El Gobierno se prepara para darle una extensión, con casi las mismas condiciones, al programa de valores de referencia Precios Justos. Según confiaron a Página I12 fuentes oficiales, las negociaciones con las empresas, en un nexo que se reconfiguró tras el triunfo de Sergio Massa en las elecciones, empezarán este jueves, con la idea de llegar a un pacto para el día 31 de octubre. Esa jornada vence formalmente el pacto con las condiciones actuales. 

La información a la que accedió este diario es que se procederá a una prórroga por 60 días. En ese período, si bien no está aún definido el número fino, podría haber un alza permitida en los precios no mayor al 5 por ciento. Vale decir que ése es el porcentaje que tenía en pacto que vence a fines de este mes. 

En este escenario, la secretaría de Comercio Interior, que conduce Matías Tombolini, empezó a convocar para este jueves a empresas del consumo masivo y a grandes supermercados, para iniciar las charlas. Precios Justos tiene dos partes: una canasta de unos 2000 productos a precio congelado y, a la vez, una pauta de aumento permitida para todos aquellos bienes que están por fuera de la misma. Ése es el punto de mayor debate, dado que las empresas suelen intentar compensar con aumentos mayores lo que entienden pierden dejando productos a valor fijo por un determinado período de tiempo. 

Según fuentes empresarias, la idea hasta hace unos días eran sentarse a la mesa con Tombolini para exigir aumentos de casi el doble de lo que el Gobierno pretendía otorgarles. Incluso muchas de ellas habían amenzado con bajarse del programa, para recién negociar con el próximo gobierno. Pero en el medio pasaron unos comicios con un resultado que sacudió a los privados. 

De las tensiones a la mesa de negociaciones

El triunfo de Massa en la primera vuelta, con una diferencia de 7 puntos con el libertario Javier Milei, cambió totalmente el escenario y la dinámica sobre la que se venían asentando las negociaciones del ministro candidato con las empresas. 

Hasta ahora, las empresas venían viendo un gobierno en estado de debilidad y de salida, por eso aceleraban con exigencias mayores. El resultado, en tanto, hizo que esas mismas empresas empezaran a pensar diferente ante lo que creen que ahora es un "Massa empoderado y con muchas chances de ser presidente". 

Desde el lunes a hoy, de hecho, hubo señales concretas de ese cambio de tendencia en el comportamiento de las empresas. En primer lugar, hubo una reunión de la Coordinadora de Productores de Alimentos (Copal), donde anidan las empresas que fabrican productos de la canasta básica. En ella se decidió acelerar el pedido de reuniones con el Gobierno, con la intención de volver a la mesa de la negociación. 

Eso marcó un viraje concreto. Luego, hubo señales de empresas grandes en particular. La referencia es para la multinacional de bebidas, Coca Cola. Este diario publicó que días antes de las elecciones, la firma les avisó a los comercios y supermercados que pondría una nueva lista de precios el día posterior a los comicios. 

Esa suba sería de 35 por ciento y regiría para toda su gama de productos. El aumento lo aplicarían, también, las distribuidora de la empresa en todo el país, entre ellas Reginald Lee y Femsa, que entregan en el área de Capital y el Gran Buenos Aires. Pero curiosamente, después del resultado electoral del domingo, la compañía de capitales estadounidenses decidió no enviar el listado con las subas con las que había amenazado.