Netflix apuesta por los contenidos propios, pero para ello necesita una gran cantidad de capital: el servicio de video online emitirá títulos de deuda para hacerse con 1.600 millones de dólares. Netflix indicó que negociará detalles como el plazo de pago y los intereses con los primeros inversores. En los últimos años, la empresa gastó cerca de seis mil millones de dólares al año en el desarrollo de contenidos. 

Hace apenas cinco años que Netflix alcanzó su primer gran éxito con House of Cards y desde entonces el mercado de la TV ha cambiado a una velocidad vertiginosa. Hace unos días la empresa presentó cifras trimestrales con un aumento de 5,3 millones en el número de clientes y un total de 3.000 millones de dólares de ingresos. Los servicios de pago que ofrecen películas y series online aún no sustituyeron a la TV tradicional, pero cada vez adquieren más importancia y Netflix tiene mucho que ver en esa tendencia, pues es la empresa que asentó este modelo de negocio. La firma, fundada en 1997 en Los Gatos, California, comenzó como un servicio de préstamo de DVD y Blu–ray online. En los años siguientes su éxito fue aumentando hasta que en 2003 salió a bolsa y desde entonces su valor subió de 300 millones a más de 87.000 millones de dólares. Ese aumento se debe a que el número de clientes creció desde 2011 de unos 23 a 109 millones, y está presente en 109 países. Esto, claro, atrae competencia: Disney anunció su propio servicio online para 2019; HBO, de Time Warner, está disponible en Internet desde 2015, con series tan exitosas como Game of Thrones. Hulu, también pionera del mercado, cuenta con producciones de gigantes como NBC Universal, Fox y Disney. Sin embargo, el mayor rival hasta ahora es Amazon. Aunque es conocido por su expansión en la venta online, compite desde hace tiempo con Netflix con su servicio Prime Video. Google está ampliando su negocio en YouTube con cuentas pagas y contenidos exclusivos para profesionales. Y Facebook y Apple planean inversiones de miles de millones de dólares en contenidos de video exclusivos. 

En la lucha por el trono del sector, las producciones propias son la clave del éxito. HBO ya se hizo un nombre con clásicos como Los Soprano o The Wire y sigue siendo sinónimo de calidad. Amazon aún no ha alcanzado un gran éxito con sus series y Netflix brilla recientemente con Narcos, pero está teniendo problemas para continuar House of Cards y Orange Is the New Black. 

Para competir por el siguiente “hit”, los principales servicios prevén grandes inversiones. Netflix destinará a contenidos exclusivos 6.000 millones de dólares este año; Amazon 4.500 millones y YouTube también subirá la apuesta. Disney, mientras tanto, comenzará con la inversión en su canal de deportes ESPN, a inaugurarse en 2018 como servicio streaming. 

Aunque las producciones propias pueden acabar siendo caros fracasos, lo cierto es que en caso de éxito actúan no solo como un imán para los clientes. Además, las producciones compradas pueden salir caras y la adquisición de los derechos es a menudo complicada. Además, los acuerdos de licencia suelen estar limitados y cuando dos socios se convierten en rivales se pueden perder valiosos contenidos.