Los investigadores levantaron la toma del Ministerio de Ciencia y Tecnología, después de ocho días de protesta. Adoptaron la decisión luego de una reunión con funcionarios del ministerio, que pasó a cuarto intermedio hasta el martes de la semana que viene. Pero no hubo avances en el conflicto de fondo –la inserción en el sistema universitario de los 450 científicos excluidos del Conicet por el ajuste presupuestario–. El Gobierno les ofreció una prórroga de trece días para concretar el pase a las universidades nacionales de los investigadores: la fecha límite para aceptar o no la propuesta pasaría del 30 de septiembre al 13 de octubre. Los becarios aceptan pasar a universidades, pero rechazan las condiciones ofrecidas por el Gobierno; aseguran que perderían estabilidad laboral y que les ofrecen estipendios inferiores a los del Conicet, entre otras cosas. Los funcionarios de Ciencia se comprometieron a analizar con la Secretaría de Políticas Universitarias esas condiciones laborales, sobre todo en lo que atañe a “estabilidad y equivalencia salarial”.

Ayer a las 15, el ministro Lino Barañao les envió una carta a las organizaciones de científicos que mantenían la toma (Red federal de afectados, Jóvenes científicos precarizados, ATE-Conicet, Becarios empoderados, Científicos y universitarios autoconvocados) y las convocó a reabrir el diálogo –a lo que Barañao se había negado durante la última semana–, con la “condición ineludible” de que antes los investigadores se retiraran del hall de ingreso del ministerio. Los becarios realizaron una asamblea a las 17 y definieron levantar la ocupación. A las 18.30 estaban subiendo los representantes de las organizaciones a reunirse con Barañao.

“La única ‘respuesta’ que brindó el ministerio fue otorgar una prórroga de dos semanas al plazo de vencimiento de adhesión del programa de incorporación de docentes investigadores a las universidades”, explicaron luego. Mientras se realizaba la reunión, entre los investigadores que habían dejado la toma se corrió la voz de la propuesta –la prórroga del plazo– y, como muestra de rechazo, los becarios volvieron a ingresar a la sede, pero esta vez al hall del Centro Cultural de la Ciencia (CCC), ya no al del ministerio. Hubo un amontonamiento de gente y un vidrio terminó roto –los becarios informaron que fue un accidente y que lo pagarán con el fondo de huelga–. 

La reunión de ayer fue convocada por Barañao después de que el lunes los investigadores desmintieran expresiones del ministro. “Más de la mitad de los postulantes –había dicho Barañao– se comprometieron a aceptar el cargo” en universidades que les ofrece el Gobierno. Los becarios mostraron una carta firmada por 331 investigadores (es decir, el 80 por ciento de los afectados por el ajuste) explicando que ninguno de ellos firmó contrato alguno donde se detallara su vínculo con universidades, condiciones laborales, actividades a realizar y continuidad de las líneas de investigación –otro punto clave de los reclamos–.  

El conflicto comenzó en diciembre del año pasado, cuando casi 500 becarios –a pesar de haber aprobado todas las instancias de evaluación– no pudieron ingresar en la carrera del investigador científico del Conicet por el ajuste aplicado por el Gobierno. El 23 de diciembre pasado, luego de cinco días de toma del ministerio, Barañao firmó con las organizaciones de investigadores un acta acuerdo donde se comprometía a incorporar a los afectados del Conicet a instituciones del sistema científico. Después de más de nueve meses, dicen los becarios, “quedó claro que nunca tuvo la voluntad política de encontrar una solución para los casi 500 afectados”.

En medio de un intenso debate entre las diferentes organizaciones –e incluso hacia dentro de las mismas agrupaciones–, con distintas posiciones sobre cómo seguir la lucha, la asamblea de investigadores votó levantar la toma y continuar negociando con el ministerio el próximo martes. 

Informe: Gastón Godoy.