“Los gendarmes tenían orden de matar a un negro, un mapuche y creyeron que Santiago era un mapuche, lo golpearon tanto que lo hicieron desaparecer. Necesitamos que lo devuelvan vivo y respirando como estaba, sanito, seguro lo han golpeado”. Sergio Nahuelquin se presenta en mapuche. “Es mi identidad, mi origen sanguíneo y territorial”, traduce. Es uno de los werken (vocero) e integrante de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Esquel. “Necesitamos recuperar el territorio que nos pertenece, que alambró la compañía Tierras del Sur, en tiempos de Carlos Menem, y que ahora pasó a Benetton”, explica. “El Estado argentino hizo un tratado por el cual no somos ni comunidad ni reserva, es la colonia pastoril, y nos dieron la nacionalidad, como las colonias galesas o francesas en la zona. Es el reconocimiento estatal que tenemos”, agrega. “Somos un elemento más del territorio, que es nuestra vida, si salimos no somos nada, la gente dice que lo hacemos para ser ricos cuando lo único que queremos es recuperar territorio para que nuestros hijos sean mapuches y no pasen lo que pasé yo cuando mis padres por necesidad se fueron de Cushamen”. Nahuelquir no quiere desperdiciar palabras en rebatir los argumentos de la campaña oficial de demonización hacia los mapuches, pide hablar sobre Santiago Maldonado y su lonko que está preso, Facundo Jones Huala. El werken vino a Buenos Aires para participar de la marcha de hoy en Plaza de Mayo, y en el recuperado Hotel Bauen dialogó con PáginaI12.

“Pedimos la aparición de Santiago pero nadie quiere hablar de por qué él estaba ahí, en esa defensa del territorio con los miembros de la Pu Lof, y los gobiernos tanto nacionales como provinciales sólo nos quieren dar el relevamiento de la ley 26.160, que son zonas empobrecidas, pero para dejar de ser anónimos en la ciudad y las mujeres empleadas domésticas de los señores feudales tenemos que recuperar el territorio. Por eso fue la desaparición de Santiago. Tenía amigos en la comunidad, estuvo también en diciembre, las balas en la mandíbula del peñi Emilio, la crueldad del Estado dando represiones ejemplificadoras para que nadie de los pobres se levante”, dice con firmeza.

Se acomoda la vincha de trarilorco y cuenta su historia: “Mis tíos pueden contar cómo nosotros vivimos desde siempre acá y nos alambraron, por eso no es una ocupación, sino una recuperación. Hicimos la posesión territorial en 2015 y ahí empezamos el litigio con el Estado, como son todas las recuperaciones de la zona porque nuestra vida como mapuche se hace en el territorio. En las urbes soy la mano de obra barata, el humillado, no tenemos identidad, y por eso los chicos dicen ‘nos van a sacar de acá pero muertos’, puede sonar exagerado. Quieren decir que serán nada, unos marginados”.

–¿Es decir que sin el territorio no tienen vida?

–En nuestra cosmovisión es todo, somos. Nací a tres kilómetros de la Loma Redonda, en el camino que va de El Maitén a Cushamen. Soy bisnieto de Gregorio Nahuelquir, nieto de Ludovico, mi papá Florentino, sigo yo, y mi hijo el Lautaro Nahuelquir, soy descendiente directo del primer lonko de Cushamen. Y ahora se está levantando otro lonko, que es Facundo Jones Huala. Mi padre se fue a amansar caballos a Santa Cruz porque si no en Cushamen nos íbamos a morir de hambre, no teníamos territorio porque volvieron la tierra estéril por la sobreexplotación de ganado que han hecho. Necesitamos desarrollar nuestra vida sin planes de miseria del Estado, la liberación del pueblo mapuche no pasa por conformar un Estado, no queremos Estado sino ejercer la autonomía en el territorio para autoabastecernos. El día que las chivas coman piedras ahí podremos sobrevivir, acá la mayor enfermedad es la gota y la artritis porque sólo se come sal y carne.

–¿Por eso buscan tierra más fértil?

–Donde alambró Benetton es donde estamos ahora, ahí hay minerales y esos son los espacios territoriales que necesitamos. Con la sobreexplotación del territorio sólo quedan miseria y hambre. El objetivo del Estado y de Benetton, que acá es la misma cosa, es sacarnos de ahí. Apenas llegó pusieron la comisaría en su territorio. El intendente de El Maitén dice ‘gracias a Benetton pagamos el salario anual complementario, y cuando fue la represión de enero los gendarmes se alojaron en el gimnasio que donó este señor, que también les dio el catering. Todo gira a su alrededor. Acá hubo una nevada grande, necesitábamos helicóptero para llegar arriba de Vuelta del Río, ahí hay familias. No lo conseguimos nunca, estuvieron aislados 20 días. Ahí no llega el Estado, pero sí para reprimir a la Pu Lof en Resistencia.

–¿Querían matar un mapuche para meter miedo?

–Sí, y lamentamos mucho por la familia de Santiago, pero ése fue el objetivo, desde el 27 de mayo cuando detuvieron a dos mujeres nuestras con un nene recién nacido, a la intemperie. Por eso denunciamos que están cometiendo delitos de lesa humanidad.

–¿Quién da las órdenes?

–Para el pueblo mapuche no hay justicia desde hace mucho tiempo. Reconocemos al Estado argentino siempre y cuando respeten nuestros derechos, que están en la Constitución. No estoy mendigando derechos, tenemos que ejercerlos y eso es la recuperación territorial para autoabastecernos. El Estado no quiere reconocer la nacionalidad mapuche y la autodeterminación de los pueblos originarios, que también está en los tratados internacionales. Argentina es la elite de la elite al momento de firmar tratados, la Carta de la ONU, que son directrices para los Estados. Pero se cae a la hora del cumplimiento porque hay un vacío legal. Nos quieren seguir usando de trapo de piso, y cuando los trapos se levantan porque no quieren estar más en el piso el patrón se enoja. Siempre fuiste mi trapo de piso, por qué ahora querés ser un ser de derecho, dicen. Ahí empieza el conflicto. Acá el conflicto no es sólo territorial, la persecución es ideológica, por eso tienen preso y van a extraditar a nuestro lonko, que es nuestra autoridad. Por eso los medios hegemónicos hacen campaña ideológica como si fuéramos terroristas. Es una persecución ideológica y racista, el Estado argentino es pluricultural pero nadie se siente orgulloso de ser pueblo originario sino de ser europeos. Yo soy cuarta generación y no me voy a mover de ese lugar, que respeten lo mío, que no me busquen como indio fácil.

–¿Qué pasó el 1° de agosto?

–Santiago estaba en la Lof, lo llevó un cumpa, que es testigo reservado. Se queda en la guardia, nuestro protocolo. Si viene Gendarmería, nos defendemos con piedras, es nuestro derecho. Si entran en su casa a atacar, ¿qué hace usted?, se defiende. El Estado está alerta ante quienes nos apoyan para oprimirlos, el cumpa Santiago se adhería a nuestra lucha, nos acompaña esa noche y desaparece, porque estaba con la recuperación. No hubo corte de ruta porque a las cinco de la mañana no pasa nadie, fue una concientización sin cortar la ruta, había un cartel y gente manifestándose. Gendarmería en mayo entró con un grupo comando. Esta vez rodearon 40 kilómetros a la redonda, no se podía pasar por ninguna parte. Lo cierran para que sea tierra de nadie. No hay tránsito, de qué corte hablan. El juez Otranto y todos se tienen que ir, como gesto de humanidad. Que se vaya a juzgamiento la ministra Bullrich. El desalojo de la ruta no existió. Con esa excusa les dicen que se retiren a los pocos que estaban sobre la ruta porque iban a reprimir sí o sí. Los chicos se van, hacen la autodefensa, los gendarmes son tan cobardes que nunca pasaron del otro lado del río. Santiago tiene miedo al agua, se queda y lo agarran. La orden de disparar al negro era disparar a cualquier mapuche. 

–¿Ustedes se niegan a declarar esto ante la Justicia?

–Ellos no quieren que haya testigos. Pero igual se declaró, dos fueron con identidad reservada. El Gobierno no le quiere dar valor, nos quieren obligar a estar a derecho cuando ellos no nos respetan nuestros derechos. Si usted dice que va a ser testigo reservado y la ministra de Seguridad da su nombre, ¿cómo pretenden que los chicos den sus nombres? Ahora hace falta un organismo internacional. El Estado a un mes no puede resolver este problema, lo pedimos que vengan de afuera y se hagan cargo. No queremos ni un muerto de su parte ni uno de la nuestra.

–¿Después de la detención de Soraya Miacoño vuelven a la ruta?

–No. La comunidad estuvo el día anterior en la ruta, y a la madrugada. Cuando se van todos contamos a las personas y nos dimos cuenta que faltaba uno. Salen los autos a buscarlo y a los medios, y a las dos horas se hace la denuncia de que Santiago estaba faltando. (El jefe de gabinete de Seguridad, Pablo) Noceti estuvo todo el tiempo en la zona, desde las 9 hasta las 6, estamos seguro de que se sentó con el capataz y en el casco de la estancia almorzaron. 

–¿Cuál es el rol de Resistencia Ancestral Mapuche en estos episodios?

–La Pu Lof es una cosa, la RAM es otra. Sospechamos que sea una creación de un gobierno de inteligencia, para embarrar la cancha. Atacan todo lo que está asegurado y así cobraron seguro, y después nadie habló más. No conocemos a nadie de la RAM, el lonko una vez dijo que tenía una leve simpatía. En Chubut despertaron el racismo, y nosotros somos los más perjudicados con eso.

–¿Cuál es la dimensión espiritual que ustedes invocan?

–Somos materia espiritual, eso no es malo. Nuestro ser se basa en la elevación del ser humano, desde el punto de vista filosófico, psicológico y político, ser mejores con más conocimientos. En esa ecuación voy a permitir la vivencia de otro ser humano, no es algo fanático. Estamos aprendiendo a ser más sabios, capaces de sobrevivir al clima y los deberes de la vida, y también a la opresión del hombre por el hombre, pero con herramientas espirituales. No está en nuestra cabeza poseer armas, sería contradictorio, la destrucción del otro es un poco de la nuestra misma. No puedo elevarme si estoy matando o explotando o haciéndola pasar hambre.

–Pero para recuperar los territorios hay que luchar. ¿Cómo sería eso?

–Tenemos el derecho a la autodefensa. Han golpeado a nuestras mujeres y a nuestras niñas.

–¿Cómo es la situación de la mujer mapuche?

–Es una cultura feminista la nuestra más que machista, hay un montón de funciones que cumplen las mujeres en nuestra cosmovisión.