“El cine argentino, que es un ejemplo en todo el mundo por su vasta y variada producción, corre el peligro de transformarse en un negocio y relegar su condición de arte”. La definición es de Paula de Luque, la directora de Juan y Eva, que no tiene dudas sobre el hecho de que la resolución 942 del Incaa atenta de manera directa contra el espíritu de la Ley de Cine, promulgada en 1994. “Los que crean que el cine es un negocio, y que sólo las películas que venden entradas son las que vale la pena hacer, desconocen el valor cultural del arte. Además, con ese criterio, entonces concluirían que la Coca-Cola es sana porque se vende mucho”, ejemplifica ante PáginaI12. 

–¿Por qué la resolución del Incaa vulnera la Ley de Cine?

–La Ley de Cine se promulgó con el espíritu de fomentar y desarrollar una industria de cine, que se financia con sus propios recursos y que tiene por objetivo construir identidad. La resolución 942 parte de la idea, errada, de que las únicas películas que valen son las que venden muchas entradas, por lo que genera condiciones que sólo las grandes productoras pueden enfrentar. No se trata de un problemas con las grandes empresas, que con todo derecho persiguen el criterio de la rentabilidad. No estamos en contra de eso. El problema es que si se aplica la resolución las únicas películas que se vana  producir son las que venden. Toda una ley, que es ejemplo en el mundo y que permitió un vital desarrollo del cine argentino durante años y con distintos gobiernos, se tira por la borda. ¿Qué vale más: un poema de Borges o un capítulo de Harry Potter? Es una dicotomía absurda. 

–¿Cree que se intenta avanzar hacia un cine “rentable”?

–La educación pública no es una política aplicada para mantener maestros, sino para garantizar que la gente tenga derecho a educarse y construir una sociedad mejor y más equitativa. La salud pública no es para mantener médicos, sino para que el Estado asegure la atención de la población en caso de tener un problema. Con la cultura pasa lo mismo: la gran perjudicada es la gente si el Incaa avanza con la resolución. La Ley de Cine, que hace que tengamos un cine próspero y nos permite plantar la bandera argentina en el mundo, no está hecha para mantener directores, actores o guionistas, sino para garantizar nuestra diversidad cultural y que todos tengamos acceso a la cultura. 

–En los últimos días, en paralelo a la resolución 942, hubo informes televisivos que volvieron a poner el ojo sobre el Incaa. ¿Cree que se trata de hechos aislados?

–No son aislados, sino concatenados. La resolución 942 viene acompañada de una campaña de desprestigio a la actividad, protagonizada por operaciones de prensa burdas pero no por eso menos dañinas. No todo el mundo que prende la tele sabe que lo que se dice es mentira.