José se pasaba horas observando el combinado que había en la casa de su abuelo cuando era chiquito. "No me dejaban acercarme ni tocarlo, y yo tenía la inquietud de poder manipular el equipo. Me fijaba en las rejillas de ventilación, veía las válvulas, veía el chasis de la parte electrónica y me fascinaba el funcionamiento", recuerda, hoy convertido en electricista, coleccionista y de vocación, curioso. No duda en reconocer en aquella prohibición de no acercarse al fascinante mecanismo del mueble eléctrico un punto de partida en su historia, que luego de muchos años culminó en fundar el Museo de Radios & Combinados. Ubicado en una casona vieja de los años treinta de la histórica calle Nueva York en Berisso, el museo mantiene viva para sus visitantes "la magia de la radio" con todos equipos de la época dorada de la electrónica en completo funcionamiento, a través de los cuales es posible revivir el pasado. Junto con su esposa Yanina, ofrecen una experiencia inmersiva y personalizada de los tiempos en los cuales la otra parte del mundo solo era accesible prendiendo la radio, que podría ser la única experiencia de esas características del mundo. No cobran entrada y mantienen los equipos como pueden: a corazón.

"Siempre digo lo mismo, yo muestro cómo era el mundo antes. Eso es lo que tratamos de hacer", afirma José desde la casa que comparte con su esposa. Están rodeados de aparatos musicales de todo tipo. Radios y combinados en proceso de reparación que serán prontamente ubicados en el museo, que nació, justamente, como sugerencia de Yanina para evitar que su casa continuara llena de bártulos. "Bueno, uno de los primeros regalos que te hice fue uno de esos", recuerda José, divertido pero también agradecido. "Llegó un momento que había tantos equipos que dije pero esto se lo tenemos que mostrar a la gente", afirma Yanina, que se comunicó con la Municipalidad de Berisso para averiguar cómo era eso de empezar a colaborar con la difusión de la historia de la Argentina reciente. 

La placa en la puerta del museo.

En los años treinta, lo que había sido inventado con fines puramente militares se popularizó, y la radio comenzó a ser una parte clave del interior de cualquier hogar. Desde las primeras radios de galena, que sostenían el sonido con reproducción mecánica, hasta que ingresó la electricidad, acompañaban la familia argentina. Allí se difundían tanto las noticias del mundo como las voces inolvidables de Enrico Caruso o Carlos Gardel, entre otros.

Pero fue a partir de los años 50 en el que comenzó la época dorada de la electrónica. "Había muchos kits que se vendían en Buenos Aires y cada uno, por ahí un evanista, un eléctrico o un técnico de radio compraba un chasis, lo armaba y le ponía su marca. Entonces hay miles y miles y miles de marcas nacionales", afirma José. Hasta los años 90, existió la Revista Lupin, que hasta traía elementos de electrónica para que uno arme su propia radio, o estudiar el funcionamiento por correspondencia. 

Equipos de industria tanto nacional como internacional pueblan el museo ubicado en Berisso. Todos están en funcionamiento, arreglados por la propia mano de José, tercera generación de electricistas pero que cuando habla parece un aficionado, o un poeta. "Yo intento arreglar algo que está roto y sacarle toda la música que tiene adentro, todas las palabras que tienen adentro las radios y todas las palabras que nos van a decir", afirma. 

Un lugar de aprendizaje para varias generaciones.

Lo cierto es que José fue curioso cuando tuvo que serlo. Cuando para el mundo los vinilos, las radios y los combinados eran historia antigua frente al avance de las nuevas tecnologías, para José eran tesoros. Así fue que comenzó a coleccionar esos elementos descartados, y protegerlos con el respeto y el interés que merecen. 

Para quien no sabe, "el combinado no es un equipo de audio. El combinado suena por sí mismo. ¿Por qué? Porque suena por el tipo de mueble, por la cantidad de piezas que trae, por la cantidad de hierro que tiene dentro, por la confección del bafle unido al amplificador y a la radio. Todo eso hace que el combinado suene como un instrumento, no como un equipo de audio", afirma. 

El visitante regular que llega al museo se sienta en el sillón y José les pregunta qué música les gusta, y pone uno de sus equipos a funcionar. "A la gente yo siempre trato de sacarle una sonrisa. Lo importante es que vos le reproducís algo, que se escucha bien y lo transportás al momento, que vos no sabés si era la casa del abuelo, del padre, de la tía. El tipo se ríe, o te pone una cara, o te dice porque yo esto escuchaba Nat King Cole en tal lado. Yo les veo la cara y le digo a mi mujer o a mi cuñado mirále la cara, mirále la cara. Realmente lo que más me gusta es eso, la reacción de las personas, cuando alguien se va con una reacción que no esperaba. Esa es la esencia del poder mostrar lo que había y lo que hay", afirma. 

Lo que había y lo que hay es mucho: grandes cantantes, multiplicidad de géneros musicales de diferentes lugares del mundo. También mensajes de varios Papas, escritores como Ernesto Sábato, la voz de Evita, la voz del Che, de Juan Carlos Mesa, de Diego Maradona. Hasta mensajes de Feliz Navidad de Perón dirigidos a los obreros y mensajes de radio grabados de la guerra de Malvinas. 

Para visitarlo basta con escribir en su Instagram y coordinar un horario. 

"Estoy buscando las voces de los que no están. Por ahí hay fotos pero no tenés la voz. De los cantantes es fácil, pero del resto no. Estoy en busca de la voz de Fangio y la de los hermanos Juan y Oscar Galvez. Por ahí salieron dentro de una revista, de la revista Corsa por ejemplo. Tengo de Gastón Perkin, pero de otros no tengo. Uno busca, busca y busca, a veces alguien que viene y dice yo te voy a traer algo y te traen cosas raras. Así aparecen las cosas", afirma. 

El poder de evocación del Museo de Radios & Combinados es lo que lo hace único. De todos los museos del estilo del mundo, ya sea el museo Tesla en Croacia, el de tecnología de Berlín, o el de Thomas Edison en Estados Unidos, ninguno tiene equipos en funcionamiento. El único del mundo parecería ser este pequeño museo de Berisso, que cada vez que se levanta la persiana, pone en funcionamiento todos sus equipos, que necesitan calentarse para alegrarle el día a un visitante. 

El museo no deja de tener una parte didáctica o educativa de la que nunca renegaron. En el segundo trimestre esperan la visita de varias escuelas, experiencia que seguramente será inolvidable para muchos chicos que nunca tuvieron contacto con ese mundo. "El otro día un muchacho joven me preguntó ¿por qué suena el disco? No entendía cómo estaba la música guardada ahí adentro. Y tuve que explicarle, y está buenísimo hacerlo. A mi me encanta", afirma José, que como todo aquel apasionado por algo, se ofrece siempre dispuesto a hablar mientras haya alguien dispuesto a escuchar.

El Museo de Radios & Combinados está abierto todos los sábados, y ubicado en la Calle 2 e/168 y 169, n 4634. Quienes gusten sumergirse en la radio deben escribir al Instagram del museo y coordinar un horario, en el que ponen a funcionar la magia de la radio para aquellos que se interesen.