En el editorial de este jueves 28 de marzo, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, analizó la situación de los jubilados, luego que el gobierno de Javier Milei anuciara que pagará la mensualidad de abril en dos cuotas. 

El editorial de Víctor Hugo Morales

A las tarifas escalofriantes, a los despidos, a la saña contra el trabajo y el salario, ahí van Milei y Caputo y le dicen a los jubilados que les van a pagar la mensualidad en dos cuotas.

Me pongo a imaginar por un momento lo que fue el sablazo de ayer para ellos, para los jubilados, en la previa del Jueves Santo.

Los alimentos carísimos, se terminó el convenio por los medicamentos, van con la inflación ahora, y de yapa, cobrar en dos veces sin que se sepa cuando será la segunda cuota.

La crueldad de Milei, como su estupidez que él mismo exagera, se le va la mano, se hacen insoportables.

Podríamos decir, por ser Jueves Santo, no hay cristo que se lo pueda bancar. Salvo los Pilato de los diarios de la mafia que disimulan, mienten y aplican la teoría de la distracción.

Ayer Magnetto tuvo a la platea de TN y su web dedicada a Máximo Kirchner, porque dijo que al CCK si quieren que le pongan Conan. La teoría de la distracción de Chomsky llevada a la máxima expresión. Mirá para otro lado, mirá a un Kirchner, no mires a Milei.

Y ahí está Milei, insultando gratuitamente a otros países, retaceádole un pago de Yacyretá importante a Paraguay. Abrazándose a los de la CIA, a los del FMI, a los militares americanos del Paraná.

Una cobardía tan grande en el manejo político internacional del país que excede todos los parámetros conocidos. Se le fue la mano. Todo lo que se ha conocido en las discrepancias que a veces pueden existir, también, entre los países. Pero es para distraer.

El hambriento de la argentina que hable de Petro, el jubilado que hable de Maduro, el despedido, dale con López Obrador, el que tiene una discapacidad y lo echaron, bueno le queda Lula.

Entre el que está sonado y los que suenan clarines de mentiras, sonamos eh.

Pero de verdad, finalmente, la reflexión habitual: no nos enojemos con Milei. ¿Qué había en ese hombre que valiera la pena para que seis de cada diez del balotaje lo pusieran ahí? Como en una obra de títeres para chicos haciendo de chico malo con un palo y dándole palos a los otros muñecos de la obra.