La industria cripto se encuentra dando discusiones importantes acerca de la regulación de sus activos para que, sin perder el espíritu de libertad, el público y los Estados puedan recuperar la confianza pública de las criptomonedas y proteger el ahorro de las y los usuarios. El anteproyecto clasifica a las distintas plataformas en centralizadas y descentralizadas para regularlas de forma distinta. Fue elaborado y presentado en público por la ONG Bitcoin argentina, que históricamente se opuso a la regulación de las criptomonedas. 

Con alrededor de 10 millones de usuarios argentinos que cuentan con activos digitales, este proyecto de ley representa un pendiente impostergable para el país. Si bien existen algunas normativas que gravan la tenencia de criptomonedas - sobre todo la ganancia por la inversión, y la minería cripto-, se trata de un paso importante para dar un poco de transparencia a un mercado emergente.

"Siempre hemos rechazado los intentos de regulación de la criptoeconomía, pero esta vez nos pusimos como meta dar una respuesta positiva, con sólo dos propósitos: preservar la descentralización y proteger el ahorro y la confianza del público", explicó el abogado y presidente de la ONG Bitcoin Argentina, Ricardo Mihura durante la presentación en uno de los paneles de Labitconf 2023, el evento que anualmente reúne a toda la comunidad cripto en el país. Desde la entidad se encargan de resaltar que el anteproyecto entrará ahora en debate público para que los usuarios y el ecosistema puedan aportar previo a su entrada al Congreso. 

El eje del proyecto

Uno de los principales puntos que marca la ley que, en principio, tiene apenas nueve artículos, es la definición legal de los criptoactivos. Los determina como una "representación digital de valor registrada en un protocolo de tecnología de servicio distribuido o tecnología similar, asegurada criptográficamente". Los clasifica de dos formas, que luego serán reguladas de forma distinta: descentralizadas y centralizadas  (con y sin licencia). 

Las descentralizadas son aquellas desarrolladas con código abierto que poseen emisión, circulación y validación independiente de los miembros de una comunidad (Bitcoin y Ethereum son un ejemplo claro de este tipo). Como quedan fuera de la competencia regulatoria de la autoridad de aplicación (que deberá determinar el Poder Ejecutivo de acuerdo al anteproyecto de ley), se las considera moneda sin curso legal y se les reconoce el derecho de operar con ellas en libertad y desarrollarlas. 

No las define como un valor negociable (acciones) ni una moneda digital, sino que equipara su tratamiento al de cualquier moneda extranjera (la moneda de curso legal en Argentina es el peso). Al no ser un valor negociable, deberían dejar pagar impuesto a las ganancias por la compra venta de las mismas, tal como lo estableció la Reforma Tributaria de 2017.

Es la inversión más riesgosa en el sentido que la responsabilidad de operar con criptoactivos y plataformas descentralizados queda pura y exclusivamente de sus usuarios. “Y esto no es porque la descentralización sea una palabra mágica, sino porque la descentralización elimina el riesgo moral, porque permite a las partes interactuar en forma directa y con la seguridad objetiva que brinda el código”, explicó Mihura.

Las centralizadas, en cambio, se someten a reglas normales de requisitos de calificación y de supervisión administrativa y se las “premia” con el acceso al sistema bancario y de pagos para si y para sus clientes. Estados y empresas pueden emitir este tipo de activos como oferta pública en el primer caso, y valores negociables (acciones) para el segundo caso. En este caso, se garantiza protección judicial y compensaciones en caso de fallas.

La decisión final sobre si un determinado criptoactivo o plataforma es o no reamente descentralizado (si no lo es, rigen las responsabilidades solidarias para quienes las operan y promueven, salvo que opere con licencia), la tiene el juez en el caso concreto, en oportunidad de resolver un reclamo de un usuario damnificado contra alguna persona demandada como responsable solidario. 

"Así, el eje del proyecto quedó marcado en la distinción entre la descentralización y la centralización. Y en quienes se enmarquen voluntariamente en un estándar regulado, y quienes opten por operar fuera de ese marco", comunicaron desde la ONG Bitcoin.

Argentina cripto

Argentina es uno de los países que mayor usuarios de criptomonedas posee (por encima de países como Alemania, Italia, Reino Unido y Francia). Según un relevamiento de la empresa CryptoSlate en mayo de 2023, tuvo un crecimiento del 20 por ciento anual en la adopción de criptomonedas y se acerca a los 10 millones de usuarios.

"En nuestro país, este tipo de activos fue adoptado extendidamente por la sociedad argentina, lo que puede explicarse por dos grandes razones. La primera es la depreciación que sufre nuestra moneda en un contexto altamente inflacionario. La segunda, la reacción a las restricciones cambiarias actualmente vigentes en nuestro país, que lleva a buscar o bien una posibilidad de ahorro en las denominadas stable coins (criptomonedas atadas a una o más monedas fiduciarias como el dólar u otros activos subyacentes como pueden ser los bonos del Tesoro norteamericano) o, si el apetito de riesgo es mayor, en una inversión de corto, mediano o largo plazo, según cada caso", explica el Análisis sobre el fenómeno de los criptoactivos en Argentina de la Cámara Argentina de Fintech.