Se subió el ring en 96 oportunidades. Ganó 86 y 72 fueron por knock out. Es uno de los boxeadores más populares de la historia del deporte en la Argentina, con una vida que comenzó en la pobreza absoluta, llegó a la cima, y convirtió su final en paradigma de abandono y persecución política. Este fue José María Gatica, más conocido como “El Mono”, quien en abril de 1951 llegará a Salta para pelear por única vez en su historia en este suelo.

Nacido el 25 de mayo de 1925 en la localidad de Villa Mercedes, San Luis, Gatica arribó con su familia a los 7 años a Buenos Aires con intenciones de torcer un destino económicamente agobiante. Arribaron a Plaza Constitución y desde ese momento, el pequeño José María se desempeño como lustrabotas, vendedor de diarios y otros oficios temporales intentando ganarse el sustento diario.

(Imagen: El Gráfico). 

“Los pibes de la década del 30 resultaban ser las mayores víctimas de la depresión económica que padecía el mundo. Y durante ese transcurrir de lo que se conoció como la Década Infame en la Argentina, aquellos chicos pobres, perdieron el candor de su niñez”, comenta el especialista en boxeo Cherquis Bialo, en una nota publicada años atrás por el diario Infobae.

Cuenta la historia que Lázaro Koczi, de origen albanés y dueño de una peluquería, conoció los dotes boxísticos callejeros de Gatica y lo llevó a pelear, por 20 pesos el combate, a un tugurio cerca del puerto donde se realizaban peleas clandestinas con marineros británicos y otros malandras que arribaban de ultramar. Allí Gatica se cansó de vencer por knock out, dando puntapié inicial a una carrera vertiginosa.

Su etapa profesional comenzó el 7 de diciembre de 1945 noqueando al púgil Leopoldo Mayorano e inaugurando un derrotero deportivo abrumador. Gatica estaba deportivamente destinado al éxito, algo que sumado al amor correspondido con Juan Domingo Perón y Eva Duarte, lo catapultaron en pocos años. "General, dos potencias se saludan", le dirá el “El Mono” con desparpajo y desfachatez al popular líder argentino en el borde del ring.

Pelea en Nueva Work vs Ike Williams (Imagen: Telam). 

Aquel vínculo entre Gatica y Perón será el que lo lleve a pelear en enero de 1951 al mítico Madison Square Garden contra Ike Williams, una pelea que sonaba para escribirse en las páginas mayúsculas del boxeo argentino y terminó siendo un fracaso total, ya que Gatica cayó noqueado en el primer round.

Y será en aquel año, pleno mandato provincial de Carlos Xamena, primer gobernador proveniente del sindicalismo, y menos de tres meses después de la pelea en Nueva York, que llegará a Salta, más específicamente a las instalaciones del Club Gimnasia y Tiro, para disputar un combate contra el boxeador Ernesto Tello.

(Imagen: gentileza Departamento de Historia Gimnasia y Tiro). 

Gracias al Departamento de Historia de Gimnasia y Tiro se puede reconstruir la génesis de aquella pelea. “Match Box Gatica vs Tello”, se lee en la memoria y balance del club de la calle Vicente López. Y continúa: “Se acepta por unanimidad de los miembros presentes, la propuesta formulada por los empresarios señores Matus y Sotillo, para la utilización del estadio”.

Con la producción garantizada, la anuencia del estadio y el público ansioso por ver a la estrella del boxeo, se preparaba la velada. El pesaje tendría lugar el miércoles 11 a las 11 horas en el Departamento Médico de la Dirección Provincial de Educación Física, según la crónica publicada por el diario El Tribuno.

En dicho relato, y ante la evidente diferencia de calidad y resistencia a favor de Gatica, se establece como punto 3 desde la Comisión Municipal de Box, que “El suscrito se reserva el derecho de intervenir en el Borderaux del festival, en caso de que los protagonistas del combate de fondo no hayan satisfecho ampliamente con su actuación y de acuerdo a sus antecedentes y hasta tanto se realicen las investigaciones del caso”.

(Imagen: Diario El Tribuno). 

Aquel 11 de abril de 1951, con precios de Ring Side a 20 pesos, platea 10 y general 6 pesos, el marco estaba garantizado para colmar las instalaciones de Gimnasia y Tiro a la espera de ver la gran estrella del boxeo, quien suscitaba el cariño del pueblo y la mirada esquiva de las clases pudientes, que de igual manera concurrían a presenciar el espectáculo en cada una de sus presentaciones.

La pelea no tendrá sorpresas ni sobresaltos para “El Mono”. Bastaron 4 rounds para dejar tendido a Ernesto Tello al minuto y 35 segundos del cuarto asalto, dando un aceptable espectáculo de boxeo en la provincia de Salta. En su escueta crónica para tamaña pelea, el diario El Tribuno destacará que en la bata de Gatica "lucían los nombres de Perón – Evita”, en una clara muestra de apoyo al gobierno que disputaría la reelección del mandato en noviembre del mismo 1951.

Gatica con su bata (Fotograma Expedientes Cherquis). 

Dos días después de la pelea El Tribuno parece recapitular sobre la importancia del evento deportivo y con un titular sugerente, “Al margen de la presentación en Salta de José María Gatica”, amplía sus comentarios aceptando la relevancia del suceso: “Pocas veces se había despertado el interés de la afición local, por la presentación de un boxeador, tal como ocurrió en el caso del calificado púgil argentino José María Gatica en la noche del miércoles pasado”.

Párrafos más adelante el diario ahonda: “Ello resulta lógico desde luego por las condiciones de Gatica, conceptualizado como uno de los mejores boxeadores dentro de su categoría, no solamente en nuestro país, sino también fuera de él”. Con estas líneas se ponía en verdadera relevancia aquella noche de box, velada que será única y pasará a la historia grande del deporte salteño.

(Imagen: El Tribuno). 

Con el golpe de Estado de 1955, Gatica corrió la misma suerte que muchos de sus compañeros adherentes al peronismo. En palabras de Cherquis Bialo en su programa Expedientes Cherquis, “Gatica era un perseguido político. Cuando cayó Perón, cayó Gatica, no lo dejaron pelear más en ninguna parte. Tuvo que cambiarse el nombre y pelear en el interior hasta que fue la policía a buscarlo a Bahía Blanca. La vida de Gatica fue un calvario siempre, pero mucho peor después de lo que se llamó nefastamente la Revolución Libertadora”.

La debacle era total. Gatica comenzó a trabajar en la puerta de La Barca de Bachicha, una cantina en el barrio de La Boca, dando la bienvenida y las buenas noches a los comensales. En 1957 el famoso Martín Karadagian lo invitó, como forma de ayuda económica, a participar en una pelea de catch contra él, disputada en la mismísima Bombonera. Allí, en plena pelea, un mal movimiento lesionará el tobillo del otrora boxeador y lo dejará rengo durante los próximos días de su vida.

Funeral de Gatica.

Entrada la década del 60 Gatica volvía a una condición muy similar a la vivida en su infancia. La pobreza, el recelo político, los excesos y el olvido popular, ubicaran a José María como vendedor ambulante de muñequitos en el estadio de Independiente de Avellaneda.

La tarde del 10 de noviembre de 1963 comenzará la pelea más dura de su vida. Aquel día un colectivo de la línea 295 lo atropellará cuando intentaba abordarlo, tropezará y quedará por debajo del ómnibus. Las múltiples heridas y contusiones lo tendrán dos días internado, falleciendo el 12 de noviembre y finalizando así, a los 38 años de edad, su última y más dura batalla.

Gatica llegó un día a Salta y supo escribir en abril de 1951 una de sus épicas páginas deportivas. La provincia toda fue testigo privilegiada de un pedazo de la carrera de este gigante del ring que se ganó el corazón del pueblo, sabiendo enfrentar adversidades y hostigamientos.

Gatica, "El Mono", el inmortalizado en un film por Leonardo Favio, vivió velozmente su vida inmerso en una época de pasiones y polarización política, de la cual también eligió ser parte y tomar partido. Gatica, "El Mono", el de la vida fulgurante, el lustrabotas y el pendenciero que noqueaba marineros por 20 pesos, llegó tan rápido a la cima como bajó, y allí se le fue la vida.