Conducir la victoria o caer en el retiro forzado. Esto es lo que se juega Mauricio Macri con el ballotage, después de haber dejado cuerpo, alma y fondos en la campaña de Javier Milei. Algunos en su entorno presentan una versión más extrema: "Él te dice que lo que se juega es ir preso o no". Una victoria de Milei no solo le dará a Macri la posibilidad de sacarse de encima las críticas de los sectores de Juntos por el Cambio que no lo acompañaron, sino que lo dejará en el lugar de apadrinar al nuevo gobierno (y, probablemente, ubicar más de un funcionario). Una derrota, en cambio, lo pone a Macri en las puertas de salida de su extensa carrera política. Todos los sectores que cuestionaron su decisión de romper la alianza para irse con Milei se la van a cobrar. Y probablemente le arrebaten el partido que fundó.

Hay que decirlo: Macri se jugó todo de las primarias a este ballotage. Forzó una ruptura de Juntos por el Cambio, con una reunión secreta en su casa entre Milei y Patricia Bullrich, donde consiguió que la ex candidata no solo perdonara velozmente que le dijeron "montonera asesina" y que puso bombas en jardines de infantes.

Luego del apoyo de Bullrich, Macri sumó el propio y el de otros dirigentes, aunque no tantos como hubiera querido: no lo siguieron ni los gobernadores (ni su primo Jorge Macri), ni los senadores ni tampoco el bloque de Diputados, salvo algunas figuras. El ex presidente reapareció estratégicamente para apuntalar en público a Milei y en privado le fue dando consejos mechados con instrucciones.

Macri también puso a su servicio una red de fiscales propios, y consiguió financiamiento para pagarle a los fiscales rentados que les faltaban (lo que sale decenas o cientos de millones de pesos). No consiguió controlar la comunicación de campaña, eso sí, pero porque los adláteres de Milei mostraron las garras y no lo dejaron.

Macri está jugado a pleno por el resultado del ballotage.

Qué gana

"Mauricio se juega muchísimo", reconocen en el entorno del ex presidente sobre el nivel de inversión que puso en Milei, aún diciendo públicamente que mucho de lo que plantea no le gusta. "Si gana Milei, Macri va a sentir que ganó él", dicen sus dirigentes de mayor confianza. "Y vas a ver como todos los que eran neutrales vuelve a comerle de la mano", aseguran.

Todos, menos los radicales. "La relación con Morales y cia está quebrada. Se terminó para siempre", dicen.

Otros dirigentes que hablan con Macri dicen que tiene una mirada todavía más tremenda del resultado: "Se juega si voy preso o no", sostienen que dijo. Curiosamente, desde los sectores que tomaron distancia del ex presidente en Juntos por el Cambio tienen la misma mirada: "Una victoria le trae tranquilidad judicial a Macri", decían en el larretismo. Y Gerardo Morales fue más directo el día de la ruptura: sostuvo que con Milei habían negociado causas judiciales. Ni siquiera cargos. Causas judiciales.

Bullrich está igual o más metida que Macri. De hecho, participó de la campaña casi como una dirigente más de La Libertad Avanza: hizo recorridas con Victoria Villarruel, se subió al acto de cierre con Milei, algo impensable hace un mes.

Nadie descarta que Bullrich termine siendo ministra si gana Milei. Y que Macri ponga uno o más ministros. Salvo que choquen con un presidente electo que, según dijo públicamente, no le debe nada porque su apoyo y la provisión de fiscales fue "incondicional" y "por la patria".

Y qué pierde

"Si pierde, Macri va a lamentarlo. Pero la derrota es huérfana", advierten en su entorno. Es una forma de anunciar que si Milei gana, Macri gana, pero si Milei pierde, pierde solo. El ex presidente tiene experiencia tomando distancia de los derrotados y puede que empiece a hacerlo la misma noche de la elección. Después de todo, siempre dijo que lo suyo era un apoyo a otro candidato, pero que su partido sigue siendo el PRO.

Ahora bien, si pierde... ¿su partido sigue siendo el PRO? Está claro que el larretismo está al acecho de una derrota para correr a Bullrich de la conducción del PRO. Las elecciones son en marzo de 2024, pero hay quienes imaginan que Bullrich podría dejar el espacio antes, para dar un salto a otro sector político, junto a Milei. "No sería la primera vez que lo hace", se divertían con el extenso historial de conversiones que tiene Bullrich en su carrera.

Para los que están con Macri, Larreta podría quedarse con el PRO. "Pero le va a quedar un cascarón vacío. Porque los votos son de Mauricio", sostienen. Otros son menos comprensivos con el futuro de Macri si su apuesta de Milei sale mal: "Además de castigarlo, lo van a jubilar. Vas a ver que si pierde, todos lo van a ir a buscar a Jorge Macri". Está claro: como jefe de Gobierno, el primo será ahora el que tendrá más visibilidad. Nuevos líderes del PRO pueden surgir la noche del domingo.

Macri ya jugó todas sus fichas este año: primero a Bullrich hasta las PASO, luego en el medio entre Bullrich y Milei hasta la primera vuelta, ahora muy decidido a Milei. Habrá que ver si la inversión paga.