, Santilli reflotó en la web La Política On Line un viejo tópico del macrismo: la “campaña del miedo”, según la cual el kirchnerismo amenaza con todo lo que se perdería en un hipotético gobierno de JxC”. Santilli sostiene que “es algo que siempre hacen”, pero no cree que funcione. Esa es, y todo indica que será durante los meses que nos separan de octubre, la respuesta al planteo adversativo de “derecha o derechos”.

Al macrismo le funcionó en 2015, cuando no había realidad con la cual confrontar las catástrofes que el kirchnerismo les atribuía a sus antagonistas. Ocho años después, la realidad es otra. Habrá que ver si opera y cómo juegan el período 2015-2019 y sus marcas en la memoria colectiva bonaerense. Desde la campaña del gobernador, retrucan que la campaña del miedo es, en realidad, una confesión de parte.

En el campamento de Néstor Grindetti, las buenas noticias vinieron por el lado del fútbol. La victoria de Independiente en Santiago del Estero lo aleja de los puestos de descenso, mientras que la derrota de Huracán lo hunde un poco más. Será difícil para el precandidato que preside del club de Avellaneda, desligar su performance electoral de los resultados deportivos de su equipo. 

Grindetti sigue recorriendo distritos bonaerenses junto a Bullrich para bajar el nivel de desconocimiento en el electorado. Estos días fue el turno de Mercedes, Bragado y Berazategui. En cada caso, se suman los candidatos locales. Hasta acá, Santilli y Grindetti no han polemizado entre sí ni, mucho menos, se han agredido. Parecen dejarle ese monopolio a sus respectivos candidatos presidenciales. 

A juzgar por lo ocurrido el fin de semana y hoy mismo en Merlo, Massa parece estar coordinando cada vez más sus acciones con la campaña provincial de Kicillof. 

En la inauguración de un paso bajo nivel en Laferrere, partido de La Matanza, fue bastante explícito al referirse a la oposición:  “los que descalifican a La Matanza y después vienen a pedir el voto”.  

No fue un hecho aislado. Días antes se había referido, sin nombrarlos, a los economistas de JxC que "llaman al Fondo Monetario para pedir que explote todo". Massa estuvo junto a Diego Giuliano, uno de los ministros nacionales del Frente Renovador, cuyo protagonismo y visibilidad, según todo indica, irá in crescendo en el transcurso de la campaña.

España vota presidente el próximo domingo. En un intento por revertir un panorama adverso, las principales figuras del socialismo, que recibió una dura derrota en las municipales y autonómicas, salen a exponerse y a debatir de visitante, en los medios que responden a la derecha, que son unos cuantos. El resultado es más que interesante: en vez de monólogos, debate. En vez de centros, intercambio. Algo que no se ve hace años. ¿Una moda? El futuro lo dirá.