En medio de la puja de fondos con Nación, el gobierno de Catamarca enfrenta un conflicto con retirados de las fuerzas de seguridad por aumento de salarios. El lunes se iniciaron las negociaciones que escalaron en el día de ayer con la ingreso de un grupo de retirados a la Casa de Gobierno, durante el cambio de guardia y cuando las autoridades de la provincia no estaban. Hubo forcejeos con la policía en actividad, que intentaron impedir el paso. La tensión aún no cede. Los retirados y familiares hicieron una asamblea y decidieron permanecer en un acampe hasta el lunes. Raúl Jalil estaba fuera de la provincia, en Misiones y puso a la ministra de seguridad a cargo de la negociación que aún tiene final incierto.

Según uno de los portavoces de los uniformados que habló ante las cámaras de televisión están pidiendo un básico de 600 mil pesos. La provincia ofreció un aumento el lunes pasado y la continuad del diálogo con reuniones para la semana próxima pero los policías no aceptaron. En una suerte de asamblea improvisada en la puerta de la casa de Gobierno, uno de ellos explicó las novedades. Alrededor se escuchaba el rechazo de los que lo acompañaban. “Yo voy a venir el lunes para discutir el 30 por ciento de aumento y ellos me van a estar ofreciendo un 10, no es negocio”, se quejó. “Nos siguen tirando para patear (el acuerdo) para otro lado”, insistió.

El clima de tensión se da en medio de la puja entre la Nación y los gobernadores por los recortes en las partidas presupuestarias y en la prórroga del Presupuesto 2023, que sufrió una fuerte licuación por la devaluación de diciembre. El martes Jalil fue uno de los mandatarios que se reunió con el ministro del Interior, Guillermo Francos, luego de que el presidente Javier Milei lanzara una serie de fuertes críticas contra los líderes provinciales.