Vinimos a Buenos Aires para que el presidente nos escuche porque el gobernador Morales ha violado la Constitución Nacional y los tratados internacionales. En Jujuy nadie nos escuchó y nos vimos obligados a cortar las rutas, la policía nos reprimió, se llevaron a nuestros hermanos arrastrándolos por el piso. Al día siguiente llegaron más policías con balas de goma. Muchos de nosotros fuimos estropeados en la represión, nuestros hermanitos más jóvenes perdieron su ojo y muchas mujeres fueron lastimadas.

Ya no podemos soportar más esta situación, hay una persecución a todos nuestros hermanos comuneros, estamos siendo perseguidos con causas donde tenemos que pagar millones. No sabemos cómo vamos a pagar eso, no somos ricos como Morales. Hace muchos años vienen robándonos con el litio, ya empieza a faltar el agua y con esta reforma nos van a quitar lo poco que queda.

Venimos a Buenos Aires a traer nuestras quejas al presidente, queremos ser escuchados, queremos que anule la reforma. Morales ya se ha pasado, no respeta a nadie, no ha realizado la consulta libre, previa e informada. Queremos que el presidente intervenga la provincia porque ya no se puede más. No tenemos justicia, ni partido que nos salve, estamos desamparados porque Morales maneja todo, la justicia, la policía y los partidos políticos, él hace lo que quiere y todo lo que hace lo hace violando las leyes.

Cuando vimos que no éramos escuchados y sufrimos la represión empezamos a pensar en viajar a Buenos Aires y juntamos plata entre nosotros. Los hermanos de los pueblos indígenas de todas las provincias nos han ayudado. Ahora le pedimos a todo el pueblo que nos apoye, vamos a poner el cuerpo y no nos vamos a rendir hasta que nos den una solución.

En Jujuy hay pobreza, venimos sufriendo hace mucho con este gobernador. La violencia viene de hace rato y nosotros hemos estado aguantando pero ya no podemos más porque nos está quitando todo. Nuestros hermanos ya se han dado cuenta, nos va a dejar sin nada, lo dice en la reforma, Morales quiere privatizar el agua. Nosotros vivimos de lo que producimos, del tejido, el hilado, de nuestros animales, no somos grandes productores, con eso nos mantenemos, nos alcanza para vivir.

Yo vivo en Coranzulí, Susques, hace ocho años atrás intentaron quitarme mi territorio, vino la policía a sacarme, fui con mi tontera a denunciar lo que me había pasado porque no había cometido ningún delito. No conocía mis derechos hasta que mis hermanos me enseñaron que había una ley y que no me podían sacar nada.

Vi como Morales engañaba a la gente diciéndole que iban a tener trabajo pero en vez de eso les robaron el agua. Siempre pasa lo mismo, les ofrecen trabajo por dos o tres años en las mineras y en el litio y al poco tiempo le dicen que son flojos, los echan y traen a su propia gente. Les daban camiones y máquinas para que supuestamente ellos también sean socios, así los engañó, consiguió que les den acceso al agua y después los echó.

Ellos nos quieren engañar diciendo que no usan agua dulce para el litio sino que solo gastan agua salada, pero es mentira, como mis hermanos no salen a asesorarse no lo saben. Están gastando miles de litros de agua por segundo. Hay personas que están amenazadas entonces no dicen nada, así gobierna Morales.

El año pasado hasta les quitó a los chicos una cancha de fútbol en Caspalá, el único espacio que tenían para jugar y reprimió a nuestros hermanos. La policía de Morales sacó a la gente a los balazos, la comunera de ese lugar no se dejó atropellar, resistió, ella hizo lo quería su pueblo pero llegó la policía para quitarle el lugar.

Hacen caminos y pozos de agua para las mineras, todo de forma irregular. Esas empresas se instalan sin permisos, sin dar a conocer el impacto ambiental que generan y muchos comuneros como están amenazados les entregan el lugar sin pedir explicaciones, sin saber nada. Así nos roban las tierras pero vamos a seguir resistiendo hasta las últimas consecuencias.