Los cincuenta años transcurridos desde la edición de aquel suceso que fue "La Balsa" funcionaron como marco para que Litto Nebbia volviera a ser eje de un homenaje amplio, que tuvo su primer paso el jueves por la tarde con la inauguración de la muestra El compositor no se detiene, abierta hasta el 30 de septiembre en la Sala de las Miradas de Plataforma Lavardén, que esa misma noche dejó en manos de Litto la inauguración de su flamante piano Yamaha. Ayer, al cierre de esta edición, el fundamental compositor rosarino presentaba su libro Mi banda sonora en el CEC, donde compartiría algunas canciones con Los Balseros. Esta noche, a las 21, la sucesión de encuentros tendrá un nuevo capítulo en el Teatro Lavardén, donde Nebbia presentará Rodar, el notable disco que registró junto a una de las bandas más personales y contundentes del rock argentino: Pez.

Ya habituado a los reconocimientos, Nebbia entiende que este regreso a la ciudad tiene "la increíble temporalidad misma: medio siglo de algo que uno fue protagonista y estar tocando bárbaro y celebrándolo". Parte de ese recorrido es el que nutre las páginas de Mi banda sonora, donde el compositor habla "de todo". "De cosas que amo y otras que detesto, de mi actitud frente a la vida, de mi pasión por el cine, anécdotas de muy niño tocando por ahí con mis padres, las producciones y todo ese mundo --repasa--. Son escritos sobre mis pensamientos, mis experiencias, y el tiempo va y vuelve todo el tiempo sin cronología, tratando de no perder el hilo conductor".

‑ En esa sintonía de mirar en retrospectiva, ¿cuánto de aquel Nebbia que creó "La Balsa" reconocés en tus nuevas obras? ¿Qué ha perdurado a través del tiempo?

- Ha perdurado la vocación, la pasión, el fuego y el entusiasmo por el mundo de la creación en el terreno del arte. Claro que tengo más experiencia, más serenidad, pero el concepto de vida es el mismo que cuando comencé a los 8 años con mis viejos.

Entre esos conceptos, Nebbia sostiene uno con firmeza: "Me es imposible tocar si no lo hago con gente que me guste lo que hace, y que también les guste mi forma personal con la música. Por otro lado, es imperioso para mí tocar con buena gente. Gente que toque de manera despretensiosa, que no se la crea, que reboce de humildad y adore su trabajo". En esa línea, no existen los condicionamientos etáreos o estilísticos para un autor que ha compuesto más de un millar de canciones y superado el centenar de discos propios: "Uno puede congeniar con un pibe de 18 y un adulto de más de 80. En cada juntada de músicos, siempre cada quien aprende algo. Si no es necio, claro. Muchas veces se les pega a algunos jóvenes diversas maneras mías. No es copiar, es compartir información, aspectos estilísticos (que casi siempre cada quien tiene uno distinto). La verdadera fuerza reside en equilibrar sabiduría, serenidad, sensatez. Las tres eses".

- ¿Qué tan difícil es sostener hoy un sello productor, aún cuando su catálogo suele ser premiado y elogiado? ¿Cuál es el destino de un sello como Melopea (de autor, atento a la calidad de su catálogo) dentro de la industria discográfica?

- Melopea es un sello con un destino maravilloso. Producir buena música, lo que nos gusta. Nunca estuvo en nuestros planes el objetivo puro del negocio. Necesitamos vender para poder seguir adelante produciendo cosas que nos gustan, pero nunca hemos estado aprisionados a la necesidad de meter un éxito cueste lo que cueste. En 2018 Melopea cumplirá 30 años. Tenemos un catálogo de más de 600 títulos con lo mejor de lo mejor. Más de 80 álbumes han sido publicados internacionalmente. Tenés que ser muy cauto. Estamos en un momento de gran transición sobre el mercado de las ventas de los productos musicales. Algunos tiran la idea de que el Cd o el disco no existen más. Eso no es verdad, las ventas internacionales son millonarias y ahora de pronto comienza a volver el vinilo y hasta el cassette. Creo que hay que saber convivir con que hay varios formatos para oír música. La preocupación de los grandes monopolios es que no saben cómo administrar el mundo digital. Ya los comienzos son nefastos, porque lo que pagan las plataformas digitales más conocidas es una vergüenza. Todo es muy arbitrario. Por suerte la gente que ama la música es irremplazable.

‑ Desde Melopea reeditaron la discografía remasterizada de Los Gatos. ¿El litigio con Sony está terminado o es una batalla que tenés que seguir dando?

- No existe litigio alguno, me gustaría que le quede claro a todo el mundo. Los tipos se enojaron conmigo porque su razonamiento monopólico y poderoso les dice que son dueños de todo. Sencillamente les pedí que me muestren un contrato donde les haya firmado que son propietarios de los seis álbumes históricos de Los Gatos. Han pasado más de seis meses y no han mostrado nada, sólo me han amenazado, como buenos arrogantes que son. También han amenazado a tiendas de discos, de las pocas que quedan, obligándolas a no vender discos de Los Gatos y Litto Nebbia so pena de tener un problema judicial con ellos. Es increíble que le hagan eso a disqueros que no tienen nada que ver con este problema. El problema en conmigo. Sólo quieren perjudicarnos. Ahora increíblemente han publicado todos los discos de Los Gatos en vinilo y en Cd. ¿No es tremendo que discos que hace un cuarto de siglo no se publican, ahora están editados por dos compañías? Lo hacen para demostrar en el ambiente que son fuertes. Es increíble que no se le haya ocurrido a ningún directivo tomar un café con nosotros para ver cómo se soluciona este absurdo enfrentamiento. Y yo sé por qué lo hacen así: porque no tienen nada para fundamentar. Son buitres, ¿o acaso alguien puede creer que hace 51 años atrás, siendo menor de edad, yo puedo haber firmado un papel a alguien autorizándolo a que se vendan los discos de Los Gatos por plataformas digitales? Por último, hablando de las ediciones vinilo de Los Gatos, las nuestras están remasterizadas por nosotros mismos con el mejor sonido que alguna vez se haya escuchado ese material. Las tapas están restauradas de la mejor manera, y además los nuestros se venden a un precio razonable, porque ésa es la intención: que los pueda tener todo el público.