El reino de Dahomey, situado en la costa occidental de África, se consolidó como uno de los más poderosos, siendo punto clave en el comercio con los traficantes de esclavizados europeos hasta finales del siglo XIX. La construcción de los palacios se inició con el fundador de la ciudad, uno de los bisnietos de la legendaria Abigboma, cuya historia se entrelaza con la fundación de Abomey en 1625.

La característica distintiva de los Palacios Reales de Abomey es su construcción en tierra, utilizando materiales como adobe, madera y paja. Doce reyes, incluyendo destacados monarcas como Guezo y Glelé, establecieron sus palacios dentro de un mismo recinto, que abarca unas 48 hectáreas, rodeado por murallas de adobe. Cada palacio presenta similitudes en la estructura, dividiendo el espacio interior en tres patios, cada uno con funciones específicas.

En 1984, la UNESCO otorgó a los Palacios Reales el estatus de Patrimonio de la Humanidad tras sufrir considerables daños por un tornado. No obstante, gracias al respaldo de diversas entidades internacionales, se llevaron a cabo trabajos de restauración que culminaron en 2007, logrando así la exclusión de la lista de sitios en Peligro del Patrimonio Mundial.

El Museo Histórico de Abomey, ubicado en los palacios de los reyes Ghézo y Glélé, ha desempeñado un papel fundamental en la preservación de la historia del Reino de Dahomey. Contiene bajorrelieves que narran la historia y el poder de la comunidad fon, siendo 50 de ellos reubicados en el edificio reconstruido desde 1993.

En la visita guiada por expertos se realiza un recorrido que incluye el patio exterior del rey Glelé, donde artesanos continúan practicando oficios tradicionales. Se exploran la casa de los soldados, destacando el cuerpo de amazonas, el único ejército formado exclusivamente por mujeres que protegían al rey.

El último rey dahomeyano, Behanzin, enfrentó a los franceses en 1892, ordenando la quema de la ciudad y los palacios. Aunque muchos monumentos sobrevivieron, la restauración fue necesaria, y los bajorrelieves exteriores entonces son réplicas.

Por último, se encuentra en el patio privado, la tumba de Glelé, lugar sagrado que preserva la memoria del último rey.

Abomey, antigua capital del Reino de Dahomey, se presenta como una parada imprescindible en el itinerario por Benín. Los Palacios Reales ofrecen una oportunidad única para ahondar en la historia y la cultura de un reino que dejó una marca imborrable en la costa occidental de África.