Los vecinos de Iriondo y pasaje Matos no podían salir de su asombro cuando los inspectores de tránsito corroboraron lo que se sospechaba: que el conductor que acababa de estrellarse contra el frente de una vivienda en horas del mediodía estaba alcoholizado. Teniendo en cuenta que en la ciudad rige alcohol cero, el test no dejó lugar a dudas ni discusión posible: el resultado fue 1,01gr/l. El siniestro, que bien pudo tener consecuencias muy graves, se produjo sin la intervención de terceros. Ebrio, el conductor perdió el control, atravesó la vereda y colisionó contra una vivienda, sin sufrir heridas de consideración, aunque personal de emergencias lo revisó porque acusaba golpes en las piernas. Terminaron el conductor en la comisaría 13° y el vehículo en el corralón.