En la centenaria y primera escuela de la ciudad de Orán (ciudad cabecera del departamento homónimo, ubicado en el norte provincial), desde el año pasado 97 escolares toman clases en el salón de actos con los docentes que corresponden a cada grado y los maestros especiales también.

Las dificultades para brindar una educación de calidad están a la vista, según la descripción hecha a Salta/12 por Claudia Zalazar, directora de la Escuela General Pizarro, quien indicó que si bien la institución tiene más de cien años, hace 88 años que funciona en el mismo edificio.

“Los maestros de Lengua y Matemática están dando clases” en el mismo lugar y momento, pero se turnan para poder enseñar. “Y cuando vienen los maestros especiales para dar artística, por ejemplo, la situación se complica”, contó.

Al problema del hacinamiento se suma otro sin solución a la vista para toda la población oranense: el de la provisión de energía eléctrica, con recurrentes cortes. De tal manera que estudiantes y docentes deben estar en clases “con 48 grados, si no es 50 grados”, dijo la directiva.

Al menos desde febrero se enviaron notas desde la escuela solicitando la continuidad de las obras, que en ese mes se habían abandonado.

En la nota que Zalazar elevó al gobernador Gustavo Sáenz y al coordinador general de Infraestructura, Hugo de la Fuente, el 12 de marzo pasado se indica que la obra, “por razones de los ajustes presupuestarios a nivel nacional… está paralizada y sin novedades de reinicio”. La paralizción implicó que el edificio escolar quedada en muy mal estado, porque por la necesidad de hacer una estructura sólida se habían demolido al menos cinco aulas, lo que provocó el amontonamiento en el salón de actos de tres grados de quinto el año pasado, y tres grados de tercero en lo que va de 2024.

Frente a la situación, Zalazar también presentó un formulario de “solicitud de emergencia”, con el objetivo de que al menos con paredes improvisadas con placas de durlock puedan subdividirse los grados que ahora funcionan en el salón de actos.

Los cortes de EDESA

La escuela cuenta con aires acondicionados y ventiladores. Pero “salta la térmica” y no funcionan correctamente.

En la nota que la directiva elevó a la empresa proveedora de energía, EDESA, detalla que el establecimiento alberga a unos 1390 alumnos y alumnas que se reparten en 42 secciones entre la mañana y la tarde. La falla del sistema eléctrico y la climatización en la escuela “genera malestar tanto en los niños como en los docentes (con sangrado de nariz, descomposturas, dolores de cabeza, dificultad para respirar), interrumpiendo el proceso enseñanza-aprendizaje”, dice la nota.

Ante ello se solicitó que la empresa a cargo del servicio público “verifique los valores de tensión”, dado que sostuvieron que son “muy bajos e insuficientes para el funcionamiento de los 21 aires acondicionados en las distintas aulas con las que cuenta el establecimiento, 2 en administración y dirección, así como los ventiladores que posee cada ambiente de la institución”.

A esto Salazar agregó que no pueden trabajar en administración porque con los cortes intermitentes las computadoras pueden quemarse y no hay plata para arreglarlas en caso de que eso ocurra.

Una situación generalizada

Ante la consulta de este diario, en el Ministerio de Educación se indicó que se debían buscar respuestas en el Ministerio de Infraestructura de la provincia, pero no hubo explicaciones oficiales. 

Sin embargo, fuentes del gobierno indicaron que sólo en el área educativa serían 40 las obras que se encuentran suspendidas. “Las obras que hacía la UCEPE (Unidad de Coordinación y Ejecución de Proyectos Especiales) con fondos nacionales están paradas”, indicaron.

Para hoy a la tarde se prevé una reunión de la comunidad educativa de la Escuela General Pizarro de Orán para analizar los pasos a seguir ante la crisis instalada.