La Universidad Nacional de Hurlingham (UNAHUR) apuesta a la ciencia y al aporte de la biotecnología para resolver situaciones que atentan contra la salud humana. En el contexto de una etapa postpandémica, el Laboratorio de Nanosistemas de Aplicación Biotecnológica (LANSAB), intensificó los trabajos con varias líneas de estudios con el fin de contribuir al tratamiento de distintas enfermedades cutáneas como el cáncer de piel y la leishmaniosis cutánea (enfermedad parasitaria de distribución mundial que es endémica en 9 provincias del norte argentino).

El grupo de investigadores a cargo de Jorge Montanari, investigador independiente del CONICET y profesor titular de UNAHUR, busca aprovechar las propiedades diferenciales de nanoestructuras con el fin de cambiar las vías de administración de fármacos o reposicionarlos. Como parte de este proyecto, también se proponen producir calor de modo localizado; reducir los efectos no deseados; generar terapias más eficaces y contribuir al bienestar del paciente con enfermedades cutáneas con terapias menos invasivas.

La Natalia Calienni, también investigadora del CONICET y codirectora del LANSAB, dialogó con el Suplemente Universidad de Página/12 y repasó los avances en materia de salud humana que se llevan adelante en el espacio.

En ese sentido, ratificó que “la mayoría de las líneas de investigación son para tratamientos de enfermedades cutáneas”, mientras celebró la expansión del laboratorio y el aporte de la Universidad pública.

Sobre el desarrollo de uno de los proyectos resaltó que se continúa trabajando “desde el 2014 con la droga oncológica de última generación Vismodegib, aprobada para el tratamiento del carcinoma basocelular, un tipo de cáncer de piel”. Según expresó en contacto con este medio, “la misma fue encapsulada con éxito en diversos nanosistemas de transporte de fármacos para cambiar su vía de administración de oral a tópica”, lo que representa nuevas posibilidades en el tratamiento de la enfermedad.

“En el caso particular de los liposomas ultradeformables (LUD) cargados con Vismodegib, estos presentaron una elevada eficiencia de encapsulación y posibilitaron alcanzar concentraciones de activo en la piel de alrededor del triple del máximo que se estima llega a la zona del tumor cuando es administrado oralmente”, destacó Calienni.

Para la investigadora, el objetivo es “estudiar a corto-mediano plazo la actividad antitumoral in vivo de estas nanoformulaciones”, trabajo puntual que realizan en colaboración con el Dr. Daniel González Maglio (FFyB-UBA).

Sobre la implementación de los progresos en el plano cotidiano, la Co-directora del LANSAB se mostró cauta: “A veces la gente piensa que uno tiene la cura, pero son etapas de laboratorio. Estamos arribando a una etapa donde se prueba en ratones. Nos queda un gran escalón que es pasar por pruebas clínicas. La verdad es que debe haber un interés privado también, no solo del Estado, porque llevar adelante las pruebas es costoso. Muchas veces nos encontramos con esas trabas”.

Y continuó: “No queremos generar falsas expectativas sobre que tenemos una cura y no la compartimos. Intentamos de que las cosas avancen, pero sabemos que están en etapa experimental”.

Bajo igual contexto de estudios que buscan combatir las lesiones cancerosas cutáneas, Calienni valoró y desarrolló las formas de utilización de nanoformulaciones cargadas con cannabidiol (sustancia química que se encuentra en la marihuana).

“Se está trabajando en la encapsulación del cannabidiol (CBD) en diferentes tipos nanopartículas lipídicas con el fin de que estas nanoformulaciones posibiliten la aplicación tópica local del CBD sobre lesiones cancerosas cutáneas candidatas, es decir, tumores que presenten sobre activación de la vía Hedgehog (Hh), sobre la cual hay pruebas de que el CBD actúa como antagonista. Estamos comenzando con las pruebas in vitro para determinar la citotoxicidad y actividad antitumoral de las nanoformulaciones”, subrayó.

El equipo del LANSAB comandado por Montanari y bajo la Co-dirección de Calienni, está integrado por los investigadores Dr. Luciano Gabbarini (Investigador Adjunto CONICET y Profesor Asociado UNAHUR) y Dr. Cristian Lillo. (Investigador Asistente CONICET y Profesor Adjunto UNAHUR).

Además, participan del equipo el Lic. Martin Lemos Vilches. (Biotecnología de la UNAHUR), Lic. Magalí Di Meglio (Biotecnología de la UNQ), Lic. Ana Sanguinetti (Biotecnología de la UNC) y Lic. Marina Turrado (Biotecnología de la UNAHUR), en su rol de becarios doctorales. Mirian Scavone. (Est. de Lic. en Biotecnología de la UNQ) y Anahí Neri (Est. de Lic. en Biotecnología de la UNAHUR), como becarias de grado.

Completan la nómina Tesistas ad honorem y pasantes, Victoria Didier Garnham, Gisel Sosa, Cynthia Godoy, Sebastián Ifrán y Adriana Luxen (Est. de Lic. en Biotecnología de la UNAHUR); y Lic. Emiliano Nicodemo (Biotecnología de la UNAHUR) como personal de Apoyo a la investigación.

En cuanto al financiamiento, la Universidad aprobó proyectos de investigación correspondientes a la convocatoria PIUNAHUR. En paralelo, también cuenta con el aporte del CONICET. Solamente en el 2023, se financiaron treinta y cuatro proyectos, que tendrán una duración de 24 meses, por el monto de $ 23.565.080, que abarca distintas áreas de la casa de estudios.

Desde el LANSAB se obtuvo un financiamiento en curso por el programa “Nanosistemas híbridos para salud humana: hacia terapias menos invasivas y más efectivas”, con la conducción de la Dra. Natalia Calienni y la codirección del Dr. Jorge Montanari, por un monto de 1 millón de pesos. A su vez y entre muchos otros, también se aprobó el programa “Estrategias nanotecnológicas para tratamientos tópicos de cáncer de piel (Parte II)”, bajo una inversión de $600.000.