Durante la lectura del fallo en un caso de accidente de tránsito en el que murió un chico de 3 años hubo gritos de reprobación y rotura de vidrios en la sala de audiencias del Palacio de Tribunales. El clima de tensión hizo que familiares de la víctima tuvieran que recibir asistencia médica. Todo comenzó cuando la jueza Ana Dieta de Herrera, del Tribunal Oral 9, anunció la decisión de condenar a tres años de prisión en suspenso –sin aplicación efectiva– al responsable del trágico accidente. Quedó probado que el imputado conducía en estado de ebriedad, a muy alta velocidad y sin llevar puestos los anteojos que debía usar cuando estaba al volante de un vehículo. Alejandro Castiñeiras, abogado de la familia del chico, adelantó que el 8 de noviembre conocerán los fundamentos del fallo y a partir de allí “vamos a apelar las razones que tuvo el tribunal para hacer esta locura”. 

El imputado, Juan Manuel Sánchez Villar, de 34 años, llegó al juicio oral en libertad y ahora fue condenado por “homicidio culposo agravado” a tres años de prisión no efectiva y a diez años de inhabilitación para conducir vehículos. La sentencia significa que el hombre sólo podría ir preso si en el futuro acumula una nueva condena. El hecho ocurrió en 2014, en la avenida General Paz, y la víctima fue el niño Bautista Jara, de 3 años, quien viajaba dormido, en el auto de sus padres, cuando el rodado fue atropellado desde atrás por el vehículo que conducía Sánchez Villar. 

En el proceso judicial quedó probado que el responsable del accidente conducía borracho, con 1,69 gramos de alcohol en sangre, a 115 kilómetros por hora y sin tener puestos los anteojos. La sentencia dispuso, además, que Sánchez Villar se someta durante cuatro años al control del Patronato de Liberados y que realice, durante ese tiempo, veinte horas mensuales de trabajo voluntario en Cáritas y que asista a cursos de educación vial. 

La lectura del veredicto provocó la indignación de los familiares de Bautista, dado que los fiscales del juicio, Sandro Abraldes y Fernando Fiszer, habían solicitado una pena de cuatro años y diez meses de prisión efectiva, mientras que los abogados querellantes habían requerido una condena por “homicidio simple con dolo eventual”, delito que prescribe penas de ocho a 25 años de cárcel.

Los abogados de Sánchez Villar habían solicitado que la lectura del fallo se hiciera a puertas cerradas, sin público, ya que la familia de la víctima estaba acompañada por amigos y asociaciones como Madres del Dolor. La jueza rechazó el planteo y ordenó reforzar la seguridad en la sala del sexto piso del Palacio de Justicia. 

Luego de escuchar la sentencia, la madre de Bautista, Lorena Cecilia Monzón, se descompensó y el padre del nene, Gastón Hernán Jara, rompió un vidrio y se cortó la mano, por lo que tuvo que intervenir personal policial. Los padres fueron trasladados al Hospital Argerich. 

El caso ocurrió cerca de las ocho de la mañana del 27 de julio de 2014, en la avenida General Paz, en la mano hacia el Riachuelo, cerca del cruce con la avenida San Martín, en el barrio porteño de Villa Devoto. 

Cuando elevó la causa a juicio, el fiscal de instrucción Pablo Recchini dio por acreditado que Sánchez Villar, quien conducía una camioneta Kia Sportage, GDS 574, embistió en su parte trasera a un Fiat 147, patente BEU 981, en el que iban el matrimonio Jara y su hijo Bautista. La familia había salido de Tigre, donde vive, y circulaba en caravana detrás de un micro en el que iba su hijo mayor, de 7 años, rumbo a un torneo de taekwondo en la localidad bonaerense de San Justo. Los peritajes determinaron que la camioneta Kia circulaba a 115 kilómetros por hora, cuando el máximo en la General Paz es de 80. A esa velocidad, Sánchez Villar giró a la derecha y pasó del carril rápido al lento, provocando el choque.