Este domingo se llevan adelante en Ecuador las elecciones presidenciales y legislativas marcadas por una crisis institucional y económica y por una ola de violencia criminal que incluyó el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio.

Para garantizar la seguridad en los comicios, que se desarrollan bajo un estado de excepción decretado por el Gobierno tras el asesinato de Villavicencio, hay 92.000 policías y militares desplegados en todo el país. Desde el miércoles, los miembros de estas instituciones ya resguardan los centros donde se receptarán los votos. 

Además, para verificar el correcto desarrollo de los comicios el Consejo Nacional Electoral calificó a 340 personas de delegaciones internacionales: 215 de misiones de observación electoral –como la delegación de la Organización de Estados Americanos–, 3 personas como misión de expertos, 101 como misiones de observación diplomática y 21 personas naturales. Los veedores nacionales son 2.026.

Las mesas de votación abrieron este domingo lluvioso a las 7 (hora local) y está previsto que cierren a las 17. Según reportan varios medios locales, los votantes se acercan a emitir su voto en un clima de miedo y cautela, aunque hasta ahora la jornada se viene desarrollando con normalidad

"Los ecuatorianos votan con tres sentimientos: el miedo a la inseguridad (...), el pesimismo respecto a la situación económica y la desconfianza hacia la clase política", dijo Santiago Cahuasquí, politólogo de la Universidad Internacional SEK, a la agencia de noticias AFP.

"Hay bastante control policial (…) lamentablemente este gobierno no ha tenido la inteligencia de manejar la muerte, la delincuencia (…) mano dura hace falta", señaló, por su parte, Luis Laguas, de 54 años, un votante del norte de la capital.

Donde sí se están registrando dificultades, según varios migrantes ecuatorianos que viven en Bélgica, Italia, España, Suiza, y Reino Unido, es en el sistema de sufragio telemático. De acuerdo a lo que detallaron varios usuarios en redes sociales, el sistema les muestra mensajes de error en distintos pasos del proceso para votar, ya sea después de ingresar su número de cédula o de digitar los códigos de seguridad que les envía la plataforma a sus correos electrónicos para autenticar su voto. 

El Consejo Nacional Electoral (CNE) sostuvo en su cuenta oficial de Twitter que las denuncias sobre la votación en el exterior son falsas. “Informamos que el sistema de #VotoTelemáticoEnElExterior funciona con normalidad”, publicó la CNE luego de que se viralizaran las quejas de estos usuarios.

En las votaciones de este domingo, casi 13 millones y medio de ciudadanos están habilitados a elegir a un presidente y vicepresidente que completen el mandato del conservador Guillermo Lasso hasta 2025.

"Hoy, precisamente, Ecuador está ante un nuevo reto democrático: elegir de manera libre y consciente a quienes serán sus nuevos gobernantes. El voto es una herramienta fundamental para detener el avance de proyectos autoritarios que ponen en riesgo la estabilidad del país y para afianzar el desarrollo y la prosperidad de las familias ecuatorianas", expresó Lasso este domingo.

En esta jornada electoral también se elegirán a los 137 congresistas que completarán el actual período de cuatro años previsto hasta mayo de 2025.

"Votar para condenar la violencia"

La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) de Ecuador, Diana Atamaint, animó este domingo a los ecuatorianos a que acudan a votar en las elecciones generales extraordinarias para, de esa forma, condenar la violencia y ratificar su compromiso con la democracia.

Al inaugurar la jornada electoral, Atamaint señaló que "el momento que vive la patria demanda que la ciudadanía, las instituciones políticas y del Estado y la fuerza pública cierren filas para combatir sin miedo a los pocos violentos que quieren sumir al país en la desesperanza".

"Quienes creemos en el Estado de Derecho, la respuesta debe ser democracia, democracia y más democracia. Invito a votar con optimismo y con la confianza que las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional y el CNE hemos puesto para garantizar unos comicios pacíficos y seguros mediante un plan de seguridad", apuntó Atamaint.

La presidenta del CNE también ratificó la decisión tomada por el Gobierno y por las autoridades electorales de no postergar los comicios después del asesinato de Villavicencio, acribillado a tiros por presuntos sicarios colombianos a la salida de un mitin electoral en Quito.

"Pese a los sucesos ocurridos en estas semanas que causan dolor y enlutan la democracia del país, es necesario precisar que la no ejecución de los comicios podría representar la nulidad de los mismos. Estos hechos violentos no nos detendrán, porque la paz y la democracia la defendemos todos", explicó Atamaint.

"Que el ejercicio de nuestros derechos sea nuestra mejor defensa frente a los que pretenden arrebatarnos la paz y sembrar el miedo mediante la violencia. Que el voto de cada uno sea un símbolo de convivencia pacífica, progreso y racionalidad", subrayó.

La jefa del ente electoral también agradeció el apoyo de más de 53.000 miembros de la Policía Nacional desplegados con motivo de las elecciones, a los que se sumarán un contingente importante de las Fuerzas Armadas al amparo del estado de excepción declarado por el Gobierno luego del asesinato de Villavicencio. 

Además, destacó la presencia en estos comicios de 2.366 observadores electorales, de los que 2.026 son nacionales y 340 internacionales, entre ellos misiones de organismos como la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Unión Europea (UE).

Unas elecciones atípicas

El proceso electoral, marcado por una alarmante ola de inseguridad, ejemplificada en el asesinato de Fernando Villavicencio, cuando faltaban apenas días para la cita con las urnas, empezó el jueves con el voto de los presos sin sentencia firme y siguió el viernes con el voto en casa para mayores de 50 años o personas con discapacidad de más del 75 por ciento. 

La votación se anticipó ya que en mayo Lasso disolvió la Asamblea, de mayoría opositora, cuando se disponía a votar una moción de censura en su contra por presunta malversación. Entonces convocó a elecciones, amparado en el recurso constitucional conocido como "muerte cruzada".

En este marco de crisis, la correísta Luisa González llegó a los comicios encabezando todas las encuestas, pero no con una cantidad de votos que le permita evitar una segunda vuelta prevista para el 15 de octubre.

Tal como consignó el periodista de Página/12 Guido Vasallo, para estos comicios no se percibe un entusiasmo generalizado en las calles. En los últimos días no se vieron por el centro de Quito carteles electorales. Tampoco pasaron autos haciendo proselitismo ni se vio a la militancia repartiendo panfletos. Apenas se podía ver un cartel con la cara de Villavicencio sobre el toldo de un kiosco del barrio La Mariscal. Vale recordar que varios actos de campaña debieron ser suspendidos luego del crimen de Villavicencio.

Violencia en Ecuador

Ecuador se ha convertido en los últimos años en un centro de operaciones de carteles de droga extranjeros y locales que imponen un régimen de terror con matanzas en las calles y en las cárceles, con secuestros y extorsiones.

Las cifras de homicidios se dispararon y en lo que va de este año ya se bordea el número de asesinatos de todo 2022. Por esta escalada de violencia, buena parte de las consignas de campaña estuvieron enfocadas en propuestas en materia de seguridad. De hecho, los últimos relevamientos registraron un leve crecimiento en intención de votos de los candidatos que levantan el discurso de la "mano dura", aunque la cifra de indecisos sigue siendo importante.

La crisis de Ecuador, que afecta también la salud, la educación y el empleo y golpea a los sectores más necesitados, a las poblaciones rurales y a los pueblos originarios, generó también un fuerte descreimiento en la clase política

Partidos y movimientos, y consecuentemente las alianzas, parecieron tomar nota de ese desencanto: excepto la correísta Revolución Ciudadana (RC), ninguna fuerza lleva un candidato con militancia interna, sino que todos son postulantes llegados desde otro sector, con preeminencia de empresarios.