“Se siente, se siente, Soriano está presente”. Tal como dijo Guillermo Saccomanno, en esa simple consigna podría sintetizarse el espíritu del libro escrito por Ángel Berlanga, Soriano. Una historia, y también algo del encuentro que se vivió el lunes en el Auditorio Jorge Luis Borges de la Biblioteca Nacional durante la presentación de esta primera biografía de Osvaldo Soriano, escritor y periodista desde los primeros días de Página/12. El evento se desarrolló en el marco de la muestra 50 años de Triste, solitario y final, que puede visitarse en el 3° piso de Agüero 2502 hasta el 1° de octubre con entrada libre y gratuita.

Tomás Schuliaquer, responsable de esa muestra, ofició como moderador de la charla y se ocupó de presentar a los participantes. El primero en tomar la palabra fue el profesor, novelista, historiador e investigador Federico Lorenz, quien definió el libro como “un trabajo monumental” porque aloja “muchas capas que generan distintos intereses para distintos lectores”, y decidió enfocarse en “los fantasmas históricos que evoca”. Según Lorenz, el título del ejemplar editado por Sudamericana “dice mucho de lo que el libro es” y uno de los principales efectos que produce su lectura es “haber querido conocer al personaje, discutir con él y escuchar todo lo que tenía para decir”.

El investigador definió el resultado final como “un viaje extraordinario, muchas veces emocionante y también melancólico”. Además, contó que el libro lo obligó a revisar su propia formación como lector y escritor, y dijo que una de sus virtudes es haber ubicado al autor en el lugar que merece dentro de la cultura nacional. Por otra parte, aludió al contexto político actual y confesó: “Uno extraña sus ‘Llamadas internacionales’, lo bien que vendrían ahora. Ver la cantidad de avisos en sus libros es impresionante y eso habla de un escritor muy compenetrado con su época”.

Guillermo Saccomanno, escritor y columnista de Página/12, aludió al “Soriano de Berlanga” y aseguró que “no hay hasta ahora un trabajo tan exhaustivo” sobre el autor de No habrá más penas ni olvido. Durante la presentación confesó que la biografía lo impresionó mucho por haberle generado una percepción nítida de los momentos narrados y explicó ese fenómeno por la cantidad de testimonios y la presencia de la voz del propio Soriano. “De pronto estuve en los 90, cuando Juan Forn arrancaba la Biblioteca del Sur y planteaba un interés nuevo por la literatura argentina. Juan lo quería arrimar a su colección y Osvaldo quería agarrar viaje, quería publicar donde estaban los amigos, pero Carmen Balcells era su agente y le aconsejó no moverse de Sudamericana”, contó, y recordó las reuniones con Soriano, Dal Masetto y Fresán en un bar de Córdoba y San Martín: “Osvaldo era el último en llegar, el noctámbulo”.

El autor de Cámara Gesell citó a Terry Eagleton para decir que “la teoría literaria es teoría política”, dos dimensiones claves en la producción de Soriano. “La biografía pasa a leerse como una novela pero no sólo. En sus páginas Osvaldo cobra vida, es cierto, pero también nuestra historia, el contexto, y a medida que lo leemos es inevitable comparar ese entonces con hoy”. Además, Saccomanno identificó en Soriano a un escritor que “supera sus temas” y destacó su trabajo con el lenguaje: “Cuando se dice que Osvaldo era un contador de historias, se lo limita; él era mucho más que eso”. Por otra parte, habló del carácter profético de su literatura y compartió un fragmento del prólogo escrito para la reedición de Una sombra ya pronto serás (2003), que “ilustra el futuro que nos espera ante el avance de una derecha venenosa”.

Otro de los participantes fue el periodista, docente y escritor Carlos Ulanovsky, quien aseguró: “Estamos aquí para honrar el esfuerzo y la seriedad intelectual de Ángel Berlanga, quien no sólo cubrió todas las líneas investigativas y biográficas existentes y posibles, sino que además leyó cada línea que escribió Osvaldo Soriano y por eso este es un libro de excelencia”. El conductor de Reunión cumbre festejó el placer de la lectura y reconoció “a quien pasó diez años de su vida escribiendo un libro”. También aseguró que los lectores encontrarán “a todos los Sorianos posibles, desde el conversador al hombre comprometido, el admirador de Chandler y Hammett, el amigo de Di Paola y Dal Masetto, el intelectual de su tiempo y el hincha de San Lorenzo”.

La biografía de 524 páginas cuenta con más de 70 entrevistas, una relectura de cientos de entrevistas, charlas y presentaciones, y un trabajo atento sobre la obra publicada. Ulanovsky elogió la decisión de incluir varios aspectos del éxito económico de Soriano. “Fue un tipo que se hizo valer, cosa que no es tan fácil, mucho menos con las editoriales”, subrayó. Como gran futbolero e hincha de Racing, celebró el capítulo especialmente dedicado al fanatismo por el Ciclón y aventuró una hipótesis propuesta en una de sus reseñas sobre la biografía: “Creo que él viviría en París o Bruselas, tendría publicadas por lo menos cuatro novelas más y estaría súper preocupado por el avance de la derecha y la ultraderecha en todo el mundo”. En la segunda parte de la charla invitó a sus colegas a imaginar qué sería de la vida de Soriano hoy.

El último en tomar la palabra fue Berlanga, quien expresó su agradecimiento a los presentes y se mostró interesado por saber cómo iba el partido entre San Lorenzo y Unión de Santa Fe que se disputaba simultáneamente. “Los que estamos acá somos de distintas generaciones y eso habla de la gran llegada que tenía Soriano”, remarcó. El biógrafo compartió uno de los principales hitos que lo impulsaron a encarar este proyecto y mostró una vieja edición de Cuarteles de invierno hallada en una librería de usados en 1988. “La novela alumbró un personaje a seguir”, confesó el periodista del suplemento Radar, y agregó: “En esa misma librería encontré No habrá más penas ni olvido y fue otro sacudón. Largué la arquitectura y me enganché con el periodismo. Aludo a estas señales autorreferenciales porque muestran parte de lo que conseguía Soriano. Sus notas y sus libros hacen contacto, exceden los ghettos, desbordan los exclusivos círculos de la literatura y las elites”.

Otro de los ejes destacados fue el diálogo permanente entre literatura y periodismo. El sentido del humor, la aventura, el lenguaje con llegada a sus lectores, la dimensión emocional y sus alusiones al devenir del país fueron cosas a las que no renunció nunca. Berlanga definió a Soriano como uno de los escritores argentinos más populares por haber encabezado los rankings de ventas y por su sensibilidad. Figura clave del periodismo, redactor de La Opinión, responsable del armado de la redacción de El Periodista y uno de los fundadores de Página/12 (según Berlanga “su firma y su impronta son fundamentales en el ADN del diario”), Osvaldo Soriano es sin lugar a dudas uno de los nombres fundamentales en la historia cultural argentina.