Su aroma es tan intenso y persistente como su color es de un blanco virginal. Antaño era un adorno reservado a los nobles y solo ellos podían recogerlas; hoy día forma parte de los collares de flores y es un adorno que se lleva en el pelo. Pero con mucha precisión, porque su posición revela datos sobre la vida amorosa de quien la lleva: para los novios sobre la oreja izquierda, mientras los solteros la colocan sobre la derecha. Las mujeres casadas que llevan flores de los dos lados de la cabeza indican que están interesadas en aventuras… Los hombres también llevan tiarés, pero solo pimpollos a punto de florecer.