No habrá máquina electrónica para votar en octubre en las elecciones porteñas. El anticipó de Página/12 fue confirmado este martes por el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta: se vuelve al papel. La administración porteña libró de inmediato el decreto 228/2023 que sepulta de forma oficial el voto electrónico, tanto para la elección de octubre como para un eventual ballottage. El método será el que describió este diario en su edición del martes. Se utilizará el cuarto oscuro habitual, o sea un aula con la mesa y las autoridades ubicadas afuera, con las boletas para elegir presidente, vice y cargos nacionales de un lado del aula o biombo y las boletas para elegir jefe de gobierno, legisladores porteños y cargos de CABA del otro lado. El ciudadano recibirá un solo sobre y, si no quiere votar en blanco, pondrá dos boletas, una de cargos nacionales y otra de cargos porteños. Luego saldrá hasta la mesa y pondrá el sobre, con las dos boletas, en una única urna. De esa manera se evitarán, no sólo el mal funcionamiento de la máquina electrónica, sino también las demoras por tener que votar primero dentro del cubículo y luego en la máquina. Hubo personas que tardaron cinco minutos e incluso más, por las que se formaron inmensas colas. El resultado fue que muchos ciudadanos se volvieron a sus casas sin votar.

Notificación de la Cámara Nacional

El órgano supervisor del proceso electoral nacional, la Cámara Nacional Electoral (CNE), dio a conocer un oficio por el cual anuncia que recibió el informe de la jueza María Romilda Servini dando cuenta de las irregularidades del 13 de agosto. El texto de la magistrada detallaba los siguientes puntos:

  • Las máquinas no estaban conectadas o en muchos casos se exhibían conexiones precarias, cables y enchufes que suponían un riesgo para cualquiera que pasara y para la seguridad del comicio.
  • Los técnicos mostraron poca capacidad y la empresa exigía una mayor dotación. También se pretendió un ingreso sin control al ámbito de votación.
  • No estaba calibrado el papel de las boletas porque el argentino es distinto al paraguayo. Es que las máquinas se usaron antes en Paraguay.
  • La falta de pruebas derivó en que hubo una mesa, la 6242, donde se digitaban los candidatos y exhibían en pantalla a los candidatos paraguayos.

El mismo día de la elección, la CNE consignó en un comunicado que ya había advertido el 27 de julio que el convenio con CABA resultaba riesgoso porque no se hicieron las auditorías y pruebas que correspondían. En el texto de este martes, firmado por el presidente de la CNE, Alberto Dalla Via, se reitera que “cabe señalar a todo evento que las falencias en la instrumentación de dicho sistema de votación fueron advertidas por este Tribunal en ocasión de considerar el respectivo convenio de colaboración entre la justicia nacional electoral y la autoridad electoral local”.

CABA retira las máquinas

Pocas horas después de conocerse la notificación de la Cámara, el gobierno porteño dio a conocer el decreto donde anuncia el fin del voto electrónico. No hay un mea culpa, sino que se consigna simplemente que “dada la experiencia obtenida en las PASO, se considera oportuno que en las próximas elecciones generales y en la eventual segunda vuelta, se utilice el sistema de emisión de sufragio previsto en el Código Nacional Electoral”. O sea, fin de las máquinas, el sistema del Código es la boleta de papel tradicional. Ninguna crítica respecto del Instituto de Gestión Electoral, organismo del ejecutivo porteño, responsable de la organización del comicio.

Para el macrismo no es una medida más: resigna uno de sus emblemas, el voto electrónico. El PRO siempre impulsó el discurso de la modernización y sugirió que la máquina y la boleta electrónica limitaba mucho la acción de los punteros peronistas, que supuestamente le daban al ciudadano el voto ya listo y preparado. No parece algo en uso hoy en día, menos todavía en CABA, pero esa era la bandera de Mauricio Macri y la derecha.

La contracara son algunos de los países más desarrollados, Alemania, la mayoría de los estados norteamericanos, buena parte de los demás países europeos. La Corte Suprema de Alemania resolvió que debía volverse a la boleta de papel porque es controlable por el ciudadano común, a diferencia de los métodos electrónicos cuyo control es ajeno a un alemán promedio. O sea, las boletas de papel se cuentan cuando se cierra la mesa, hay autoridades, hay fiscales, se consigna en un acta y el resultado de cada mesa se puede verificar después por sistema. Se lo considera más seguro. Del otro lado, hasta los sistemas electorales informáticos norteamericanos parece que fueron hackeados por hackers rusos.

La jugada política

El macrismo recurrió a las elecciones concurrentes por una razón política: quisieron limitar el arrastre de la boleta presidencial de Javier Milei. Si se usaba el método que se utiliza en la Provincia de Buenos Aires -todo pegado, arriba la fórmula presidencial, en el medio el candidato a gobernador, abajo la candidatura a intendente y concejales-, la boleta de Milei influenciaría hacia arriba a la fórmula de jefe de Gobierno de la Libertad Avanza, encabezada por Ramiro Marra. Para evitar el fenómeno arrastre, se separaron las elecciones: se ingresaba al biombo, se elegía la boleta de autoridades nacionales, luego se salía, se colocaba el sobre en la urna, se reingresaba, se digitaba en la máquina el candidato a jefe de Gobierno, se salía con otro sobre distinto. La influencia de un voto sobre el otro se reducía bastante. Tampoco el fenómeno Milei fue tan impactante en CABA: sacó 17 por ciento a presidente y Marra consiguió el 13 por ciento.

Ese efecto se seguirá manteniendo con las dos boletas separadas, una de cada lado del aula. Uno elegirá la boleta de presidente, vice y cargos nacionales, en un costado del aula o del biombo, y una de jefe de Gobierno y legisladores de la Ciudad, del otro lado del aula o biombo. Pondrá ambas boletas en el sobre y las depositará en la única urna que tendrá la mesa. Se mantiene la separación, sólo que se suprime la máquina y, sobre todo, se suprime la existencia de dos mesas, dos urnas, dos procesos demorados de votación. Todo indica que no se verán las colas que hubo el 13 de agosto.

A pagar las cuentas

El decreto firmado por Eugenio Burzaco, ministro de Justicia de CABA; Martin Muro, ministro de Hacienda, Felipe Miguel, jefe de Gabinete y Horacio Rodriguez Larreta, jefe de Gobierno, no consigna qué va a pasar con la empresa proveedora de las máquinas electrónicas, Magic Software Argentina (MSA), que ganó una licitación hecha a su medida. La compañía dijo que todo estuvo perfecto el 13 de agosto y presentará la factura para cobrar la bonita suma de 29 millones de dólares. Todo hace pensar que la cosa terminará en Tribunales.

Lo seguro es que las máquinas no estarán en octubre y que todo el sistema recibió un duro golpe. De todas formas no hay que cantar victoria, porque los falsos modernistas volverán a la carga para reinstalar un sistema electrónico que levanta polémicas en la Argentina y en el mundo.