Algo huele mal en la Conmebol además de las coimas de la FIFA. Un ex dirigente paraguayo acusó a su presidente Alejandro Domínguez, de contratar vuelos chárter para el seleccionado guaraní sin consultar a nadie. Menos sutil, José Luis Chilavert señaló a Gonzalo Belloso -el ex futbolista y director de Desarrollo de la Confederación- como el contacto con LaMia, la compañía que provocó la tragedia del Chapecoense. En Brasil, cuatro clubes y dos empresas le confirmaron al sitio UOL que se hacía lobby para favorecer los viajes de la aerolínea, responsable del desastre aéreo. A ella apeló la comisión regularizadora de la AFA hace menos de un mes para que llevara a la Selección Nacional ida y vuelta a Belo Horizonte. Los jugadores argentinos se quejaron del mismo avión que se estrelló contra un cerro en Colombia. Sus diecinueve colegas muertos nunca podrán hacerlo.

Tratándose de la Conmebol, las sospechas de corrupción superan la velocidad de la luz. La confesión póstuma de uno de los pilotos muertos suma otro indicio que ratifica la estrecha relación con LaMia: “Orgullosos de ser la transportadora oficial de la Copa Sudamericana 2016”, dijo minutos antes de partir hacia Medellín, adonde nunca llegó. El avión

era de una compañía venezolana, operaba desde Bolivia, se desplomó en Colombia y la gran mayoría de las 71 víctimas son brasileñas. Pero las derivaciones del trágico vuelo también se extendieron a nuestro país y Paraguay.

Pablo Biró, el secretario general de APLA (Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas) fue contundente: “LaMia tenía acuerdos muy beneficiosos con la Conmebol”. Un colega suyo de Aerolíneas Argentinas, Jorge Polanco, agregó: “La Conmebol tenía connivencia con Lamia. Cotizaban más barato a los clubes. Era un negocio, montaron la empresa para eso”. Estas declaraciones de especialistas tienen el valor agregado de la información que proviene desde la actividad aerocomercial. Cuando se cruzan esos testimonios con los originados en el ambiente del fútbol, todo va en un mismo sentido.

José Medina Sagalés, un ex dirigente del club paraguayo Presidente Hayes, atacó a Domínguez con una denuncia del pasado que ahora recobra vigencia. Con la tragedia del Chapecoense instalada en los medios, aquel recordó que en 2013 el seleccionado de su país la pasó muy mal en un vuelo a Venezuela. “El equipo iba a jugar un partido por las Eliminatorias mundialistas. Domínguez, elegía personalmente los vuelos chárter de la albirroja en su época de director de Selecciones de la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF) sin consultar a dirigente alguno. Esto se dio entre los años 2012 y 2013”.

Chilavert buscó responsables entre los dirigentes más allá del presidente de la Conmebol. Involucró a Belloso, su actual asesor y ex delantero de Central. El ex arquero declaró en Radio ABC Cardinal de Paraguay que existe “la empresa Offside y estaría detrás del contacto con la aerolínea”. Esta compañía tiene un dueño brasileño y vende su logística a diferentes clubes de Sudamérica. Se llama Rodrigo Ernesto de Andrade Rego. Así como es obvia la relación entre Domínguez y Belloso por las funciones que cumplen en la Conmebol, no está probado que el segundo sea dueño o socio de Offside, aunque en Asunción se sospeche.

La Confederación difundió un comunicado donde aclaró que entre las actividades de logística que gestiona para organizar sus torneos “no está incluida la coordinación de ningún tipo de transporte, así como tampoco la recomendación de proveedores, por lo que desmiente los rumores que están circulando en los medios en estos momentos de tanto dolor”. También desmintió presiones para contratar a LaMia, Andre Copetti, el vocero del Chapecoense. Dijo que se eligió a la aerolínea “por cuestiones técnicas. Fuimos bien atendidos en la primera oportunidad y la recontratamos. No era una novedad trabajar con ellos. La aeronave era la misma que usa la familia real Británica”.

La caída del vuelo 2933 disparó una polémica. La utilización de un chárter para ganar tiempo y operatividad quedó muy cuestionada. Así como a Domínguez lo acusaron en Paraguay de presionar a favor de empresas como LaMia -que hasta ahora no le presentó la póliza de seguro al Chapecoense- en la Argentina también hubo problemas en viajes semejantes. San Lorenzo lo sufrió en un traslado a Venezuela, cuando contrató a una compañía que no contaba con permiso para aterrizar en ese país. Fue en el partido contra La Guaira jugado en septiembre por la Copa Sudamericana. “Hasta tuvo que intervenir la canciller Susana Malcorra”, le dijo el presidente Matías Lammens a PáginaI12. Desde entonces, su club cambió de aerolínea y empezó a viajar por Andes, de origen nacional. Con ella voló a Chapecó para jugar la semifinal del torneo. En la cancha donde San Lorenzo quedó eliminado, ayer velaron a los futbolistas, cuerpo técnico, dirigentes y periodistas brasileños.

El club de Boedo, al igual que River, continuará trasladándose en vuelos chárter. Así lo anunciaron sus presidentes con la aclaración de que exigirán controles estrictos. En cambio, Boca hará lo contrario. Su comisión directiva votó el jueves que sus viajes los hará en aviones de línea. El técnico, Guillermo Barros Schelotto acompañó la decisión: “Como conductor no me cambia mucho no viajar más en vuelos chárter. A lo mejor se pierde algún tiempo por esperar los vuelos de línea, pero trabajaremos para intentar reducirlos al mínimo. Habíamos hablado con los dirigentes en su momento sobre este tema. Y creo que es lo más conveniente para Boca”.

La AFA todavía no se pronunció sobre cómo continuará volando la Selección Nacional. Algo es seguro. No podrá hacerlo más por LaMia, que cubrió los trayectos Buenos Aires-Belo Horizonte y viceversa cuando el equipo de Edgardo Bauza fue a jugar contra Brasil por las Eliminatorias. En aquella ocasión, el plantel tuvo que dividirse en dos grupos para viajar. Armando Pérez, el presidente de la Comisión Regularizadora definió a la empresa como “la más experta” después de que se estrelló su avión en Colombia, el miércoles pasado. Pero aclaró que estaba tratando de llegar a un acuerdo con Aerolíneas Argentinas para que transporte al seleccionado.

Biró, de APLA, recordó en una entrevista que le hizo la radio Infocielo: “Hace 20 días viajó la Selección Argentina, nosotros nos fuimos a quejar a la autoridad de aplicación y nos dijeron que los papeles estaban bien. Cuando viene una línea flojita de papeles nosotros tenemos la responsabilidad de auditar”.

Hoy LaMia se quedó sin licencia para operar y sin el único avión que tenía en condiciones de volar. Un plantel casi completo perdió la vida en una tragedia evitable. A bordo iban los jóvenes entusiastas del Chapecoense por su primera final, la más importante. También podrían haber viajado los jugadores de la Selección Nacional. O de cualquier otro equipo.

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