El 1520 Sedgwick Avenue es un complejo de departamentos que tiene un lugar central en la historia del Hip Hop. En el legendario barrio de Nueva York, el "Bronx", se celebró la primera fiesta de Hip Hop en la década de 1970. Este edificio contaba con un salón de fiestas, donde DJ Kool Herc, uno de los pioneros del Hip Hop, que en ese entonces tenía 18 años, realizó una fiesta el 11 agosto de 1973, marcando el inicio de una cultura.

Clive Campbell, ese es su nombre de nacimiento, tuvo la fantástica idea de utilizar diferentes técnicas de mezcla para fusionar ritmos. Por su versatilidad, el Hip Hop terminó influyendo en otros ritmos como el rap y el breakdance, así como otras expresiones culturales como el graffiti. Es mucho más que un estilo musical, es un modo de ver el mundo.

El Hip Hop es una herramienta cultural central en la lucha contra el racismo. Sus letras son contestatarias, una denuncia a la discriminación racial, sobretodo aquella llevada adelante por las fuerzas de seguridad, tal como nos muestra la icónica canción "Fight the Power" de Public Enemy.

Post época de segregación racial, de las leyes de Jim Crow, el Bronx en los 70 era considerado un barrio marginal, empobrecido, donde se concentra una importante comunidad afrodescendiente. De la persecución policial constante a centro de atracción…pasaron décadas y hoy dicho barrio es visitado por millones de personas, pues es un verdadero centro de expresiones diversas de la cultura negra. En particular, el edificio de la calle Sedwick aunque no tuvo las restauraciones ni señalizaciones que merece, igualmente es visitado cotidianamente por ser el lugar que vio nacer a esta cultura de raíces africanas. En el año 2024 se prevé inaugurar cerca de allí, sobre el río Harlem, el Museo Universal del Hip Hop.

Las fiestas improvisadas, las calles concurridas, las esquinas de los barrios, son también en Argentina espacios políticos en que suele darse lugar a creaciones artísticas. Vemos así una continuidad entre lo que surge como expresión de las juventudes a través de las décadas: el arte al servicio de la denuncia de las desigualdades. Vale preguntarse cuánto más la juventud de las barriadas podrían crear si no tuvieran que preocuparse por la persecución policial selectiva.