Los noticieros dejaron de existir en la pantalla de Telefe. Al menos desde la pureza conceptual de la que parte la Real Academia Española, que los define como la “información de los acontecimientos más sobresalientes del día, transmitida por televisión”. La renovación que sufrieron las cuatro ediciones de los históricos informativos del canal es absoluta, en una transformación reconocible tanto en la forma como en el contenido. En busca de captar la atención de ciudadanos hiperinformados durante todo el día, los noticieros mostraron en su primer día una clara tendencia por alivianar la información más dura sin temor a incorporar noticias de color, segmentos de humor y un lenguaje coloquial que los acercan más al magazine que a la rigidez de antaño. La era del “infotainment” –término que sirve para definir a la combinación de información y entretenimiento en una estructura de noticiero– aterrizó definitivamente en la pantalla argentina.

En una época en la que evitar la (sobre)información resulta más complejo que acceder a ella, los tradicionales noticieros buscan reconvertirse para no seguir perdiendo audiencia y reflejar lo que pasa en la calle. Bajo esa idea, Telefe bajo gestión Viacom decidió hacer “cirugía mayor” con sus informativos. Una transformación en la que lo importante y lo superfluo, la realidad de la calle y la de las redes sociales, conviven armoniosamente, intentando captar el espíritu de época. Acorde a los actuales tiempos, en los que se mira el mundo a través de celulares, tablets o computadoras, la impresionante escenografía en 360 grados desde la que salen las cuatro ediciones de los noticieros está plagada de pantallas gigantes que emergen de todos lados, dinamizando la puesta más tradicional. La vieja imagen de presentadores de noticias detrás de un escritorio va quedando en desuso, reemplazada por la más moderna pero visiblemente incómoda puesta en la que los periodistas y conductores hacen lo suyo de cuerpo entero.

La imagen de la renovación de los noticieros –por peso propio pero fundamentalmente porque en su figura se condensa la idea de la nueva etapa– es Nicolás Repetto. El ex conductor de Fax y Sábado bus debuta al frente de un “informativo” en El noticiero de la gente, la edición del mediodía (ahora a las 13). Secundado por Erica Fontana y Milva Castellini, Repetto debutó en el género ubicándose más como un bastonero “buena onda” de los tiempos que como un periodista con posición sobre los temas, limitándose a darle pie a sus compañeras y cronistas, para que sean ellos quienes desarrollen la información. A tono con el título, el programa revoluciona al género desde el momento en que buena parte de la información que aborda está digitada –incluso, producida– por los mismos ciudadanos, en segmentos como “Gente que nos necesita”, “Gente buena” o “Gente que buscamos”. En la sección “Gente que sabe”, por ejemplo, especialistas en temas sobre salud (Daniel López Rosetti), nutrición (Monica Katz), trabajo (Alejandro Melamed), psicología (Liliana González) y ciencia (Diego Golombek) le brindan herramientas prácticas a los televidentes sobre diferentes problemáticas. El regreso de Repetto a la TV generó expectativas: El noticiero de la gente midió en su debut 10.4 puntos, mejorando la audiencia del canal e imponiéndose a Noticiero Trece.

Los colores chillones de la nueva escenografía, plausible de confundirse con cualquier ciclo de entretenimiento (el primer día hubo un “pase” entre Repetto y Leandro Leunis en el que casi no se distinguía un ciclo del otro), marcan el tono estético general. El noticiero de apertura, que bajo el paraguas de Buen Telefe (de 7 a 9) va cambiando su nombre diariamente bajo el hashtag #BuenLunes, #BuenMartes, #BuenMiércoles y así sucesivamente, también se codea con el magazine. Conducido por Martina Soto Pose y Adrián Puente, el ciclo brinda las típicas informaciones de servicios (tránsito, el clima, los títulos más importantes), pero valiéndose de columnistas surgidas de otros medios, como Maru Gándara  (vestuario) y Laura Romano (nutrición), auténticas estrellas en Instagram. El humor irrumpe todo el tiempo en el aire desde la voz en off de David Rottemberg, con chistes “para hombres” y “para mujeres” de polémica gracia.

En esta reformulación, que marca el inicio de Roberto Mayo (ex productor ejecutivo de Telenoche y Telenoche investiga) en la gerencia de noticias, la agenda del noticiero de las 20 es la que menos parece haberse afectado. La permanencia de Rodolfo Barili y Cristina Pérez en la conducción mantiene un tono periodístico clásico. La puesta de cámaras y el uso de la escenografía, en este caso, están más pensadas para dinamizar la imagen que para alivianar la información. De hecho, Telefe noticias (ya no es más Noti 20) es la única edición que cuenta con un analista político (Reynaldo Sietecase) y dos periodistas–cronistas documentales (Gisela Busaniche y Nacho Girón, que el primer día realizó un completo informe sobre Las Tinajas, Santiago del Estero, “el pueblo más pobre del país”). La novedad en el noticiero central es que incorpora como “columnista” a Mafalda, la creación de Quino, que cierra cada envío con una de sus clásicas tiras, que no por antiguas pierden vigencia en la sociedad actual.

Pasada la medianoche, el elenco de periodistas sub–40 del canal –conformado por Busaniche, Girón, Jowi Campobassi y Fede Ini– se ponen al frente de Staff, probablemente el envío más relajado de todos. En sillones, con un look más informal y un lenguaje que se permite la autoreferencialidad y la complicidad, el programa es un resumen descontracturado de las tres noticias más relevantes del día. El humor de Rottemberg (esta vez en cámara) para abordar la realidad, las noticias musicales a cargo de Miky Luzardi (la conductora de MTV News) y la última creación de la cuenta de fotomontajes de Eameo sobre el hecho del día, terminan por descontracturar definitivamente el cierre informativo de un canal que busca en otros medios y en otros géneros las herramientas para hacerse un lugar en un mundo digital en el que la información fluye todo el tiempo, a toda hora, en cualquier lugar.