A casi dos años del gobierno de Cambiemos, referentes de la academia analizaron la conformación del equipo económico nacional, el retorno del liderazgo del sector financiero, la morfología de los sectores mejor y peor posicionados de cara al proyecto económico macrista y la vinculación de las medidas oficiales con las sugerencias del Consenso de Washington. “El macrismo está lanzado a una ofensiva política y también cultural. Hay que defender nuestros valores culturales en el plano de la economía, vinculados a la integración continental, distribución de la riqueza y soberanía económica y política”, definió Juan Carlos Junio, director del Centro Cultural de la Cooperación, que organiza junto a la Universidad de Quilmes el cuatro congreso de economía política.

Los empresarios en el Estado

 Ana Castellani, profesora de la Unsam e investigadora del Conicet, estudió la procedencia de 364 funcionarios de primera, segunda y tercera línea. De ese total, un tercio desempeñó en algún momento de su carrera profesional puestos de alta gerencia en el sector privado. Una cuarta parte del total ocupó el cargo gerencial inmediatamente antes de ingresar a la función pública, que componen los casos de “puerta giratoria directa, que contradice las recomendaciones de la OCDE en el sentido de que debe existir un período de enfriamiento entre el ingreso a la función pública desde el sector privado y viceversa, a la salida del Estado para volver a la empresa”, advirtió Castellani.

 De los 86 casos de funcionarios que asumieron inmediatamente después de provenir del sector privado, 60 ocupaban los puestos más altos en la dirección de sus empresas. “Actualmente se ubican principalmente en el Ministerio de Energía, Producción, Agroindustria, Trabajo y Jefatura de Gabinete y provienen del sector bancario y financiero, energético y servicios profesionales. En la Jefatura de Gabinete, que funciona como una especie de gerencia general, el 70 por ciento de los funcionarios tiene ese antecedente”, detalló Castellani. Y cerró señalando que “todas las medidas que se tomaron fueron en favor de la recomposición de la rentabilidad empresaria sobre todo en los sectores más representados en el gabinete, como el agro, los bancos y energía”.

Ganadores y perdedores

 “Hay un cambio de orientación económica en donde los grandes ganadores son sectores rentísticos, ya sea porque explotan recursos naturales o por la especulación financiera. Entre los perdedores existe una gran heterogeneidad, al punto de que los intereses de cada uno pueden hasta colisionar. Son pymes forzadas a cerrar, cuentapropistas que pierden mercados y caída de ingresos en los barrios más pobres porque bajan las changas. Esta heterogeneidad vuelve bastante inefectiva a la política pública”, describió Daniel Kostzer, economista que trabaja en la oficina Asia-Pacífico de la OIT.

 Arnaldo Bocco, ex director del Banco Central y actual director de la carrera de Economía de la UMET, explicó que “el Gobierno de Macri rápidamente reconstituyó la renta agraria clásica y también la ganancia para el sector energético en electricidad, gas, agua y petróleo”. “El Grupo 1 de los privilegiados también incluye al sector financiero, movilizado por la deuda externa”, agregó. “Luego hay un segundo sector de ganadores, que son las autopistas de comercialización o las grandes empresas de logística. Son firmas que no están preocupadas por la macroeconomía local porque están insertas en la economía mundial”, señaló Bocco.

 “El tercer sector es la `Argentina clásica´, la industria, el trabajo y la pyme. Ese es perdedor porque es mercadointernista y está muy afectado por el esquema de integración a la economía mundial que propone Macri. El cuarto sector es el gran perdedor y se trata de la economía popular. Mientras mejor le va al sector 1 y 2, peor le va al 3 y al 4. Y cuando se desploma el 4, lo que crece es la economía del delito”, completó Bocco. En tanto, Kostzer agregó que “el crecimiento económico bajo este esquema es desarticulado, inarmónico. No es una masa que crece tipo levadura sino un par de hongos, de empresas que parecen ser líderes mundiales pero para el resto no hay nada”.

 Por su parte, Carlos Bianco, investigador de la Universidad de Quilmes, comparó las políticas actuales con las sugerencias del Consenso de Washington y consideró que “este es un gobierno neoliberal clásico, sabemos quiénes son los ganadores y perdedores. Dicen que liberan el cepo pero aplican una enorme devaluación, hablan del emprendedurismo pero en realidad es precarización laboral, de inserción al mundo cuando en realidad es una apertura comercial”. Juan Carlos Junio, por su parte, apuntó que “concebimos a la economía como una ciencia social unida a los debates políticos que libran los pueblos en todo el mundo. Por eso, las propuestas teóricas están ligadas a la lucha política. Tenemos que tener en cuenta que también en la economía, que consiste en la propuesta para la organización y vida de la sociedad, hay una batalla de ideas”.