“Llamo a la reflexión a compañeros que quieran votar en blanco”, pide Rubén “Pollo” Sobrero. Quien fuera candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires por el Frente de Izquierda Unidad (FIT-U) convocó a votar por Sergio Massa en el balotaje. Asegura que votarlo no es apoyarlo, y que “jamás integraría” el posible gobierno de unidad nacional, pero tiene en claro que Javier Milei es un límite, porque pretende “un capitalismo que nos lleve a la barbarie”.

El escenario que analiza el dirigente gremial de cara al 19 de noviembre es que el mano a mano entre Milei y Massa se resolverá por una escasa diferencia de votos, por lo que la Izquierda no debería mirar hacia el costado. A nivel nacional, la fórmula encabezada por Myriam Bregman y Nicolás Del Caño obtuvo casi 710 mil adhesiones, donde el 50 por ciento provino de territorio bonaerense. “Si Milei llega a ganar por 300 mil votos y votaste en blanco ¿qué hacemos?”, advierte.

La postura se conoció a través de un comunicado firmado por la Izquierda Socialista, una de las cuatro organizaciones junto al Partidos de los Trabajadores Socialistas, el Partido Obrero y el Movimiento Socialista de los Trabajadores, que componen la coalición FIT-U. A lo largo de la charla repite que no es lo mismo manifestar una decisión estrictamente electoral como la que toma su espacio que brindar un apoyo político. Sostiene que se trata de un “voto crítico”, necesario en esta situación.

“Planteamos No a Milei. También desde Izquierda Socialista en el FIT Unidad decimos abiertamente que vamos a acompañar a esa franja de millones que votaron a Massa solo por buscar parar la llegada de Milei al gobierno”, dice el documento publicado por el espacio. “Es un voto con la nariz tapada que acompaña a millones para intentar impedir que a partir del 10 de diciembre tengamos un gobierno de ultraderecha del facho de Milei, como, por ejemplo, lo fue el de Jair Bolsonaro en Brasil”, dice.

—¿Por qué el resto de los partidos que integran el FIT no llaman a votar por Massa?

—Siendo respetuoso de los demás partidos, los tres plantean el voto en blanco, pero yo no veo que eso esté presente en las bases de esos partidos. Respetuosamente les decimos a los compañeros que votan en blanco que el porcentaje que obtuvimos se vuelve definitorio. Hasta las 18 lo votamos a Massa y 18.01 somos opositores. Es un voto crítico, no vamos a participar del gobierno ni de unidad nacional ni nada. No hay apoyo. Entonces, ¿cuál es el problema de votarlo si vas a ser oposición de todas maneras?

—¿Es importante que los dirigentes se pronuncien más allá de que eso no implique un traslado de los votos?

—Sí. Porque nosotros, por ejemplo, ganamos la interna por casi el 80 por ciento. La militancia nos pide saber cuál es nuestra mirada. Lo conversamos mucho, y es ésta, aunque tengamos en claro que no somos los dueños de ningún voto.

—¿Por qué se hizo pública esta postura en este momento?

—Estamos de acuerdo en que gane quien gane se viene un ajuste. Massa lo viene haciendo. Estamos eligiendo entre dos personas que no nos representan, pero uno de ellas plantea el indulto, algo muy grave. Por estos días hubo una reunión de Victoria Villarruel en Palomar y les prometió a militares el indulto. Hay un video de Cecilia Pando explicando por qué tiene que darse el indulto a los militares: el próximo gobierno tiene que hacer un ajuste brutal y enfrentar a la gente en la calle. Entonces habla de que se necesitan a las Fuerzas Armadas enteras, y por eso es importante el indulto.

—¿Qué acto?

—Fue en El Palomar, y hubo compañeros nuestros presentes. Saben que los sindicatos pueden no contener a los trabajadores si se toman las medidas que ellos piensan. Entonces están reclutando mano de obra. En el encuentro hubo una masiva presencia de jóvenes militares que quieren protagonismo, que están con ansias de salir a correr zurdos, como dicen ellos. Si tenés a Villarruel, que es una fascista, que va a manejar las Fuerzas Armadas con represión, ya sabemos cuál es el panorama.

—¿Cuál es el panorama?

—La represión física a toda la población que se oponga a toda reforma que ellos planteen. Los derechos de las mujeres van ir para atrás, y cuando protesten las van a cagar a palos y las van a meter en cana. Seguro que muchos gremialistas se van a acomodar, pero los laburantes se plantarán. ¿Sabés lo que es un 15 por ciento de reducción del PBI y cuántos trabajadores quedarían en la calle? Acá hay un candidato que está hablando de vender órganos, de que haya libre portación de armas. No es como Menem que dijo que no podía decir lo que iba a hacer porque no lo votaban. Los libertarios quieren privatizar las ballenas, dicen que está bien contaminar los ríos, es una locura. Es la política de sálvese quien pueda, y pretenden llevarnos a un modelo como el de Estados Unidos donde te morís en la puerta del hospital por no tener para pagar el acceso a la salud.

—¿Te sorprende el apoyo a Milei?

—Hay que hacerse cargo de que Milei existe por los malos gobiernos de los últimos cuarenta años. No hay que equivocarse. No lo apoyan sólo los pibes y el mundo que está en las redes. Milei tiene ascendencia en barrios populares. Una amiga que justamente no es gorila me dijo: “Voy a votar a Milei porque no banco más a los peronistas, sigo con calle de tierra y sin cloacas acá en Merlo”. Estas situaciones produjeron una rotura muy grande en la sociedad. Entonces la fueron alimentando con una política de odio que hoy, incluso, se viene en contra de quienes la generaron.

—¿Creés que el acuerdo con Mauricio Macri le resultará positivo?

—Entre ellos se da una mezcla. Milei no tiene aparato para gobernar. Macri, por su parte, es evidente que tenía dos candidatos a presidente, y su preferido era Milei. No acompañó a Patricia Bullrich durante la campaña. Y hablando de Patricia, me llama la atención cómo alguien a quien un rival le dice que metió bombas y mató pibes por lo menos no exija disculpas públicas. Muy flojita la vi a Patricia. Al final es real algo que decía Milei: son Juntos por el Cargo.

—¿Qué implica este apoyo a Massa?

—Sólo eso. Ninguno va a ser integrante del gobierno que asuma. Que quede claro: Massa no nos representa. Con su espacio tuvimos serios problemas en el ferrocarril, con 1800 sancionados con esta gestión. Nosotros vamos a enfrentar todas las políticas que perjudiquen al movimiento obrero. No vamos a integrar el gobierno de unidad al que convoca ni nada por el estilo.

—¿Qué significaría un gobierno de Milei para el ferrocarril?

—Ya lo dijo. Irá por la privatización. Milei parte de una premisa conceptual e ideológica que es equivocada: todo lo privado es bueno y todo lo estatal es malo. El peor accidente en la historia del ferrocarril argentino fue la tragedia de Once. Eso sucedió bajo gestión privada y más allá de que veníamos planteando este problema. Por otro lado, el año pasado el transporte de carga, que está todo en manos de empresas privadas, como el Belgrano Cargas y sus asociaciones con Macri, en 365 días del año tuvo 435 descarrilamientos. En diez años de privatizaciones hubo más accidentes que en cien de ferrocarril estatal.

—¿Funcionarían mejor en manos del Estado?

—Las empresas no andan bien porque no son manejadas por los laburantes. Cada cuatro años viene un gobierno con su gente, llenan de tipos que les laburaron en la campaña, y ponen a cualquiera en los principales cargos. Esto hace que sea imposible que funciones bien.

—¿Se puede dejar de subsidiar el transporte público en trenes?

—Yo propongo dar la discusión en serio. ¿Las empresas de cargas tienen que estar en manos del Estado o no? Yo tengo el estudio hecho: si estatizamos las líneas de carga, se obtendrían los recursos para el transporte de pasajeros. ¿Aceptan eso? Lo que discutiríamos con Massa es sobre la contratación de tercerizados que, en su momento, trajo aparejada la muerte Mariano Ferreyra. 

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