"Pensé que era un robo. Yo les dije que no tenía nada, ni plata en la billetera. Me dijeron: 'Nosotros sabemos todo de vos, sabemos dónde laburás, qué hacés, que estás con los derechos humanos... nosotros no vinimos a robarte, vinimos a matarte'", relata Sabrina Bölke, militante de la agrupación H.I.J.O.S. sobre lo que vivió la noche del 5 de marzo

"Salía de mi trabajo a la noche, a las 20.15, y cuando llegué a mi casa y abrí la puerta había dos personas atrás de la puerta esperándome. Cuando ingresé a mi domicilio me tomaron por la espalda, me tomaron por el cuello. Me redujeron, me insultaron, me amenazaron, me golpearon. Estuvieron torturándome entre 15 y 20 minutos, luego me ataron y me apuntaron con armas. Me dijeron que me venían a matar", comienza el relato la militante de la regional Ciudad de Buenos Aires, a menos de una semana de que el hecho se hiciera público a través de un comunicado de la Agrupación.

Todavía conmovida por los hechos, Sabrina relató que en un principio pensó que estaba siendo víctima de un robo. "En medio de los golpes yo entendía que era un asalto. Yo soy una trabajadora, mi sueldo ni cubre la canasta básica, yo soy una militante de a pie, no soy una persona expuesta. Pensé que era un robo, yo les dije que no tenía nada, ni plata en la billetera", recordó.

Pero la respuesta que recibió la dejó aún más en shock: “Sabemos todo de vos, sabemos dónde laburás, qué hacés, que estás con los derechos humanos... nosotros no vinimos a robarte, vinimos a matarte", le dijeron los hombres.

En ese momento de shock me dijeron que no hablara nunca más, que no tenía que hablar más de mi trabajo de DDHH; y cuando sacaron las armas y me apuntaron pensé que efectivamente mi vida iba a terminar ahí. Lo primero que pensé es así es como termina mi vida", sumó, en diálogo con El Destape Radio.

Finalmente, los atacantes dejaron un mensaje amenazante en la pared, peligrosamente alineado con el discurso del gobierno de Javier Milei. "Cuando estamos volviendo a casa luego de estar en el Hospital Pirovano nos encontramos que habían escrito la sigla 'VLLC' (Viva la libertad, carajo) y la palabra ñoqui en la pared de mi habitación", relató.

Además de los golpes y torturas, los atacantes abusaron sexualmente de Bölke, y la amenazaron de muerte. "Cuando se fueron dijero que si yo decía que estuvieron ahí iban a volver y que me iban a meter un tiro", contó la víctima.

Los vínculos entre el ataque y el gobierno libertario de Milei

El mensaje con las iniciales de "Viva la libertad, carajo", la muletilla que el presidente Milei repite cada vez que puede, tiñe este ataque de un color aún más oscuro. Una consecuencia más de odio que existe en parte de la sociedad y que el Gobierno de Milei fogonea y fomenta constantemente.

"Yo trato de ser muy cuidadosa, no le puedo echar la culpa en términos judiciales a que esto tenga que ver con un aparato estatal, pero sí es verdad que hay un caldo de cultivo de odio, de violencia, desde hace un tiempo. Y habilitan este tipo de cosas", sostuvo Bölke.

"Yo no tengo pruebas pero sí está todo en la Justicia. Aportamos todo lo que teníamos a la causa. Y por eso nos dimos el tiempo para salir con la mayor seguridad posible, porque no es la idea decir algo que no corresponda, ni fuera de lugar", explicó.

Consultada sobre qué espera del Presidente, que hasta le puso like en X a posteos que calificaban el ataque como falso, lanzó: "Qué puedo esperar si niegan, y toda la vida negaron, a los desaparecidos, la dictadura, los 30.000".

"Niegan a las madres, a los nietos, a los hijos. Niegan los casos de gatillo fácil, niegan la pobreza, el hambre, que los trabajadores no llegan a fin de mes, que los chicos tienen hambre. ¿Qué puedo esperar, que tengan empatía? Si no han dado ni un solo signo de empatía con tantas causas que nos duelen a todos y a todas", cerró.

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