Las firmas de nuevos contratos de alquileres se suspendieron a la espera de modificaciones en el marco regulatorio, luego de que el presidente electo, Javier Milei, asegurara que derogará la Ley de Alquileres actualmente vigente para dar paso a “contratos libres” entre partes y en cualquier tipo de moneda. En tanto, el diputado bonaerense por Juntos por el Cambio, Daniel Lipovetzky, que fue uno de los impulsores de la Ley, manifestó que “para derogarla tiene que salir por otra ley” y no por decreto.

Al ser consultado sobre algunas de sus primeras medidas vinculadas con la economía, Javier Milei ratificó su intención de derogar la Ley de Alquileres y pasar a un esquema donde los contratos se pacten libremente y en cualquier moneda. La actual normativa por la que se rigen más de ocho millones de inquilinos "hay que derogarla y entender que es un contrato entre partes”, aseveró Milei. Al garantizar la “libertad de mercado” se avala en realidad el ejercicio de poder de una parte (los dueños de las propiedades) sobre la otra (los inquilinos) ya que el mercado trata de un vínculo desequilibrado entre privados.

“Esa declaración generó consecuencias inmediatas, que vemos con preocupación. Desde ayer a la mañana se suspendieron las firmas de los contratos de alquiler, esperando lo que suceda”, advirtió el presidente de la Federación de Inquilinos Nacional, Gervasio Muñoz en declaraciones radiales. Y agregó que esa situación se agrava por el hecho de ser casi fin de mes: “Mucha gente renueva contratos o se muda y les están diciendo que no se firman los contratos”. La realidad que viven los inquilinos es de mucha preocupación, también porque se afirma que habrá contratos en cualquier moneda.

“Es la misma política que Martínez de Hoz cuando desreguló los alquileres en 1977”, aseguró Sebastián Artola, referente de Inquilinos Agrupados Rosario y responsable de la Federación de Inquilinos Nacional en la provincia de Santa Fe: “con estas medidas no esperemos otro resultado que la expulsión de sectores asalariados y medios a la calle”. “Esto significaría en lo inmediato un fuerte aumento en los alquileres y un retroceso total en materia de acceso a la vivienda en Argentina, con el agravamiento de la ya difícil situación que se vive”, aseguró.

La propuesta de Milei es eliminar el marco regulatorio y habilitar la firma de contratos cortos (tan cortos como un mes, por ejemplo) y en cualquier tipo de moneda. La ley vigente, reformada hace menos de tres meses por el Congreso, regula estos aspectos estableciendo: una duración mínima de 3 años del contrato, un plazo de ajuste semestral y estipula como coeficiente al Casa Propia (que utiliza un 90 por ciento de la variación salarial y un 10 por ciento de la de precios). Además sostiene que “el precio del alquiler debe fijarse como valor único, en moneda nacional” y se prohíbe cualquier publicidad que no incluya el precio de las locaciones en pesos.

En tanto, el diputado bonaerense Daniel Lipovetzky, uno de los encargados de redactar una de las versiones de Ley que rigió al mercado en tiempos recientes, sostuvo que “el presidente no puede derogar una ley por decreto porque sería cuestionable jurídicamente: puede ser por DNU pero sería polémico e insostenible desde el punto de vista judicial, la ley para derogarla tiene que salir por otra ley”. Además recordó que aún “no está claro qué mayoría tendrá Milei [en el Congreso] para avanzar con esta legislación”.

Lipovetzky añadió que el planteo del presidente electo “no puede sorprender a ningún argentino” porque es lo que “dijo en campaña”. “Él cree, y lo dijo en su discurso del domingo a la noche, en el comercio desregulado. Es lógico que planteara eso. La gente, sabiendo lo que planteaba, lo acompañó con el voto”, señaló el legislador. Pero luego consideró que si se preguntara “a muchos de los que votaron a Milei si están de acuerdo con la derogación de esta ley y otras, o la privatización de YPF, posiblemente opinen lo contrario”.

En igual dirección, Muñoz pidió no “echarle la culpa a aquellos inquilinos que votaron a Milei”. “Hay que entender que hace mucho tiempo pasamos una situación de mucha soledad frente al mercado. Es una frustración, una soledad y un desamparo frente a un Estado que no defendió, y creo que de ahí se desprende de que el voto no es un voto por lo que dice que va a hacer sino por lo que expresa y denuncia”, opinó. Y agregó que es “poco” lo que hizo el Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat para que efectivamente se cumpliera la Ley de Alquileres vigente.

Muñoz lamentó que la derogación implicará una “institucionalización de la desigualdad y del poder del mercado por sobre los derechos”. “Esto va a pasar en todos los ámbitos, como la flexibilización laboral: nadie puede negar que hay trabajo no registrado y condiciones muy malas de laburo, pero lo que se va a hacer es institucionalizar esa desigualdad”, aseveró Muñoz. Desde las organizaciones de inquilinos se está trabajando en “ver cómo va a ser la estrategia ante el próximo gobierno”, anticipó. “Sin duda tiene que ser en articulación con otros sectores con quienes también vamos a estar jodidos, fundamentalmente los trabajadores y trabajadoras”, sostuvo el titular de la Federación de Inquilinos.