Desde Santa Fe

Miguel Lifschitz consideró ayer "excepciones" a los 45 policías detenidos esta semana en Rosario en dos causas que investigan crímenes aberrantes y adulteración de pruebas, entre ellos el jefe de Asuntos Internos de la provincia Aníbal Candia, y su segundo Raúl Pieroni. "Es un número que puede parecer impactante, pero al lado de los 23.000 efectivos que tiene la Policía de Santa Fe no es significativo", sorprendió el gobernador. "Son las excepciones que tenemos que reducir, perseguir y evitar que ocurran en el futuro y eso tiene que ver con una mejor formación inicial, mejor capacitación, más control y una correcta acción de la justicia". Y pidió la "rápida" resolución de los casos "porque a veces da la sensación que se tira con ametralladora (sic) y se detiene en masa (sic) sin saber con precisión cuál es la responsabilidad de cada uno". Aclaró que la metáfora no era un "cuestionamiento" a jueces y fiscales.

Según el gobernador, lo que ocurrió en Rosario es "una coincidencia en el tiempo" de dos causas que derivaron en la detención de los 45 policías en 72 horas. Veintisiete están presos por la "desaparición forzada" de Franco Casco el 6 de octubre de 2014 en la comisaría 7ª y los otros 18 por el asesinato de los jóvenes Emanuel Medina y David Campos, el 23 de junio último, tras una persecución que se intentó enmascarar en un supuesto "enfrentamiento". "Son causas de distintos momentos que han ido evolucionando. Hay varias más, incluso muchas que hemos iniciado en nuestro gobierno y están en trámite", explicó. 

"Es importante que podamos avanzar en la investigación cuando hay hechos de corrupción, exceso en el uso de la fuerza, abuso de poder o violencia institucional", planteó Lifschitz. "Son casos que deben ser investigados rápidamente" para "determinar con precisión las responsabilidades porque a veces da la sensación que se tira con ametralladora y se detiene en masa sin saber con precisión cuál es la responsabilidad de cada uno. Pero de todas formas, sin cuestionar a la justicia, es importante que se pueda avanzar", insistió.

Y ese "número" de policías presos "por la coincidencia de las dos causas puede parecer impactante", pero "al lado de los 23.000 efectivos que tiene la fuerza en la provincia no es significativo. La mayoría desarrolla su tarea con eficacia, responsabilidad y compromiso todos los días". "Y los otros ‑por los detenidos‑ son las excepciones que tenemos que reducir, perseguir y evitar que ocurran en el futuro. Y esto tiene que ver con una mejor formación inicial, mejor capacitación, con más control y una correcta acción de la justicia".

Un periodista de Aire de Santa Fe le preguntó por la "desaparición forzada" de Franco Casco, un delito aberrante en el que se "fraguaron y plantaron pruebas". "¿Hubo errores?", le planteó.

-‑Tal cual, si efectivamente eso es así habrá que esperar la conclusión de la causa porque recién comenzaron las declaraciones (indagatorias) a los detenidos. Una vez que concluya la pesquisa tendremos precisión sobre lo que ocurrió y a partir de allí, estarán las sanciones penales que el juez establezca ‑respondió.

"Creo que esto es parte de una cultura policial no sólo de la Policía de Santa Fe, de lo que han sido las fuerzas de seguridad en la Argentina que debemos corregir, erradicar y castigar cuando se produce y separar la paja del trigo. Lo que sí no hay que generalizar porque es injusto para la mayoría de la Policía de Santa Fe que desarrolla su actividad con responsabilidad y con mucha eficacia en general. Así que los casos que se detectan, muchos de ellos fueron denunciados en nuestra gestión, deben ser investigados rápidamente", señaló Lifschitz.