La Sala I del Tribunal de Juicio de la ciudad de Orán hizo lugar a los pedidos de la fiscala penal Claudia Carreras y de la querella de la familia de la víctima y condenó este viernes a Delfín Reynaldo y Raúl Amadeo "Ula" Castedo a la pena máxima que prevé el Código Penal por el delito de "homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas" en perjuicio de Liliana Ledesma.
En la última audiencia, antes de pasar a deliberar el Tribunal escuchó a los hermanos Castedo. Ambos volvieron a rechazar su responsabilidad en el crimen de Ledesma, asesinada a cuchilladas la noche del 21 de septiembre de 2006, en Salvador Mazza, luego de que denunciara el cierre de caminos vecinales en la frontera con el fin de liberar la zona para el contrabando de mercaderías lícitas e ilícitas.
Luego los jueces Edgardo Laurenci, Raúl Fernando López y Claudio Alejandro Parisi pasaron a deliberar para dar a conocer su veredicto. De regreso a la sala de audiencia el presidente del Tribunal, Laurenci, leyó el fallo.
Primero, anunció el rechazo, "por no corresponder", del planteo de invalidez que había hecho la defensa de los hermanos, a cargo de los abogados Horacio Daniel Morales y Mariano Alvarez. Luego siguió con la lectura de los puntos referidos a la condena a prisión perpetua a Delfín y a Raúl Castedo como "coautores del delito de homicidio calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas y en el mismo fallo".
Los hermanos escucharon la sentencia por vía remota desde la cárcel del Servicio Penitenciario Federal en Ezeiza, donde se encuentran alojados por razones de seguridad, a disposición de la Justicia Federal nacional y la justicia salteña. Delfín y Raúl Castedo fueron condenados el año pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal 1 de Salta por lavado de activos provenientes del narcotráfico.
El veredicto del Tribunal de Juicio de Orán coincidió con los pedidos de la fiscalía y de la querella de la familia, representada por el abogado David Leiva y la abogada Grisel Kolb, quienes habían solicitado que se los condenara a prisión perpetua como cautores del asesinato. Los hermanos llegaron al juicio oral acusados por “instigación al homicidio, calificado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”, pero en el debate la fiscalía y la querella los acusaron de ser coautores, lo que fue aceptado por el Tribunal. En cambio, los abogados de Delfín y Raúl Castedo solicitaron la absolución lisa y llana de ambos, o en forma subsidiaria que se los absuelva por aplicación del beneficio de la duda.
La sentencia, cuyos fundamentos se conocerán el próximo viernes 10 de noviembre, fue celebrada por la familia de Liliana Ledesma, que desde la misma noche del crimen venía señalando como corresponsables al entonces diputado provincial José Ernesto Aparicio (que falleció en 2013 sin ser investigado en relación a este hecho) y a los hermanos Castedo, quienes tenían a su cargo la finca El Pajeal, en donde se cerraron con portones los caminos vecinales que facilitaban el acceso por territorio nacional a los puestos de ganaderos de la zona, nucleados en la Asociación de Pequeños Productores de Madrejones, organización que integraba la víctima.
Como recordó anoche la periodista Marta César, testiga en este proceso, de ese grupo de productores, Liliana Ledesma alzó la voz para denunciar públicamente el cierre de estos caminos que les perjudicaba. En agosto de 2006 Liliana y Sergio Rojas (hijo del productor Pilar Rojas) llegaron a la ciudad capital de la provincia para denunciar el cierre de los caminos y desmontes no autorizados en la Comisión de Ambiente de la Cámara de Diputados de Salta. Se dieron con la desagradable sorpresa de que esa Comisión era presidida por Aparicio.
Quizás eso les decidió a buscar periodistas que les escucharan. Así llegaron a Marta César, que entonces conducía un programa en FM Noticias, y luego visitaron la redacción de Nuevo Diario para hablar con esta periodista. "A mí me van a matar por decir esto", dijo después de contar lo del cierre de los caminos, los desmontes, el uso de pasos ilegales para traspasar la frontera entre Argentina y Bolivia, y del narcotráfico. Poco más de un mes después la hermana de José Aparicio, María Gabriela Aparicio, la buscó en su casa de Salvador Mazza, con alguna excusa la condujo hasta la pasarela del barrio Villa Las Rosas donde Aníbal Tárraga, Lino Abdemar Moreno y Casimiro "Nene" Torres la atacaron a cuchilladas. Como para que no quedaran dudas, le cortaron los labios.
En 2010 la ex Cámara en lo Criminal de San Ramón de la Nueva Orán condenó a prisión perpetua a María Gabriela Aparicio, Tárraga, Moreno y Torres. En ese juicio tambien hubo dos condenas por encubrimiento, a Patricia Guerra, a diez años de prisión, y el enfermero Juan Moreno, a cuatro años de prisión efectiva.
Los hermanos Castedo, a quienes el juez de instrucción Nelso Aramayo solo convocó a dar una declaración informativa, no fueron juzgados en ese proceso porque estuvieron prófugos por años y recién en 2016 quedaron a disposición de la justicia salteña. Hula Castedo fue a Bolivia, pero allá fue detenido y condenado por narcotráfico y recién fue enviado a la Argentina a principios de 2016, a pedido de fiscalía federal de Salta. Delfín estuvo prófugo diez años y fue detenido en Buenos Aires a mediados de 2016, tambíen a instancias de la fiscalía federal, que pretendía avanzar en la investigación de causas vinculadas al narcotráfico.
El juicio que concluyó este viernes se realizó luego de siete convocatorias fracasadas. Para añadirle zozobra, el 18 de junio último Lino Moreno aprovechó las salidas transitorias que le había autorizado el juez Laurenci para fugarse, condición en la que sigue todavía. Por las demoras del magistrado en tomar medidas en torno a esta fuga, el procurador general de la provincia, Pedro García Castiella, lo denunció ante el Tribunal de Enjuiciamiento de Magistrados.